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Deseo para niños

Enciclopedia para niños

Los deseos son estados mentales que nos impulsan a querer o anhelar algo. Imagina que quieres un nuevo videojuego o que anhelas unas vacaciones: eso es un deseo. Los deseos son diferentes de las creencias. Una creencia es lo que pensamos que es verdad sobre el mundo, como "el cielo es azul". Un deseo, en cambio, es cómo nos gustaría que el mundo fuera, como "quiero que llueva para que crezcan las plantas".

Los deseos nos motivan a actuar. Por ejemplo, si deseas un vaso de agua, te levantarás y lo buscarás. Para que un deseo se convierta en acción, necesita combinarse con una creencia. Si deseas un vaso de agua, también necesitas creer que hay agua en la cocina.

Cuando un deseo se cumple, generalmente sentimos placer o satisfacción. Si no se cumple, podemos sentirnos un poco decepcionados. Los deseos también nos hacen ver las cosas que queremos de una manera positiva, como si fueran algo bueno.

Aunque muchos expertos están de acuerdo en estas ideas generales, hay diferentes formas de entender qué son los deseos. Algunas teorías dicen que los deseos son lo que nos impulsa a la acción. Otras se centran en el placer que sentimos cuando se cumplen. Y otras piensan que los deseos son una forma de ver algo como valioso o bueno.

Los deseos se pueden clasificar de varias maneras:

  • Deseos intrínsecos: Son cosas que queremos por sí mismas, como la felicidad.
  • Deseos instrumentales: Son cosas que queremos para conseguir otra cosa, como estudiar para sacar buenas notas.
  • Deseos ocurrentes: Son los deseos que tenemos en mente en este momento y que nos están influyendo.
  • Deseos latentes: Son deseos que tenemos, pero que no están activos en nuestra mente en ese momento.

Los deseos son importantes en muchos aspectos de nuestra vida. Nos ayudan a entender por qué actuamos, qué valoramos y cómo nos sentimos.

Archivo:Désirs by William Kendall
Désirs pintura hecha por William Sergeant Kendall, 1892.

¿Qué son las teorías del deseo?

Las teorías del deseo buscan explicar qué son los deseos en su esencia. Aunque hay muchas ideas sobre las características de los deseos (como que nos llevan a la acción o nos dan placer), el debate principal es cuáles de esas características son las más importantes para definir un deseo.

Características generales de los deseos

Los deseos son como actitudes hacia situaciones que podemos imaginar. Se diferencian de las creencias en su "dirección". Las creencias intentan representar el mundo tal como es, mientras que los deseos intentan cambiar el mundo para que sea como nos gustaría que fuera.

Los deseos pueden ser positivos (querer que algo bueno suceda) o negativos (querer que algo malo no suceda). También pueden ser más o menos fuertes: algunas cosas las deseamos con más intensidad que otras.

Los deseos están muy relacionados con nuestras acciones. Normalmente, intentamos hacer realidad nuestros deseos cuando actuamos. Sin embargo, un deseo por sí solo no siempre es suficiente; necesita combinarse con una creencia. Por ejemplo, si deseas un nuevo teléfono, solo lo pedirás por internet si crees que pedirlo te ayudará a conseguirlo.

Cuando un deseo se cumple, sentimos placer. Además, los deseos nos hacen ver lo que queremos como algo bueno. Los deseos también pueden hacer que nuestra atención se dirija hacia el objeto deseado y nos ayudan a aprender a través de recompensas.

Teorías basadas en la acción

Estas teorías son muy antiguas y populares. Definen los deseos como algo que nos impulsa a actuar. Esto es útil cuando intentamos entender por qué alguien hace algo. Por ejemplo, si alguien desea comer, es probable que busque comida.

Sin embargo, estas teorías tienen algunas críticas. A veces, hacemos cosas sin desearlas, como cuando nos sentimos obligados a hacer algo. También hay deseos que no nos llevan a la acción, como desear que un número matemático sea diferente, algo que no podemos cambiar. Incluso una persona que no puede moverse puede tener muchos deseos, aunque no pueda actuar para cumplirlos.

Teorías basadas en el placer

Una característica importante de los deseos es que su cumplimiento nos da placer. Las teorías basadas en el placer usan esto para definir los deseos. Según estas ideas, desear algo es estar dispuesto a sentir placer si eso sucede y disgusto si no sucede.

Estas teorías resuelven algunos problemas de las teorías basadas en la acción, ya que permiten que otras cosas nos impulsen a actuar y explican que una persona sin movimiento puede seguir teniendo deseos.

Pero también tienen sus propios desafíos. Por ejemplo, se cree que la satisfacción de un deseo causa placer, pero si el deseo y el placer fueran lo mismo, no podría haber una relación de causa y efecto. Además, a veces deseamos cosas que, al final, no nos dan el placer que esperábamos.

