Historia del autonomismo en Andalucía para niños
El regionalismo andaluz es un movimiento que busca reconocer y valorar la identidad propia de Andalucía, una región en el sur de España. Surgió a finales del siglo XIX, al igual que otros movimientos similares en España, como una forma de defender las características culturales y sociales de cada lugar frente a un gobierno más centralizado. También se inspiró en ideas románticas que celebraban la identidad de los pueblos y en el deseo de que las regiones tuvieran más autonomía.
Aunque en otras regiones como Cataluña y el País Vasco estos movimientos tuvieron mucho apoyo, en Andalucía al principio no fue tan extendido.
Los primeros signos de este regionalismo se vieron en 1835, con la formación de unas Juntas (grupos de personas que se unían para tomar decisiones) en torno a la Junta Suprema de Andújar. Esta Junta incluso tenía su propio ejército y quería negociar los asuntos de Andalucía directamente con el gobierno central en Madrid. Sin embargo, estas juntas fueron disueltas y no lograron consolidarse.
Más tarde, durante la Primera República Española (1873-1874), hubo un movimiento federalista, que buscaba que España fuera una unión de estados con más autonomía. Esto llevó a algunos movimientos llamados "cantonalistas", donde varias ciudades se declararon independientes por un tiempo. Aunque estos movimientos no estaban directamente relacionados con el andalucismo, mostraron el deseo de tener más poder local.
No fue hasta la década de 1960 cuando volvió a surgir un movimiento regionalista en Andalucía, liderado por Antonio Machado Núñez y su hijo Antonio Machado Álvarez. Ellos se enfocaron en estudiar el folclore y las raíces culturales de Andalucía. Fundaron el Ateneo de Sevilla y publicaron revistas como Folklore Andaluz. También se publicó la primera historia general de Andalucía, escrita por Joaquín Guichot.
Contenido
Orígenes del regionalismo andaluz
Conspiración del duque de Medina Sidonia (1641)
En 1641, durante el reinado de Felipe IV, hubo un suceso conocido como la conspiración del duque de Medina Sidonia. Se dice que el duque de Medina Sidonia y el marqués de Ayamonte planearon un levantamiento en Andalucía. Las razones de esta conspiración no están del todo claras, pero algunos historiadores creen que buscaban que Andalucía se separara de la monarquía española y que el duque se convirtiera en su rey. Sin embargo, sus planes fueron descubiertos ese mismo año y el intento no tuvo éxito. Es un episodio histórico que aún genera debate entre los expertos.
Junta Suprema de Andalucía (1835)
En 1835, se formaron varias Juntas en Andalucía, siendo la más importante la Junta Suprema de Andújar. Estas Juntas buscaban tener más voz en los asuntos de la región y negociar directamente con el gobierno central. Sin embargo, fueron rápidamente disueltas por el gobierno.
Nacimiento del regionalismo andaluz: Federalismo y Cantonalismo (1868-1883)
Movimientos cantonalistas (1873)
Entre 1873 y 1874, España vivió un periodo de grandes cambios. Se proclamó la Primera República, pero poco después fue abolida, dando paso a la Restauración Borbónica.
En julio de 1873, surgieron los movimientos cantonalistas, donde muchas ciudades de Andalucía, como Sevilla, Cádiz, Málaga y Granada, se declararon independientes por un corto tiempo. Sin embargo, la mayoría de estos "cantones" fueron rápidamente controlados, excepto Cartagena y Málaga, que resistieron un poco más.
Al mismo tiempo, el Partido Republicano Democrático Federal propuso una Constitución Confederal para España en 1883. Siguiendo este modelo, los republicanos federales andaluces se reunieron en Antequera en octubre de 1883 y aprobaron un proyecto de pacto federal para los cantones andaluces, conocido como la Constitución Federal de Antequera. Este proyecto proponía un estado independiente de Andalucía como una República cantonal, inspirándose en las ideas de Pi y Margall.
Andalucismo cultural
Durante el Sexenio Democrático (1868-1874), un periodo de cambios políticos en España, varios intelectuales andaluces, especialmente folcloristas, comenzaron a estudiar e investigar la cultura de Andalucía. Entre ellos destacaron Mario Méndez Bejarano, Antonio Machado Núñez, su hijo Antonio Machado Álvarez e Isidro de las Cagigas. Sus trabajos fueron muy importantes porque dieron una base sólida al regionalismo andaluz, superando estudios anteriores que eran más superficiales. También fue clave la figura de Joaquín Guichot, quien publicó la primera historia general de Andalucía, dando mucha importancia al periodo islámico, algo que sería característico del andalucismo posterior.
Gracias a estos trabajos, se empezó a descubrir y reconocer la identidad cultural andaluza. Antes de esto, la gente tenía un sentimiento más fuerte de pertenencia a su pueblo o provincia que a Andalucía como un todo.
