I Reyes para niños
El Primer libro de los Reyes (en hebreo: ספר מלכים sèfer mǝlāḵîm y en griego: Γ' Βασιλέων Basileōn) es un libro de la Biblia y uno de dos, o cuatro, en el Antiguo Testamento. Se lo conoce también como "Libro Tercero de los Reinos" o "III Reyes" en la Septuaginta y la Vulgata latina.
Continúa la narración histórica del Libro de Samuel, conocido en la versión griega y la Vulgata como Primero y Segundo de los Reyes hasta el final del Ciclo de Elías.
Contenido
División del libro original
Los investigadores suponen que, originariamente, I Reyes formaba un solo rollo con II Reyes y I y II Samuel. El importante tamaño del libro debe haber impulsado a alguien a dividirlo en cuatro partes más manejables, convirtiéndolo en cuatro rollos más pequeños.
Asuntos narrados
Este libro narra la historia de los reinos de Judá e Israel (a partir de 1R. 12), haciendo hincapié muy particularmente en la grandeza del reinado de Salomón (1R 1-11).
La historia de los dos reinos
Judá e Israel son considerados independientemente, y analizados en forma exhaustiva. El Libro de 1 de Reyes comienza con el reinado de Salomón y termina con el profeta Elías. La diferencia entre ambos marca el tono del libro según muchos exégetas.
Salomón nace tras la relación escandalosa entre David y Betsabé. Salomón es presentado como un buen rey al comienzo, es sabio y construye el Templo, tarea que insume siete años. Más tarde, según el relato, toma un gran número de esposas algunas de las cuales lo incitan a adorar a otros dioses, violando la Alianza con Yahvé.
A la muerte de Salomón, el reino unificado se divide. Judá es gobernada por Roboam, hijo de Salomón, mientras que Israel elige como soberano a Jeroboam. Según el libro, los israelitas fueron gobernados por una serie de reyes, muchos de los cuales fueron impíos e idólatras, lo cual alejó a la nación de Dios y ni siquiera la predicación de Elías pudo traerlos de regreso a Él. Entre los reyes más malvados se mencionan Acab y su esposa Jezabel, quienes prácticamente imponen el culto de Baal en lugar de Yahvé.
Elías trató de llevar a los israelitas de regreso a la adoración de Yahvé, aun desafiando a los sacerdotes idólatras de Baal a confrontarse con Dios en el Monte Carmelo. Desde luego Dios ganó. Esto hizo que la reina Jezabel se enojara (por decir poco) tanto, que ordenó la muerte de Elías, quien huyó y se escondió en el desierto. Deprimido y exhausto, le dijo a Dios: “déjame morir”. Pero Dios le envió comida y ánimo al profeta y le habló en un “suave murmullo”, y en el proceso salvó su vida para la obra aún por hacer.
Estructura
La descripción de los reinados sigue una pauta más o menos constante, pero algo diferente para cada uno de los reinos:
Reino de Judá
- Sincronismo del rey en cuestión con su contemporáneo de Israel;
- Edad del soberano al subir al trono;
- Duración del reinado;
- Nombre de su madre; y
- Juicio religioso sobre su mandato.
Reino de Israel
- Sincronismo del reinado con el de Judá;
- Duración del reinado; y
- Juicio (siempre negativo) que incluye una condena general de índole religiosa y una condena individual por haber continuado el error de dividir el reino.
Fórmulas de cierre
Son iguales para ambos reinos:
- Referencias detalladas a los anales de Judá e Israel;
- Muerte del rey y mención de su sepultura; y
- Si corresponde, nombre del hijo que lo sucede.
Discordancias en la estructura
La rígida estructura de los Libros de los Reyes se viola solo en tres oportunidades: a partir de la caída de Israel, durante el ciclo de Elías y al narrar la historia de Eliseo.
Junto con II Reyes, se puede también ver una estructura concéntrica en la cual los ciclos de Elías y Eliseo (I Reyes 17 -- II Reyes 12) estarían al centro y serían rodeados por tres anillos: el más remoto que habla del esplendor (I Reyes 1-11) y decadencia (II Reyes 18-25) de Jerusalén con la construcción y profanación del Templo respectivamente, y el inicio y fin de la dinastía real; seguido por el inicio (I Reyes 12-14) y fin (II Reyes 17) del Reino del Norte; y por un último anillo en el que se dan descripciones semejantes de los reyes de Judá (I Reyes 15-16 y II Reyes 13-16).
Intención del autor y doctrina
El escritor bíblico utiliza libremente sus fuentes: a veces las nombra y cita, pero otras se aparta de ellas, las silencia y las omite.
Cuenta brevemente y con ligereza la expedición egipcia contra Israel (1 Reyes 14:25-28), relatando solamente el robo del Templo de Jerusalén por parte del Faraón y el modo en que se apropiaron de los escudos mandados a confeccionar por el rey Salomón. En cambio, no menciona en absoluto la notable batalla de Qarqar (853 a. C.).
La explicación es que los Libros de los Reyes no son en realidad históricos sino más bien (una constante en esta sección de la Biblia) historias religiosas. El autor se concentra en el Templo porque en él se consuma la relación del pueblo con Dios. Las normas del culto siguen al Deuteronomio y, en este sentido, el cumplimiento de la Ley (que se guarda precisamente en el Templo) y la reforma religiosa son el fin y el origen de la narración que el autor está redactando (al menos en su versión original).
Temas fundamentales
El concepto básico que transmiten los Libros de los Reyes se puede resumir con estas palabras: Un solo Templo y un solo Dios. Como Reyes no es un libro histórico sino la demostración de una tesis teológica, la conclusión se lee, por ejemplo, en la plegaria de Salomón en la ceremonia de dedicación del Templo (1R. 8). Cada reinado, a su vez, colabora con esa demostración, porque todos los reyes de Israel son condenados. De los de Judá, solo ve con buenos ojos el autor a ocho (los ocho que han enfrentado al paganismo, han ayudado al Templo o han sido fieles a la Ley). De los ocho, solo dos son alabados extensamente.
Véase también
En inglés: Books of Kings Facts for Kids
- I Samuel
- II Samuel
- II Reyes
- Salomón
- Antiguo Testamento
- Biblia
- Anexo:Reyes de Judá
- Anexo:Reyes de Israel
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