Clemente de Ancira para niños
Datos para niños Clemente |
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Información personal | ||
Nacimiento | 250 Ancyra (actual Ankara), colonia romana de Galacia (actual Turquía), Asia menor, Imperio romano |
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Fallecimiento | 2 de enero (entre el 303 y el 310) Ancyra |
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Información profesional | ||
Ocupación | Sacerdote | |
Cargos ocupados | Obispo | |
Información religiosa | ||
Festividad | 23 de enero (santoral oficial) | |
Venerado en | Iglesia católica | |
Clemente de Ancira fue un importante líder religioso y una figura destacada en los primeros años del cristianismo. Nació alrededor del año 250 en Ancira, una ciudad que hoy es conocida como Ankara, en la actual Turquía. Vivió en una época en la que el Imperio romano perseguía a los cristianos.
Clemente es recordado por su firmeza en sus creencias y por los desafíos que enfrentó. Se le considera un mártir, es decir, alguien que sufrió mucho por su fe.
Contenido
¿Quién fue Clemente de Ancira?
Clemente nació en una familia con diferentes creencias. Su madre era cristiana, mientras que su padre era romano y seguía las antiguas religiones. Cuando era muy joven, perdió a sus padres. Fue criado por una mujer cristiana llamada Sofía, quien lo cuidó con mucho cariño.
Desde joven, Clemente decidió dedicar su vida a la religión. Se esforzó por ayudar a los demás, especialmente durante un tiempo de gran escasez de alimentos en la región de Galacia. Por su bondad y su fe, los cristianos de su ciudad lo eligieron como su obispo.
Los desafíos bajo el emperador Diocleciano
En el año 303, el emperador romano Diocleciano emitió leyes que prohibían el cristianismo en todo el imperio. El gobernador de Galacia, Domiciano, intentó que Clemente abandonara su fe. Primero, le hizo promesas, pero luego lo amenazó, lo encarceló y lo sometió a castigos.
A pesar de todo, Clemente no cambió de opinión. Por eso, Domiciano lo envió a Roma para que el propio emperador Diocleciano lo juzgara. El emperador tampoco logró convencerlo, así que ordenó que lo castigaran de nuevo.
Mientras estaba en una prisión en Roma, Clemente siguió animando a otros prisioneros. Incluso bautizó a muchos de ellos, incluyendo a un joven llamado Agatángelo, que era de su misma ciudad, Ancira.
Un viaje lleno de pruebas
Clemente fue enviado en un barco lleno de soldados a Nicomedia. La idea era que el gobernador Maximiano intentara que renunciara a su fe. Agatángelo, su joven compañero, se escondió en el barco para ir con él. Clemente se sintió muy agradecido por su compañía.
Él dijo:
Doyte gracias, Señor mío Jesucristo, que eres mi única consolación y ayuda, pues ni en la tierra ni en el mar me has desamparado, y me has defendido toda la vida, y recreación mi alma fatigada con los trabajos, y hecho consolador mío, por la manera que tú sabes. Porque ahora en el mar me has consolado con este mi hermano Agatángelo, el cual con el nombre que tiene me promete tu favor, porque Agatángelo quiere decir ‘mensajero de buenas noticias’.(pág. 12)
El viaje de Clemente y Agatángelo fue muy largo y difícil. Durante más de veinte años, fueron llevados de una ciudad a otra, como Rodas, Nicomedia, Ancira, Amis y Tarso. Pasaron por muchos juicios y sufrieron diversos castigos. Sin embargo, ninguno de los dos abandonó sus creencias. Su ejemplo y sus palabras inspiraron a muchas personas a convertirse al cristianismo.
Finalmente, regresaron a su ciudad natal, Ancira, durante el gobierno del emperador Maximino.
El final de su vida
Clemente y Agatángelo fueron arrestados de nuevo en Ancira y sufrieron más castigos. Luego, los enviaron a la ciudad de Amasea, donde el gobernador Domecius era conocido por su dureza. Cuando Clemente tuvo que volver a Ancira, Agatángelo lo acompañó una vez más.
Allí, ambos enfrentaron su destino final por orden del presidente Lucio. En uno de los últimos interrogatorios, el juez le preguntó a Agatángelo cómo podía resistir tanto.
Agatángelo respondió:
Esta constancia que ves en mí no nace de las facilidades o de la simplicidad como tú dices; porque si yo esas tuviera, ¿cómo podría resistir a tantos jueces y al propio emperador, y a tantas invenciones de tormentos con que nos pretendías vencer, y a tantos artificios de promesas y palabras con que nos querías engañar? Así que no debes llamar esto facilidades, sino verdadera sabiduría, la que tiene más en cuenta los bienes eternos, que nunca mudan, que con los temporales, que cada día van y vienen; y esta nos hace despreciar vuestros falsos dioses y adorar al verdadero Dios.(pág. 22)
El juez ordenó que los castigos fueran aún más duros. Finalmente, al ver que no lograba que cambiaran de opinión, mandó que Agatángelo fuera ejecutado el 5 de noviembre. Unas semanas después, el 2 de enero, Clemente también perdió la vida.
Sofía, la mujer que había criado a Clemente, se encargó de que fuera enterrado junto a Agatángelo.
Ella dijo:
Yo, hijos míos, hueso sepulté en este lugar secreto, mas Cristo publicará y dará descanso, miedo cuyo amor tantos trabajos padecisteis.(pág. 24)
Origen de la historia
La historia de Clemente y Agatángelo se encuentra en antiguos escritos sobre la vida de los santos. Estos relatos fueron recopilados en libros como Historia verdadera y exemplar de los más estraños y esforzados mártires de Jesucristo de Hilario Santos Alonso, y parecen haber sido tomados de un capítulo del libro Introducción del símbolo de la fe (segunda parte) de fray Luis de Granada, publicado en Salamanca en 1583.
Galería de imágenes
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Imagen de san Agatángelo, discípulo de san Clemente. Se encuentra en la capilla de san Agatángelo en la basílica Santa María, en Elche (España).