En 1873, la Primera República Española propuso una Constitución que definía a España como una República Federal, formada por diecisiete estados con poder legislativo, ejecutivo y judicial. El primer artículo de este proyecto mencionaba a "Andalucía Alta" y "Andalucía Baja" como parte de la Nación Española. Sin embargo, esta Constitución nunca llegó a aprobarse.
Andalucismo histórico: Blas Infante (1910-1936)
Durante el reinado de Alfonso XIII, en la década de 1910, el regionalismo andaluz se manifestó a través de discursos en el Ateneo de Sevilla, la apertura de "Centros Andaluces" en varias ciudades y la publicación de Ideal Andaluz por Blas Infante en 1915. En este libro, Blas Infante defendía la personalidad única de Andalucía y proponía una mayor unión administrativa de las provincias andaluzas.
En 1918, el movimiento andalucista celebró una asamblea en Ronda, donde se adoptaron la bandera de Andalucía y el escudo de Andalucía. La Constitución de Antequera de 1883 fue una referencia importante para el regionalismo andaluz de Blas Infante.
El proceso autonómico durante la II República
Con la llegada de la Segunda República Española y la Constitución de 1931, se abrió la posibilidad legal de que las regiones españolas tuvieran cierta autonomía política. En Andalucía, las primeras asociaciones andalucistas, los Centros Andaluces, resurgieron y se transformaron en la Junta Liberalista de Andalucía, que defendía un programa federalista.
En mayo de 1931, la Diputación Provincial de Sevilla convocó una asamblea de municipios sevillanos para hablar sobre la autonomía andaluza. La mayoría de los municipios sevillanos estaban a favor de la autonomía, siempre que no afectara la unidad de España. Sin embargo, esta iniciativa tuvo poco éxito debido al escaso apoyo popular y a la desconfianza de otras provincias. Por ejemplo, la Diputación de Granada propuso formar una región autónoma oriental con Jaén y Almería, mientras que Huelva dudaba si unirse o no.
A pesar de esto, las diputaciones andaluzas aprobaron un anteproyecto de Estatuto en Sevilla el 26 de febrero de 1932, que proponía una descentralización administrativa limitada. Solo los andalucistas y federales lo consideraron insuficiente.
En la Asamblea de Córdoba, del 29 al 31 de enero de 1933, se aprobaron unas Bases para el Estatuto de Autonomía de Andalucía, que eran más ambiciosas y se parecían a los estatutos de Cataluña o Galicia. Sin embargo, los representantes de Granada, Jaén, Almería y Huelva volvieron a mostrar su rechazo a una autonomía andaluza, e incluso algunos abandonaron la asamblea.
Con el cambio de gobierno en España, el proyecto quedó paralizado hasta el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936. En abril de ese año, la Junta Liberalista Andaluza volvió a impulsar el proyecto. El Frente Popular apoyó los estatutos de autonomía, incluido el de Andalucía, aunque Granada y Huelva seguían teniendo dudas. El 5 de julio se celebró una asamblea en Sevilla, pero no se lograron resultados concretos. Poco después, el levantamiento militar que dio origen a la Guerra Civil Española detuvo el proceso, y Blas Infante perdió la vida.
Andalucismo Político: La Comunidad Autónoma de Andalucía
Preautonomía de Andalucía
Durante la Transición Española, después de la muerte de Franco y con la aprobación de la Constitución de 1978, se reabrió el proceso para que las regiones tuvieran autonomía. En 1973, Alejandro Rojas Marcos fundó el Partido Socialista de Andalucía, que luego se llamó Partido Andalucista, un partido importante para el andalucismo.
Aunque su influencia no era muy grande al principio, la idea de la autonomía ya había llegado a la mayoría de los partidos políticos. Así, el 4 de diciembre de 1977, casi dos millones de andaluces salieron a las calles en toda Andalucía pidiendo la autonomía. Esta movilización fue convocada por la Asamblea de Parlamentarios, que reunía a todos los diputados y senadores elegidos por las provincias andaluzas ese año.
El partido UCD no quería que Andalucía accediera a la autonomía por la "vía rápida" del artículo 151 de la Constitución, que estaba pensada para las "nacionalidades históricas" y daba más competencias. Preferían la vía del artículo 143, que ofrecía menos autonomía. Por eso, UCD pidió la abstención en el referéndum que debía aprobar la autonomía andaluza. En este contexto, la UCD de Granada incluso creó la Bandera de Andalucía Oriental y organizó manifestaciones pidiendo dos comunidades diferentes: Andalucía Oriental y Andalucía Occidental.
Ceuta y Melilla
Ceuta y Melilla, ciudades en el norte de África, habían sido parte de las provincias de Cádiz y Málaga, respectivamente, durante mucho tiempo. En las negociaciones para la futura comunidad autónoma andaluza, algunos representantes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) dudaron si Ceuta y Melilla debían formar parte de Andalucía. UCD y algunos regionalistas andaluces se oponían a separarlas.
