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Cuentas del Gran Capitán para niños

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Las Cuentas del Gran Capitán son una historia muy conocida en España. Se trata de una anécdota divertida sobre Gonzalo Fernández de Córdoba, a quien llamaban el Gran Capitán. La historia cuenta que el Rey Fernando el Católico le pidió que le explicara en qué había gastado el dinero durante una guerra en Nápoles a finales de 1506.

El Gran Capitán, en lugar de dar una lista normal, le dio una respuesta muy exagerada y un poco burlona. Mencionó gastos enormes en cosas como "cien millones en picos, palas y azadones para enterrar a los muertos del enemigo". Con esto, quería decir que el dinero se había gastado en ganar la guerra y que gracias a él, habían logrado importantes victorias.

Hoy en día, la frase "las Cuentas del Gran Capitán" se usa cuando alguien presenta una lista de gastos muy exagerada o poco clara. También se usa para decir que no se tiene derecho a pedir explicaciones sobre algo.

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Castel Nuovo, Nápoles, un lugar donde pudo ocurrir esta historia.

¿Qué significa esta historia?

Esta anécdota es un ejemplo de cómo se veía a los españoles en el siglo XVI. Se les consideraba personas leales pero orgullosas, valientes y que no se rebajaban a dar explicaciones si sentían que no debían hacerlo. La historia muestra un carácter fuerte y decidido.

¿Cómo se ha contado esta historia?

La historia de las Cuentas del Gran Capitán se ha contado de muchas maneras a lo largo del tiempo. Una versión popular, que se cree que se fue formando con el tiempo, dice así:

Cien millones de ducados en picos, palas y azadones para enterrar a los muertos del enemigo. Ciento cincuenta mil ducados en frailes, monjas y pobres, para que rogasen a Dios por las almas de los soldados del rey caídos en combate. Cien mil ducados en guantes perfumados, para preservar a las tropas del hedor de los cadáveres del enemigo. Ciento sesenta mil ducados para reponer y arreglar las campanas destruidas de tanto repicar a victoria. Finalmente, por la paciencia al haber escuchado estas pequeñeces del rey, que pide cuentas a quien le ha regalado un reino, cien millones de ducados.

Mucho tiempo después, el famoso escritor Lope de Vega escribió una obra de teatro con el mismo nombre, lo que ayudó a que la historia se hiciera aún más conocida.

Los hechos detrás de la anécdota

Después de que la Reina Isabel la Católica falleciera en 1504, el Rey Fernando el Católico se dio cuenta de que la guerra en Italia estaba costando mucho dinero. Por eso, le pidió a Gonzalo Fernández de Córdoba que le presentara un informe detallado de los gastos.

Algunos historiadores creen que los enemigos del Gran Capitán querían aprovechar la muerte de la reina, que siempre lo había apoyado, para causarle problemas.

Un encuentro tenso

Se cuenta que uno de los contadores del rey, llamado Juan Bautista Spinelli, había estado hablando mal del Gran Capitán, diciendo que gastaba demasiado. Spinelli se sentía muy seguro por el apoyo del rey y llegó a ser muy irrespetuoso con Gonzalo.

En una ocasión, Spinelli se comportó de forma muy grosera delante del Gran Capitán y sus acompañantes. Gonzalo, que era una persona muy paciente, no pudo más. Lo tomó del pelo y le dio dos bofetadas, haciéndole sangrar la boca.

Este incidente pudo haber influido en el estado de ánimo del Gran Capitán cuando el rey le pidió las cuentas.

La respuesta ingeniosa

Cuando Gonzalo fue llamado a dar explicaciones, en lugar de presentar un informe normal, entregó un pequeño libro con un título muy atrevido. En él, ponía gastos como:

  • Doscientos mil setecientos treinta y seis ducados y nueve reales en frailes, sacerdotes, religiosos, pobres y monjas, que rezaban sin parar para que Dios les diera la victoria.
  • Setecientos mil cuatrocientos noventa y cuatro ducados en espías, gracias a los cuales había descubierto los planes del enemigo y ganado muchas batallas, logrando así el control de un gran reino.

El Rey Fernando entendió que era una forma ingeniosa de Gonzalo de decir que había gastado el dinero en cosas que habían llevado a la victoria, y que no era justo pedirle cuentas de esa manera. La historia dice que el rey y todos los presentes se rieron mucho.

Esta anécdota se hizo muy popular porque el gesto de Gonzalo, con su orgullo, humor e ironía, encajaba muy bien con la forma de ser del pueblo español. Con el tiempo, la gente fue añadiendo más gastos exagerados a la historia, como los guantes perfumados o las campanas gastadas de tanto repicar por las victorias.

¿Fue real la anécdota?

Los expertos creen que, aunque la historia pudo haber sido exagerada con el tiempo, el incidente principal sí ocurrió. Gonzalo se sintió ofendido por la insistencia de los contadores y por la actitud del rey, que lo permitía. Por eso, desahogó su enojo con ingenio e ironía. Cuando el Rey Fernando se enteró de las cuentas "fantásticas", se dio cuenta de lo ridículo que era pedirle explicaciones a alguien que le había "regalado" un reino.

El contexto histórico

Este episodio ocurrió cuando el Rey Fernando llegó a Nápoles en 1506, poco después de la muerte de Felipe el Hermoso. En ese momento, la situación del rey era delicada. Necesitaba recuperar las tierras de los nobles napolitanos que habían apoyado a Francia, lo que iba en contra de los soldados del Gran Capitán, a quienes este había recompensado generosamente.

El Gran Capitán era tan poderoso que algunos de sus compañeros o incluso los napolitanos le sugirieron que se convirtiera en rey de Nápoles. También podría haber cambiado de bando, como hacían otros líderes militares de la época, y ponerse al servicio de otro gobernante.

El Rey Fernando logró que Gonzalo regresara con él a España, evitando así cualquier peligro. Una vez en España, los castillos de Gonzalo y de otros nobles rebeldes fueron parcialmente destruidos. Esto mostraba que la monarquía estaba empezando a imponer su autoridad.

La unión de las Coronas

Es importante recordar que, a la muerte de la Reina Isabel, Fernando solo era rey de la Corona de Aragón, a la que estaban unidos los reinos italianos. En la Corona de Castilla, la reina era su hija Juana. La unión de las dos coronas era personal, es decir, estaban unidas por los reyes, no por ser un solo país.

Los planes de expansión de Castilla (hacia el Atlántico y América) y de Aragón (hacia el Mediterráneo e Italia) eran diferentes. Por ejemplo, el comercio con América estaba reservado solo a los comerciantes de Castilla, y los de Aragón no podían participar.

Esto se ve en el epitafio que el Rey Fernando mandó grabar en la tumba de Cristóbal Colón, que murió en 1506:

A Castilla y a León nuevo mundo dió Colón.

Esta frase se hizo popular y la gente le añadió un verso irónico:

Con los cuartos de Aragón.

Gonzalo, en Italia, fue muy importante porque reorganizó la infantería, creando las "Coronelías", que fueron la base de los famosos Tercios. Estas eran tropas muy experimentadas, formadas principalmente por soldados de Castilla, pero también por mercenarios de toda Europa. Estos Tercios se hicieron muy famosos y fueron clave en importantes victorias, como la Batalla de Pavía veinte años después, que aseguró el dominio español en el norte de Italia.

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