El Vapor (fábrica) para niños
La Fábrica Bonaplata (1832-1838), ubicada en Barcelona, fue muy importante para la industria de España. Fue la primera fábrica en el país que usó la fuerza del vapor para mover sus máquinas. También fue la primera fundición que fabricó y reparó maquinaria de hierro fundido para venderla a las empresas textiles. Por eso, también se le conocía como "Vapor Bonaplata" o simplemente El Vapor.
Los expertos en historia consideran que la creación de esta fábrica fue un momento clave para la industria del algodón en Cataluña y para el desarrollo industrial de toda España. Su fundación mostró que el dinero empezaba a invertirse en la industria, lo que llevó a una rápida y completa transformación industrial.
Aunque la fábrica sufrió daños por un incendio durante unos disturbios en 1835 (lo que causó el cierre de la empresa en 1838), la parte de la fundición se recuperó rápidamente. Ha seguido funcionando a través de diferentes uniones y compras de empresas, y más tarde formó parte de La Maquinista Terrestre y Marítima. Hoy en día, es una parte de la empresa Alstom.
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¿Por qué fue pionera la Fábrica Bonaplata?
La industrialización moderna en Cataluña comenzó con esta empresa. Antes de 1832, se hablaba de una etapa preindustrial. Pero a partir de ese año, con la Fábrica Bonaplata, se inició la industria moderna. Esta nueva forma de producir se basó en dos cosas clave: la máquina de vapor como fuente de energía y la maquinaria hecha de hierro fundido.
Antes, en Cataluña, las máquinas de la industria textil (como las de hilar, los telares y las mesas de estampado) eran de madera. Bonaplata fue la primera en usar máquinas de hilar y telares mecánicos de hierro fundido. Además, introdujo las técnicas para construir y reparar estas máquinas.
Las máquinas de hierro fundido eran muy pesadas y no podían ser movidas por personas o animales. Una opción era usar la energía del agua, pero esto solo era posible cerca de los ríos. Los fabricantes de Barcelona no tenían acceso a esta energía, por lo que fue necesario usar la máquina de vapor. Así, la maquinaria textil moderna llegó junto con una nueva y potente fuente de energía: el vapor.
¿Quiénes impulsaron la Fábrica Bonaplata?
La familia Bonaplata ya trabajaba en el sector textil antes de crear "El Vapor". Por ejemplo, Ramón y Gabriel Bonaplata eran conocidos como fabricantes de indianas en 1803. Ramón Bonaplata y Roig tuvo cinco hijos. El mayor, Salvador, continuó con el negocio de estampado de su padre. El segundo, Josep Bonaplata y Corriol, fue el principal impulsor de esta innovación. Contó con la ayuda de sus hermanos y de otros fabricantes amigos, con quienes formó una sociedad.
Josep se dedicó a buscar formas de mejorar la forma de hilar y tejer. En junio de 1829, obtuvo permiso para importar maquinaria para hilar. En noviembre de ese mismo año, junto con Joan Vilaregut y Albafull, un fabricante de tejidos de algodón, consiguió más permisos para importar. Estos dos socios instalaron una primera fábrica en Sallent que usaba dos ruedas de agua como energía. En esta nueva fábrica trabajaron hasta 300 personas y ya usaba la nueva maquinaria de hierro. Sin embargo, la experiencia no funcionó del todo bien debido a problemas para transportar las materias primas y los tejidos terminados. También hubo problemas inesperados, como robos e incendios de algunos transportes. Por todo esto, Josep decidió viajar a Inglaterra para conocer los últimos avances en maquinaria textil y estudiar de cerca cómo se usaba el vapor.
El proyecto industrial que los Bonaplata y sus socios querían llevar a cabo necesitaba el apoyo de las autoridades. Por eso, pidieron ventajas como la reducción de impuestos para importar maquinaria y materiales, y también ayudas económicas directas. Estas ayudas se justificaron por lo novedoso de estos nuevos sistemas industriales.
Bonaplata se comprometió a crear una empresa para fabricar tejidos con maquinaria inglesa movida por vapor. También se comprometió a tener una fundición capaz de reparar la maquinaria importada y de construir cada año al menos 40 máquinas de hilar y 200 telares mecánicos. La empresa también acordó permitir el acceso a su fábrica a todos los fabricantes que quisieran aprender sobre el funcionamiento de la máquina de vapor y sus métodos, con la idea de que su uso se extendiera por todo el país. A cambio, obtuvieron la exención de impuestos, una ayuda económica y unos terrenos cerca de la muralla de Barcelona, con acceso a la calle Talleres.
¿Cómo era la fábrica?
Los Bonaplata se unieron a Juan Rull, José Girarlt, Juan Vilaregut, Valentín Esparó Giralt, José Colomer y José Giralt. También contaron con el apoyo de Gaspar de Remisa. El 30 de septiembre de 1831, fundaron la sociedad "Bonaplata, Vilaregut, Rull y Compañía" con un capital importante. La fábrica, llamada "El Vapor", empezó a funcionar en abril de 1832 y empleaba a 700 trabajadores en los telares mecánicos, la fundición y el taller de montaje.
