Convento de Capuchinos (Jérica) para niños
Datos para niños Convento de Capuchinos |
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Localización | ||
País | ![]() |
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Comunidad | ![]() |
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Provincia | Castellón | |
Localidad | Jérica | |
Información religiosa | ||
Culto | Iglesia católica | |
Orden | Orden de los Hermanos Menores Capuchinos | |
Historia del edificio | ||
Construcción | 1618 | |
Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Convento | |
Estilo | arquitectura barroca | |
El Convento de Capuchinos de Jérica fue un importante edificio religioso ubicado en la Provincia de Castellón, España. Se encontraba en la calle D. Pablo Barrachina. Aunque hoy ya no quedan muchas de sus construcciones originales, su historia es muy interesante. Gran parte del convento fue destruida durante la Guerra Civil Española, y en su lugar se construyeron nuevas casas.
Contenido
Historia del Convento de Jérica
¿Cómo llegaron los Capuchinos a España?
Los frailes capuchinos llegaron a España en el año 1578. Fundaron su primer convento en Sarriá, cerca de Barcelona. Más tarde, en 1598, el beato San Juan de Ribera, quien buscaba ayuda para la conversión de los moriscos (personas de origen musulmán que vivían en España), pidió que los capuchinos también vinieran a Valencia.
La fundación del convento en Jérica
En 1618, un vecino de Jérica llamado Marco Martín quiso que los capuchinos se establecieran en su pueblo. Se ofreció a pagar todos los gastos de la construcción del convento. También pidió permiso al ayuntamiento de Jérica, que lo concedió. El Padre Provincial de la orden capuchina aceptó la oferta y consiguió la autorización del obispo.
El 4 de enero de 1619, se colocó la primera piedra del convento. Este fue el decimocuarto convento de la orden capuchina en España. A la ceremonia asistieron el Padre Provincial, los capuchinos que construirían el convento, Marco Martín (quien más tarde se hizo fraile con el nombre de Fray Tomás de Jérica), las autoridades y la gente del pueblo.
El convento como hospital durante la peste
En los años 1647 y 1648, Jérica sufrió una grave enfermedad conocida como la peste bubónica. Las autoridades decidieron que el convento de los capuchinos se convirtiera en un hospital para atender a los enfermos.
Los capuchinos se encargaron de cuidar a las personas afectadas. Un sacerdote y un corista (un miembro del coro de la iglesia) fueron los principales responsables de esta tarea. Se dedicaron con mucho esfuerzo y bondad a ayudar a los enfermos. Una vez que la enfermedad desapareció, el convento fue limpiado y los capuchinos regresaron a vivir allí.
El convento en el siglo XVIII
Durante el siglo XVIII, el convento de Jérica continuó siendo un lugar importante. El famoso escultor y arquitecto Nicolás Camarón creó una obra de arte llamada la Divina Pastora de Jérica, también conocida como la Pastorica. Esta imagen estuvo en la Iglesia Arciprestal y era muy venerada por los capuchinos y los habitantes del pueblo.
En 1764, se realizó un estudio sobre las finanzas de los conventos. En ese momento, el convento de capuchinos de Jérica tenía 24 religiosos. Sus ingresos provenían principalmente de las limosnas que recibían, como trigo, seda, lana, vino y legumbres.
Momentos difíciles y el cierre definitivo
La llegada de los franceses
En 1792, muchos sacerdotes franceses llegaron a España huyendo de problemas en su país. Algunos de ellos fueron acogidos en conventos, incluyendo el de los capuchinos de Jérica.
En 1811, las tropas francesas entraron en Jérica. Los capuchinos, al igual que muchos habitantes, huyeron del convento y del pueblo para ponerse a salvo. Los franceses, al llegar, causaron daños y usaron la iglesia del convento como caballeriza (un lugar para caballos).
El cierre y reapertura temporal
Cuando los franceses fueron expulsados de España en 1813, los capuchinos quisieron restaurar su convento. Sin embargo, las Cortes de Cádiz (un tipo de parlamento de la época) habían decidido que los conventos que habían cerrado por la presencia francesa no debían reabrirse.
Pero cuando Fernando VII volvió al poder, permitió que todos los conventos volvieran a funcionar, incluyendo el de los capuchinos de Jérica.
El cierre final
A pesar de la reapertura, el 14 de febrero de 1821, el obispo de Segorbe pidió al Gobierno que el convento de capuchinos de Jérica se mantuviera abierto. Aunque al principio se concedió, pocos días después, el 20 de febrero, se ordenó su cierre definitivo. Los frailes de Jérica fueron trasladados al convento de Segorbe. Así, el convento de Jérica permaneció cerrado hasta que en 1835 fue clausurado para siempre.
Guardianes del Convento
Los Guardianes eran los superiores o responsables del convento. Aquí tienes una lista de algunos de ellos desde 1752: