Cónsul romano para niños
El cónsul (del latín consul) era un cargo muy importante en la República romana. Imagina que eran como los líderes principales del gobierno. Cada año se elegían a dos cónsules, y debían ser ciudadanos mayores de 42 años. Su trabajo era dirigir el Estado y, sobre todo, liderar el ejército en las batallas.
Los cónsules proponían y hacían cumplir las leyes. También se encargaban de la seguridad de Roma como comandantes de las legiones (los ejércitos romanos). Además, representaban a Roma en asuntos con otros pueblos, actuando como diplomáticos. Tenían el derecho de supervisar a otros funcionarios de menor rango para asegurarse de que hicieran bien su trabajo y, si era necesario, podían juzgarlos.
Cuando la República romana se convirtió en un Imperio, los cónsules pasaron a ser una figura más bien simbólica. Tenían poco poder, ya que el emperador era el líder supremo.
Los cónsules eran elegidos en unas reuniones especiales llamadas comicios centuriados. Su mandato comenzaba el 15 de marzo, aunque más tarde se cambió al 1 de enero. De los dos cónsules elegidos, el que obtenía más votos era el "primer cónsul" (senior), y el otro era el "segundo cónsul" (junior).
A veces, se elegía a un cónsul incluso si no estaba en Roma en ese momento. Un ejemplo famoso es Cayo Mario, quien fue elegido así varias veces. Aunque al principio el poder de los cónsules era menor que el de un rey, con el tiempo ganaron más importancia, pero siempre trabajaron junto al Senado. Los cónsules eran los jefes del poder ejecutivo y también tenían funciones religiosas.
Una vez elegidos, el cónsul senior era el primero en ejercer su poder durante el mes de enero. Durante ese tiempo, podía usar los fasces, que eran símbolos de su autoridad. El cónsul junior observaba. Al mes siguiente, el junior tomaba el turno, y así se iban alternando cada mes durante todo el año. Los fasces eran llevados por los cónsules como señal de su gran autoridad (imperium). Fuera de la ciudad, donde los cónsules eran los comandantes supremos, a los fasces se les añadían hachas.
Los cónsules tenían una autoridad especial llamada imperium, que era válida en Roma y en todas sus provincias. Este poder era tan grande que superaba al de los gobernadores de las provincias. Sin embargo, este poder no siempre era fácil de usar, porque ambos cónsules debían estar de acuerdo y tenían derecho a vetar las decisiones del otro.
Contenido
Historia y evolución del cargo consular
Al principio, a los cónsules se les llamaba "pretores", que significaba "caudillos" o "líderes", por su papel como comandantes del ejército. En el año 305 a.C., el nombre cambió a "cónsul", que significa "los que caminan juntos", porque siempre eran dos. El cargo de cónsul se estableció al inicio de la República romana, en el año 509 a.C. En ese tiempo, los cónsules tenían muchas responsabilidades en tiempos de paz (administración, leyes, justicia) y en tiempos de guerra (eran los generales en jefe). También tenían un papel importante en la religión.
Con el tiempo, los cónsules fueron perdiendo algunas de sus responsabilidades. Por ejemplo, algunas funciones judiciales pasaron a otros funcionarios. También perdieron el control del tesoro y de los archivos públicos, y más tarde, el control de las finanzas del ejército. Sus funciones de censo (contar a la gente y sus bienes) y de nombrar a los nuevos miembros del Senado pasaron a los censores. Al final, solo conservaron una parte de la capacidad de crear leyes y el mando del ejército.
A medida que el territorio romano crecía, las funciones de los cónsules se delegaron en las provincias. Primero, se nombraron cuestores con funciones consulares en las islas, y luego aparecieron los procónsules para gobernar provincias como Hispania o Galia.
En el año 190 a.C., se estableció que para ser cónsul, una persona debía haber ocupado antes otros cargos menores, con un tiempo de descanso entre cada uno. Esto se conocía como el cursus honorum (carrera de honores). Esta regla hizo que el consulado fuera casi exclusivo para las familias más importantes y ricas de Roma.
