Gabriela Ortega Feria para niños
Datos para niños Gabriela Ortega |
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Información personal | ||
Nacimiento | 30 de julio de 1862 Cádiz (España) |
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Fallecimiento | 25 de enero de 1919 Gelves (España) |
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Nacionalidad | Española | |
Familia | ||
Cónyuge | Fernando Gómez García | |
Hijos | Rafael, Fernando, Joselito, Gabriela, Trini y Dolores | |
Información profesional | ||
Ocupación | Artista y bailaora | |
Seudónimo | La señá | |
Gabriela Ortega Feria (nacida en Cádiz el 30 de julio de 1862 y fallecida en Sevilla el 25 de enero de 1919) fue una talentosa bailaora y cantaora española. Era conocida artísticamente por su propio nombre o como "la señá Gabriela". Provenía de una familia de artistas y personas relacionadas con el mundo del toro.
Gabriela se casó en Sevilla con el torero Fernando Gómez “El Gallo”. Tuvieron seis hijos: Rafael, Fernando, Joselito, Gabriela, Trini y Dolores. Gabriela dedicó su vida a su familia. Dejó su carrera artística en 1885, cuando se casó. Tras enviudar, enfrentó dificultades económicas. Sacó adelante a su familia hasta que sus hijos mayores pudieron ayudar. Falleció a los 56 años.
Contenido
¿Quién fue Gabriela Ortega?
Gabriela Ortega Feria nació en una familia con raíces gitanas en Cádiz. Desde muy joven, mostró un gran talento para el baile y el cante flamenco. Su padre, Enrique Ortega Díaz, conocido como “El Gordo viejo”, la apoyó mucho. Él también era bailaor y banderillero. Gracias a este apoyo, Gabriela se hizo muy buena en ambas disciplinas del flamenco. Era conocida por su bondad y generosidad.
Sus primeros años y talento artístico
Gabriela se mudó pronto a Sevilla. Allí, los cafés cantantes estaban de moda. Estos eran lugares donde la gente podía disfrutar de espectáculos. Gabriela prefirió actuar en el café El Burrero, que luego se llamó La Escalerilla. Allí, sus bailes de tangos y alegrías eran muy populares.
En este café conoció a su futuro esposo, el torero Fernando Gómez “El Gallo”. Él ya la conocía, pero al verla actuar, quedó impresionado. Le gustaba tanto que iba todas las noches al local. Incluso invitaba a los artistas que acompañaban a Gabriela.
El amor y la familia
La familia de Gabriela no estaba de acuerdo con su relación con el torero. Por eso, Fernando Gómez “El Gallo” decidió llevarla a Madrid en secreto. Querían hacer su relación más seria. Allí nació Rafael, su primer hijo, en 1882. Los hermanos de Gabriela insistieron mucho. Finalmente, El Gallo permitió que Gabriela regresara a Sevilla en 1885. Ese mismo año, se casaron.
Después de casarse, Gabriela tuvo cinco hijos más. Sus tres hijos varones, Rafael, Joselito y Fernando, se dedicaron al mundo del toro. Sus tres hijas, Gabriela, Trini y Dolores, se casaron con toreros famosos.
Gabriela dejó su carrera artística después de casarse. Se convirtió en una madre ejemplar y muy trabajadora. Su dedicación a su familia era su mayor ideal.
Una madre dedicada y su legado
Gabriela fue parte de una de las familias gitanas más conocidas de su tiempo. En esta familia, el arte del toro y el flamenco estaban muy unidos. El talento de su familia no solo se vio en Gabriela. Su hermano Enrique, también conocido como el Gordo, fue un cantaor destacado a finales del siglo XIX. Sus tonás y seguiriyas se hicieron muy populares. Incluso creó una escuela para enseñar sus conocimientos.
Gabriela enviudó el 2 de agosto de 1897, a los 35 años. Su esposo, Fernando Gómez “El Gallo”, falleció en Gelves, un pueblo de Sevilla. Como había dejado su carrera, Gabriela tuvo que esforzarse mucho para mantener a su casa y a sus seis hijos. Trabajó muy duro hasta que Rafael y Fernando empezaron a ganar dinero.
