Hernando de Ávila para niños
Hernando de Ávila (nacido alrededor de 1538 y fallecido en 1595) fue un pintor e iluminador español del Renacimiento. Era hijo del pintor Lorenzo de Ávila y, según algunos historiadores, fue alumno de Francisco Comontes. Trabajó en el Monasterio de El Escorial al servicio del rey Felipe II de España.
Contenido
La vida y el arte de Hernando de Ávila
Sus primeros trabajos y su tiempo en Toledo
Entre 1560 y 1565, Hernando de Ávila colaboró con su cuñado, Luis de Velasco. Juntos crearon varias obras, como el retablo de El Casar de Escalona. El 10 de febrero de 1565, fue nombrado pintor oficial de la Catedral de Toledo. Ya había trabajado allí como iluminador, y hasta 1579, tuvo una actividad muy intensa al servicio de la archidiócesis.
En la catedral, terminó de pintar las tablas de un retablo en la capilla de la torre. Estas tablas mostraban a San Juan Bautista y la Adoración de los Reyes. Por este trabajo, recibió un pago en 1568. Como pintor del Arzobispado, participó en 1569 en el retablo de la iglesia de San Martín y en el de la Encarnación en la iglesia de Santo Tomé (1573), ambas en Toledo. También trabajó en retablos de iglesias parroquiales en otras localidades de la diócesis, como Lillo o Villaluenga de la Sagra. Su estilo era manierista, combinando influencias de otros artistas como Juan Correa de Vivar, Blas de Prado y su cuñado Luis de Velasco. También se cree que diseñó el retablo mayor de las monjas de Santo Domingo el Antiguo en 1576.
Su etapa en Madrid y el servicio al rey
En 1573, Hernando de Ávila se trasladó a Madrid. Desde 1574, colaboró con Alonso Sánchez Coello, con quien tenía una gran amistad. Juntos trabajaron en obras como el retablo de la antigua iglesia del convento de la Victoria y el de Colmenar Viejo.
En agosto de 1584, se unió al grupo de iluminadores que trabajaban en El Escorial. Allí, obtuvo el título de «Pintor de Su Majestad», un título que luego heredó su hijo, Alonso de Ávila. A pesar de su trabajo en la corte, Hernando de Ávila mantuvo el contacto con Toledo. En enero de 1586, regresó para evaluar, junto a Miguel Barroso, un cuadro de Luis de Velasco en el claustro de la Catedral de Toledo.
Proyectos importantes y su legado
En 1591, Hernando de Ávila presentó un proyecto para decorar la Sala de los Reyes y el Cuarto del Cierzo en el Alcázar de Segovia. Entre 1593 y 1594, se realizaron las esculturas de los reyes, una serie que había sido iniciada por Alfonso X el Sabio y continuada por Enrique IV de Castilla. Hernando de Ávila y sus ayudantes se encargaron de dar color a estas figuras.
Probablemente en esa época, el rey Felipe II le encargó el Libro de retratos, letreros e insignias reales de los reyes de Oviedo, León y Castilla. Este fue posiblemente su último trabajo y es el único testimonio que queda de la decoración de ese salón, que fue destruido en 1860. El libro se conserva en el Museo del Prado y contiene 77 páginas con retratos de reyes, escudos y un árbol genealógico. Hernando de Ávila falleció en Madrid en marzo de 1595. Su viuda recibió un pago en 1596 por este libro "iluminado de colores" y otro libro, ahora perdido, que solo contenía dibujos del mismo tema.
Hernando de Ávila también escribió un libro sobre el arte de la pintura, que hoy está perdido. Su contemporáneo Diego de Villalta mencionó este libro en su tratado De las estatuas antiguas (1590), diciendo que Ávila había recopilado información y obras de los pintores más importantes de su tiempo.
Galería de imágenes
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Alfonso II de Oviedo, iluminación del Libro de retratos de los reyes (1594), Madrid, Museo del Prado.