Teorías basadas en el valor

Estas teorías son más recientes. Dicen que desear algo es verlo como valioso o bueno. Algunas versiones de estas teorías sugieren que desear algo es creer que es bueno. Sin embargo, esto no explica por qué a veces sabemos que algo es bueno pero no lo deseamos.

Un enfoque más prometedor es que desear algo es que nos "parezca" bueno. Por ejemplo, desear comer un dulce es que nos parezca bueno comerlo, aunque sepamos que no es lo más saludable. Los críticos de estas teorías señalan que es difícil explicar cómo los animales, como los gatos o los perros, pueden tener deseos si no pueden pensar en las cosas como "buenas" en el mismo sentido que los humanos.

Otras teorías del deseo

Existen muchas otras ideas sobre los deseos:

  • Teorías basadas en la atención: Dicen que un deseo es algo que hace que nuestra atención vuelva una y otra vez al objeto deseado.
  • Teorías basadas en el aprendizaje: Definen los deseos por su capacidad de promover el aprendizaje a través de recompensas.
  • Teorías funcionalistas: Explican los deseos por el papel que juegan en nuestra mente y cómo causan otras cosas.
  • Teorías interpretacionistas: Atribuyen deseos a las personas o animales basándose en lo que mejor explicaría su comportamiento.
  • Teorías holísticas: Combinan varias de las características mencionadas para definir los deseos.

Tipos de deseos

Los deseos se pueden clasificar de varias maneras importantes.

Deseos intrínsecos e instrumentales

Esta es una distinción muy importante.

  • Un deseo es intrínseco si queremos algo por sí mismo. Por ejemplo, la felicidad o la amistad suelen ser deseos intrínsecos. No los queremos para conseguir otra cosa, sino porque son valiosos en sí mismos.
  • Un deseo es instrumental si queremos algo para conseguir otra cosa. Por ejemplo, si Haruto quiere ver una película (deseo intrínseco), puede desear conducir hasta el cine. Conducir es un deseo instrumental, porque lo hace para lograr su deseo principal de ver la película. Si no quisiera ver la película, no desearía conducir.

A veces, podemos desear la misma cosa de forma intrínseca e instrumental. Si a Haruto le encanta conducir, podría desear conducir al cine tanto por el placer de conducir como para ver la película.

Deseos ocurrentes y latentes

  • Los deseos ocurrentes son los deseos que están activos en nuestra mente en un momento dado. Son los que estamos pensando o los que nos están influyendo en ese momento. Por ejemplo, si Dhanvi está hablando con su amiga sobre ir de excursión, su deseo de ir de excursión es ocurrente.
  • Los deseos latentes (o "parados") son deseos que tenemos, pero que no están activos en nuestra mente en ese momento. Por ejemplo, Dhanvi puede desear vender su coche viejo, pero mientras habla de la excursión, ese deseo está latente. Sigue siendo parte de su mente, pero no la está influyendo activamente.

Deseos proposicionales y deseos objetuales

La mayoría de los expertos creen que todos los deseos son "proposicionales", lo que significa que se refieren a una situación o estado de cosas. Por ejemplo, "Arielle desea que tenga una tortilla para el desayuno".

Sin embargo, otros piensan que algunos deseos se dirigen directamente a objetos. Por ejemplo, "Luis desea una tortilla". La diferencia es que los deseos proposicionales se expresan con frases como "que...", mientras que los deseos objetuales se expresan con un objeto directo.

Los que defienden los deseos proposicionales dicen que las frases con objeto directo son solo una forma corta de decir un deseo proposicional. Pero los que defienden los deseos objetuales dicen que son un tipo diferente de deseo. Un problema para los deseos objetuales es que es difícil saber cuándo se cumplen. ¿El deseo de Luis se cumple solo con que exista una tortilla, o con que él la tenga en algún momento? Parece que, para ser claros, siempre terminamos explicando estos deseos con una frase "que...", lo que los convierte en deseos proposicionales.

Deseos superiores e inferiores

En algunas filosofías y religiones, se distingue entre deseos "superiores" e "inferiores".

  • Los deseos superiores suelen estar relacionados con metas espirituales o más elevadas.
  • Los deseos inferiores se asocian con placeres del cuerpo o los sentidos.

Algunas religiones, como el budismo, sugieren que todos los deseos pueden causar sufrimiento. Otras, como algunas ramas del hinduismo y el cristianismo, distinguen entre deseos "malos" (como la codicia) y deseos "buenos" (como el deseo de acercarse a Dios).

Los filósofos existencialistas a veces hablan de deseos "auténticos" e "inauténticos". Un deseo auténtico es algo que realmente queremos desde lo más profundo de nuestro ser. Un deseo inauténtico es algo que tenemos, pero con lo que no nos sentimos completamente identificados.

El papel de los deseos

Los deseos son un concepto muy importante y aparecen en muchas áreas de estudio.

Deseos, acciones y moralidad

Los deseos son clave para entender por qué actuamos. Como ya dijimos, un deseo necesita una creencia para convertirse en acción.

