Edicto de gracia para niños
El edicto de gracia era un anuncio especial que la Inquisición española hacía cuando llegaba a una ciudad o pueblo. Invitaba a las personas que creían haber cometido algún error contra la fe a que lo confesaran por sí mismas en un tiempo determinado, que solía ser de 30 a 40 días. Si lo hacían, no recibirían castigos muy severos.
Este método fue usado al principio de la Inquisición, pero luego fue reemplazado por el edicto de fe, que ya no ofrecía este "período de gracia". Más tarde, el edicto de gracia solo se usó en algunas ocasiones especiales.
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¿Cómo funcionaba el edicto de gracia?
Cuando los miembros de la Inquisición llegaban a un lugar, primero se presentaban a las autoridades. Luego, durante una misa, después del sermón, un inquisidor hablaba a la gente. Les pedía que juraran que ayudarían a la Inquisición a encontrar a quienes no seguían la fe.
Después, se leía el edicto. Al principio, en las primeras décadas de la Inquisición española (entre 1480 y 1500), se usaba el "edicto de gracia". La diferencia principal era que este edicto, después de nombrar los errores contra la fe, invitaba a las personas a confesarse voluntariamente dentro de un "período de gracia".
¿Qué pasaba si alguien se confesaba?
Las personas que se confesaban durante este tiempo eran "reconciliadas" con la Iglesia. Esto significaba que eran perdonadas sin recibir castigos muy duros. A veces, solo tenían que hacer una penitencia sencilla o pagar una multa, y no les quitaban sus bienes.
Este sistema fue muy efectivo para que muchas personas, especialmente los judeoconversos (judíos que se habían convertido al cristianismo), confesaran si seguían practicando algunas costumbres judías. Miles de ellos se presentaron voluntariamente. Por ejemplo, en Toledo, unas 4300 personas fueron "reconciliadas" en solo dos años (1486-1487). Sin embargo, muchas de estas confesiones se hacían por miedo, no porque realmente hubieran cometido errores.
¿Por qué cambió el edicto de gracia?
Aunque las confesiones voluntarias eran muchas, los inquisidores pensaron que esto demostraba que había muchos errores contra la fe. Por eso, aumentaron la persecución de quienes no se habían confesado. Esto llevó a un tiempo de mucha presión para las personas.
Así, después del año 1500, los edictos de gracia dejaron de usarse comúnmente. Fueron reemplazados por los edictos de fe, que ya no ofrecían un período de gracia. En su lugar, estos edictos invitaban a la gente a denunciar a quienes cometían los errores que aparecían en una larga lista.
¿Cuándo se volvió a usar el edicto de gracia?
Los edictos de gracia se usaron de nuevo a mediados del siglo XVI para tratar con los moriscos (musulmanes convertidos al cristianismo) que supuestamente seguían practicando su fe en secreto. Por ejemplo, en Valencia, en 1568, un edicto de gracia hizo que 2689 moriscos se confesaran.
También se usó este método para perseguir la práctica de la hechicería en los siglos XVI y XVII. En 1522, en Zaragoza, un edicto logró 22 confesiones de personas acusadas de hechicería.
Incluso en Portugal, en 1627, se publicó un edicto de gracia especial. Este edicto, en lugar de buscar denuncias, ayudó a liberar a muchas personas encarceladas y a suspender los autos de fe. Fue un tipo de "perdón general" que se dio a cambio de un gran préstamo a la Corona.
Los últimos edictos de gracia de la Inquisición española se publicaron en 1815. Uno de ellos se dirigió a los miembros de ciertas asociaciones en el país, dándoles un plazo para confesar sus actividades. Otro edicto general de gracia se dirigió a todas las personas que se consideraban que habían cometido errores contra la fe, dando un plazo muy largo para confesarse. Este último edicto permitía a los confesores recibir las declaraciones y dar el perdón, algo que antes solo hacían los inquisidores.