En 1919, Gabriela enfermó. Su salud empeoró poco a poco. La prensa incluso publicó artículos sobre su estado. Finalmente, falleció el 25 de enero de ese mismo año. Muchas personas decían que su muerte se debía al dolor que sentía cada vez que uno de sus hijos salía al ruedo.
La revista La Lidia publicó un reportaje sobre ella el 31 de enero de 1919. Hablaba de su vida y de su personalidad. Destacaba sus virtudes como mujer y madre. También mostraba imágenes de su entierro en la Alameda de Hércules, un barrio de Sevilla.
El día de su muerte, se hicieron varias misas en su casa. Sus amigos y familiares llevaron el ataúd a hombros hasta las afueras de la ciudad. Allí, el cuerpo fue puesto en una carroza de lujo para llevarlo a San Fernando, Cádiz. Muchas personas de todas las clases sociales asistieron. La comitiva incluía a su familia, ganaderos, toreros, banderilleros y amigos. Gabriela fue enterrada junto a Fernando Gómez “El Gallo”. Su hijo Joselito había comprado el panteón tiempo antes.
La familia recibió miles de mensajes de apoyo. Muchos telegramas y llamadas llegaron, especialmente para su hijo Joselito. Él ya era un torero muy famoso en toda España.
La familia Gallo: Un legado artístico
La familia que Gabriela Ortega formó con su esposo Fernando Gómez es conocida en la historia del toreo como la familia Gallo. Este apodo venía del padre. Los tres hijos varones se dedicaron al toreo. José Gómez Ortega, conocido como Joselito o Gallito III, fue uno de los más destacados. Se hizo muy famoso en el toreo desde joven. Lamentablemente, falleció a los 25 años.
Otro miembro importante de esta familia fue Gabriela Ortega Gómez, nieta de Gabriela Ortega Feria. Ella estudió arte dramático y ganó la Medalla de Oro en Madrid por su actuación. Trabajó en Roma y Argentina, donde recibió un premio muy importante para artistas extranjeros: El Azteca de Oro.
La importancia de Gabriela Ortega Gómez se recuerda en una glorieta de Sevilla. Está en el parque de María Luisa, junto a un gran árbol ficus que lleva su nombre.
¿Cómo se recuerda a Gabriela Ortega?
La vida de Gabriela Ortega Feria fue contada en la prensa de su época. Aunque fue bailaora y cantaora por poco tiempo, dejó una gran huella. El escritor Fernando el de Triana escribió en su libro Arte y artistas flamencos que Gabriela era tan buena como los mejores de su época.
Hoy en día, hay sitios web que cuentan su vida de forma positiva. Además, el libro Antología del Baile Flamenco, de Manuel Ríos Vargas, incluye un poema dedicado a ella. Este poema, escrito por Manuel Beca Mateos, muestra lo importante que fue Gabriela. También nos ayuda a entender cómo la veían otras personas:
Gabriela
Una bata de cola
de percal florío
adorná de volantes
con mil fruncío
Una flor y una peina
de carey labrao
y un pañuelo de talle
toíto bordao.
Un cuerpo de gitana
mú bien plantáo
¡ánfora de Triana
sobre el tablao!
Gabriela
bailaora flamenca
que en El Burrero,
el corazón ganaste
de gran torero.
Gabriela,
más palmas y requiebros
tiés recibíos
que frunces tíe tu bata
de percal florío.
Son tiempos de Silverio
y de El Burrero,
de los polos, los tangos
y del bolero.
Un gitano rumboso
mú pinturero
que en Sevilla tié fama
de gran torero,
tóa la noche se pasa
junto al tabláo;
que de la bailaora
sá enamoráo.
Gabriela,
en los frunces graciosos
de tu vestío
el corazón del Gallo
quedó prendío.
Gabriela,
más penas y dolores
llevas sufrió,
que frunces tíe tu bata
de percal florío.