El PSOE tenía dos razones principales para dudar:
- En 1975, Marruecos había tomado el Sahara Español, y se temía que Ceuta y Melilla pudieran ser atacadas por el mismo país, lo que desestabilizaría la nueva comunidad autónoma.
- También consideraban que Ceuta y Melilla eran lugares donde la derecha tenía mucho apoyo, lo que podría dificultar la victoria del PSOE en el futuro gobierno andaluz.
Finalmente, Ceuta y Melilla fueron excluidas del nuevo marco autonómico andaluz. Sin embargo, ninguna de las preocupaciones del PSOE se cumplió: no hubo ataque marroquí y el PSOE ganó las elecciones en ambas ciudades. Con el tiempo, muchos políticos y personas de Andalucía y de las dos ciudades han considerado que aquella decisión fue un error.
El Estatuto de Andalucía
Inicialmente, Andalucía intentó conseguir la autonomía por la "vía rápida" del artículo 151 de la Constitución española. Este proceso requería que la iniciativa fuera aprobada por una mayoría absoluta de los votantes en toda la comunidad y en cada provincia. Aunque la iniciativa tuvo un gran apoyo en Andalucía, en la provincia de Almería no se alcanzó la mayoría requerida de votantes, debido a la abstención, aunque sí la mayoría de votos emitidos.
Esta situación presentó un problema, ya que el artículo 151 establecía un periodo de espera de 5 años en caso de fracaso. Sin embargo, se tuvo en cuenta el apoyo real obtenido. Se promulgó una Ley Orgánica (Ley 12/1980) que permitía el acceso a la autonomía en situaciones como la de Andalucía, y luego otra ley (Ley 13/1980) que permitió que el apoyo de los diputados y senadores de Almería sustituyera el apoyo popular. Finalmente, el Estatuto de Autonomía de Andalucía de 1981, también conocido como Estatuto de Carmona, fue aprobado el 30 de diciembre de 1981.
Blas Infante fue reconocido por el Parlamento Andaluz como "Padre de la Patria Andaluza" en el preámbulo del Estatuto de Autonomía, mediante un decreto en 1983.
La transición en Andalucía
Después de la muerte de Franco, el Estatuto de Autonomía se vio como una solución a los problemas económicos y sociales de la región. En 1977, un millón y medio de personas salieron a la calle en Andalucía pidiendo "libertad, amnistía, estatuto de autonomía". En 1980, se realizó un referéndum sobre la autonomía andaluza, con un resultado favorable, y en 1981 se aprobó el Estatuto de Autonomía. Al año siguiente, se celebraron las primeras elecciones autonómicas.
Este proceso de cambio también se dio en el campo andaluz, aunque más lentamente. Los cambios políticos y la crisis económica afectaron al campo, donde el desempleo seguía aumentando. Desde 1976, hubo conflictos en el campo andaluz, con huelgas, manifestaciones y ocupaciones simbólicas. La desmovilización posterior a 1982 se debió a la moderación de los líderes, las ayudas al desempleo y una combinación de miedo y prudencia. Además, el gran interés por la autonomía hizo que todos los esfuerzos se centraran en conseguirla como un medio para lograr una mejor distribución económica.
Reforma del Estatuto de Autonomía
En 2001, se planteó por primera vez la posibilidad de reformar el Estatuto de Autonomía de Andalucía. Para ello, en 2004 se creó una comisión encargada de la reforma, compuesta por miembros de los principales partidos políticos. En 2007, las Cortes aprobaron un nuevo Estatuto de Autonomía de Andalucía, que los andaluces ratificaron en un referéndum.
El referéndum fue aprobado por el 87,45% de los votos, aunque la participación fue baja, alrededor del 36,28% del censo. Este nuevo estatuto menciona en su preámbulo que en el Manifiesto andalucista de 1919 se describió a Andalucía como una realidad nacional, y luego expone su estatus actual como "nacionalidad" dentro de la unidad de la Nación española. Más concretamente, en su articulado se autodefine como "nacionalidad histórica", a diferencia del estatuto anterior de 1981, que solo la definía como "nacionalidad".
Memoria
En 2018 se creó el Museo de la Autonomía Andaluza, un lugar dedicado a la historia de la autonomía de Andalucía.
Véase también
- Bética
- Al-Ándalus
- Adelantamiento Mayor de Andalucía
- Notaría Mayor de Andalucía
- Conspiración del duque de Medina Sidonia (1640)
- Cuatro reinos de Andalucía
- Junta Suprema de Andalucía
- Regionalismo andaluz
- Andalucismo político
- Andalucismo islamizante
- Plataforma por Andalucía Oriental
- Regionalismo de Andalucía Oriental
Galería de imágenes
-
Retrato de Blas Infante, realizado sobre azulejos, situado en la avenida Blas Infante de Jerez.