Algunos filósofos creen que nuestros deseos son nuestras razones para actuar. Otros dicen que los deseos no son razones en sí mismos, pero nos muestran las razones. Una ventaja de estas ideas es que explican cómo las razones nos motivan.

Sin embargo, una objeción es que a veces tenemos razones para hacer cosas aunque no las deseemos. Por ejemplo, muchas personas creen que tienen la obligación moral de ayudar a los demás, incluso si no sienten un deseo fuerte de hacerlo.

También se discute si es suficiente hacer lo correcto, o si debemos hacerlo por la razón correcta. Por ejemplo, donar dinero a una causa benéfica es una buena acción, pero si lo haces solo para que los demás piensen que eres generoso, algunos filósofos dirían que no es una acción moralmente valiosa. Para ellos, la acción debe estar motivada por el deseo de cumplir con tu deber o de hacer el bien.

Valor y bienestar

En filosofía, el "valor" de algo a menudo se define en relación con el deseo. Se dice que algo es valioso si es "adecuado desearlo" o si "debemos desearlo". Esto significa que el valor de algo depende de cómo deberíamos sentirnos o actuar hacia ello.

Sin embargo, esta idea tiene un problema: a veces, deseamos algo por razones que no tienen que ver con su valor. Por ejemplo, si un demonio te amenaza con hacer daño a tu familia a menos que lo desees, sería apropiado desear al demonio para salvar a tu familia, aunque el demonio no tenga ningún valor positivo.

El bienestar de una persona es lo que es bueno para ella. Algunas teorías dicen que el bienestar de una persona depende de si sus deseos se cumplen: cuantos más deseos se cumplan, mayor será su bienestar. Un problema con esto es que no todos los deseos son buenos; algunos pueden tener consecuencias negativas. Para resolver esto, algunos teóricos dicen que lo que importa no son los deseos que tenemos, sino los deseos que tendríamos si estuviéramos completamente informados.

Preferencias

Los deseos y las preferencias están muy relacionados. Ambos son estados que influyen en nuestro comportamiento. La diferencia es que los deseos se dirigen a un solo objeto, mientras que las preferencias comparan dos o más opciones. Por ejemplo, puedes desear un helado, pero preferir el helado de chocolate al de vainilla.

Algunos argumentan que el deseo es la idea más fundamental y que las preferencias se pueden explicar a través de los deseos. Si Nadia prefiere el té al café, podría significar que su deseo de té es más fuerte que su deseo de café.

Personas y deseos de orden superior

La personalidad es lo que nos hace ser personas. Una teoría importante, propuesta por Harry Frankfurt, dice que las personas se definen por tener "deseos de orden superior".

  • Los deseos de primer orden son deseos sobre cosas, como querer comer un helado.
  • Los deseos de orden superior son deseos sobre otros deseos. Por ejemplo, alguien que quiere dejar de fumar puede tener el deseo de primer orden de fumar, pero también un deseo de segundo orden de no seguir ese deseo de primer orden.

Según Frankfurt, tener "voliciones de segundo orden" (deseos de segundo orden sobre qué deseos de primer orden seguir) es lo que nos hace personas. Es una forma de preocuparse por quiénes somos y qué hacemos. Los animales, por ejemplo, no suelen tener deseos de orden superior.

¿Cómo se forman y desaparecen los deseos?

Tanto la psicología como la filosofía se interesan en cómo nacen y desaparecen los deseos.

Los deseos instrumentales dependen de otros deseos. Por ejemplo, Aisha desea encontrar una estación de carga en el aeropuerto. Este deseo es instrumental porque se basa en otro deseo: evitar que su teléfono se quede sin batería. Si no tuviera el segundo deseo, el primero no existiría. Los deseos instrumentales suelen desaparecer cuando el deseo principal que los motivaba ya no existe.

Los deseos intrínsecos, en cambio, no dependen de otros deseos. Algunos creen que todos o algunos deseos intrínsecos son innatos, como el deseo de sentir placer o de comer. Otros sugieren que incluso estos deseos básicos pueden depender de la experiencia. También es posible que la razón por sí misma genere deseos intrínsecos.

A veces, un deseo instrumental puede convertirse en un deseo intrínseco. Esto puede suceder a través del aprendizaje. Por ejemplo, un bebé puede desear a su madre al principio solo por lo que ella le da (calor, comida), pero con el tiempo, ese deseo instrumental puede convertirse en un deseo intrínseco de querer a su madre por sí misma.

Existe una idea llamada "tesis de la muerte del deseo" que dice que los deseos desaparecen una vez que se cumplen. Esto significaría que no puedes desear algo si ya lo tienes. Sin embargo, esto se contradice con el hecho de que nuestras preferencias no suelen cambiar cuando se satisfacen los deseos. Por ejemplo, si Samuel prefiere la ropa seca a la mojada, seguirá prefiriéndola incluso después de haberse cambiado a ropa seca. Esto sugiere que el deseo no desaparece por completo.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Desire Facts for Kids

Enlaces externos

  • Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre deseo.


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