Al principio, solo los patricios (las familias nobles) podían ser cónsules. Pero en el año 367 a.C., se aprobaron las Leyes Licinias-Sextias, que permitieron a los plebeyos (la gente común) acceder a este cargo. Fue un gran triunfo para ellos. Desde entonces, siempre hubo al menos un cónsul plebeyo, o incluso dos plebeyos, pero nunca dos patricios.
Más tarde, durante el Imperio, el cargo de cónsul se volvió casi solo un título honorífico. Belisario fue uno de los últimos en ocupar este puesto de forma simbólica en el año 534. El emperador Justiniano I abolió el consulado en el año 541, aunque fue revivido brevemente y luego abolido definitivamente por León VI el Sabio a principios del siglo X.
Cónsul sustituto (consul suffectus)
Si un cónsul moría o no podía seguir en su cargo durante el año, el Senado podía nombrar un "cónsul sustituto" (consul suffectus). No siempre se hacía la sustitución, a veces el puesto quedaba vacío. El nombre del cónsul sustituto se añadía a la lista oficial de cónsules de Roma, y esta persona obtenía de inmediato la misma categoría que los demás cónsules.
Para nombrar a un sustituto, se necesitaba la presencia del otro cónsul en el Senado. Hubo un caso en el año 90 a.C. en que el cónsul Lucio Julio César se negó a ir a Roma para nombrar un sustituto, porque estaba luchando en una guerra.
Durante el Imperio, se hizo común nombrar varios cónsules sustitutos. Esto permitía tener más personas disponibles para gobernar provincias o liderar ejércitos.
Cónsules prior y posterior
El cónsul que era nombrado primero en las listas se llamaba consul prior, y el otro era el cónsul posterior. Ambos cónsules tenían la misma autoridad y se turnaban en sus funciones. Durante la República tardía, se cree que el cónsul con más votos se convertía en consul prior y era el primero en usar los fasces al inicio del año.
Cuando un emperador asumía el consulado, siempre era el consul prior. Esta distinción se mantuvo hasta el siglo IV, cuando el Imperio se dividió en Occidente y Oriente. Los cónsules nombrados por la corte de Occidente se llamaban "cónsules occidentales", y los de Oriente, "cónsules orientales". Esto continuó hasta el final del consulado en el siglo VI.
A veces, de forma más general, a un antiguo cónsul que ya no estaba en el cargo se le llamaba consul posterior.
Consular
Cualquier persona que había sido cónsul entraba en la categoría de "consular". Gozaban de muchos privilegios y eran muy respetados por el Senado. Era costumbre darles la palabra antes que a los funcionarios más jóvenes. En muchos casos, los consulares eran nombrados gobernadores de una provincia, con el título de procónsul. También se encargaban de asegurar el suministro de alimentos, como el grano.
Signos externos y vestiduras
Los dos cónsules tenían una escolta de 12 lictores, que eran como guardias de honor y guardaespaldas. Estos lictores llevaban las fasces, que eran haces de varas con un hacha, símbolos de la autoridad consular. Los cónsules también llevaban un cetro de marfil con un águila en la punta.
Su ropa normal de civil era la toga praetexta y la túnica laticlavia, que estaban adornadas con una franja ancha de color púrpura. En ocasiones especiales, como la celebración de un triumphus (un desfile de victoria), vestían una toga bordada. Usaban unos zapatos especiales de color rojo oscuro, a veces con un adorno de marfil. En la guerra, llevaban armadura, una capa sobre la armadura, sandalias cómodas pero lujosas y una espada corta, como cualquier soldado.
Epigrafía
En las inscripciones antiguas, la palabra "cónsul" se abreviaba como COS.. Si un cónsul había ocupado el cargo dos veces, se escribía COS II; si lo había ocupado tres veces, COS III, y así sucesivamente.
Lista de cónsules
- Lista de cónsules romanos durante la República
- Lista de cónsules romanos durante el Alto Imperio
- Lista de cónsules romanos durante el Bajo Imperio
- Lista de cónsules romanos en año incierto
Véase también
En inglés: Roman consul Facts for Kids