Se cree que la fábrica estuvo completamente operativa a partir del 29 de noviembre de 1833. Ese día, apareció un anuncio en la prensa invitando a los industriales a visitar la fábrica y ofreciendo los servicios de la fundición.
Al principio, la Comisión de Fábricas de Hilados, Tejidos y Estampados no apoyó la iniciativa. Pero a finales de 1833, cambió por completo de opinión: "La fábrica de Bonaplata y Cía. comenzó a construirse en 1832; es la primera que instaló telares para tejer de forma mecánica. También introdujo el huso de hierro colado, lo que permitió la construcción de máquinas. Esta empresa también tuvo la primera máquina para pintar indianas. Ahora, no solo pueden construir en sus talleres todas las máquinas necesarias, sino que, recibiendo el algodón de Motril en bruto, lo transforman hasta que sale pintado y listo para ser cortado para ropa, compitiendo con los productos extranjeros. Emplea entre seiscientas y setecientas personas... los telares mecánicos y todo lo que hay en la fábrica, movido por la hermosa máquina de vapor, son dignos de la atención de todos los fabricantes y de quienes valoran el interés público y el bienestar del país."
El incendio de la fábrica
La fábrica comenzó a funcionar en un momento histórico complicado, con el inicio de la Primera Guerra Carlista y una situación económica difícil. La nueva maquinaria fue vista por algunos trabajadores como una amenaza, ya que pensaban que competía con ellos y que causaría más desempleo. Este movimiento, que también ocurrió en Inglaterra, se conoce como ludismo.
A finales de julio de 1835, en el contexto de la Primera Guerra Carlista, hubo una serie de disturbios. Se quemaron algunos edificios religiosos en Reus, que eran vistos como partidarios de los carlistas. La revuelta llegó a Barcelona. El 25 de julio, día de Sant Jaume, se incendiaron varios conventos. El 5 de agosto, el general Bassa, que intentaba detener los disturbios, falleció.
Esa misma noche, del 5 al 6 de agosto, la fábrica fue atacada e incendiada. Los daños fueron muy grandes. Los Bonaplata pidieron una compensación al gobierno, al que culparon de no haber hecho lo suficiente para evitarlo, pero nunca recibieron esa compensación. El hijo de Bonaplata, que era capitán de la Milicia, intentó defender la fábrica junto con algunos obreros, pero no pudieron impedir el ataque.
El gobernador militar de Barcelona, general Pastor, escribió el siguiente informe sobre lo sucedido: "Fue quemada la fábrica de tejidos y fundición de hierro de los señores Bonaplata y Cía. Las autoridades, al saber que los amotinados intentaban este ataque, enviaron toda la fuerza disponible para detener el incendio; pero fue en vano, porque estaban decididos a hacerlo, convencidos de que los telares movidos por máquinas reducían el trabajo manual. Los dueños de la fábrica, que desde hacía días temían este ataque, se habían preparado con una guardia de sus propios empleados, quienes dispararon antes de tiempo a los amotinados, lo que los enfureció y aumentó su atrevimiento. La tropa que debía contenerlos se interpuso, y hubo varias personas afectadas, quedando el lugar en manos de los atacantes. Las llamas de este incendio afectaron un poco la fábrica de tabacos, la cual, afortunadamente, y con la ayuda de constructores y bombas, pudo salvarse. Sin embargo, cinco u ocho casas pequeñas, pegadas a la misma fábrica, fueron incendiadas."
Un trabajador, Aleix Pardiñas, fue detenido y confesó. Fue ejecutado el mismo día, el 6 de agosto. Cuatro días después, otros tres trabajadores también fueron ejecutados "por participar en los disturbios", y muchos otros fueron condenados a diferentes penas de prisión. Por otro lado, los dueños de otras fábricas que habían pensado instalar telares mecánicos se asustaron y cambiaron de opinión. Además, el gobernador civil de Barcelona, José Melchor Prat, publicó unas normas de trabajo que incluían la creación de una Comisión inspectora de Fábricas. El artículo décimo de estas normas decía: "Todo trabajador que cause problemas en la fábrica o fuera de ella, con el pretexto de que el fabricante no cumple lo establecido en los artículos 1 y 2, sufrirá por primera vez una pena de ocho días de arresto. Esto se debe a que, según lo dispuesto en los artículos 3 y 4, tiene la posibilidad de presentarse a la Comisión inspectora de fábricas, que atenderá sus quejas. Si, habiendo sufrido la pena por primera vez, vuelve a cometer la misma falta, será expulsado de esta ciudad como una persona problemática y perjudicial para la sociedad. Se enviará un aviso a todos los fabricantes para que no lo admitan en sus fábricas. Y si sus acciones provocan un tumulto o revuelta, será entregado a las autoridades competentes como perturbador del orden público."
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Véase también
En inglés: Bonaplata Factory Facts for Kids