Cerámica de Fajalauza para niños
La Loza de Fajalauza o cerámica de Fajalauza es un tipo de vajilla de barro especial, cubierta con un esmalte brillante y decorada. Se fabrica en el barrio del Albaicín en Granada, España. La tradición de hacer esta cerámica es muy antigua, ¡desde el año 1517! Aunque se conoce con el nombre de Fajalauza desde la primera mitad del siglo XIX. Fue a partir del siglo XVII cuando esta cerámica se hizo muy popular en Granada.
Los cambios en la sociedad, como la salida de muchas personas de origen morisco en 1609 y la llegada de nuevos alfareros cristianos, hicieron que las formas y los diseños de la cerámica cambiaran. Esto se debió a que las costumbres de alimentación y las tradiciones de la época nazarí y morisca se fueron perdiendo. Sin embargo, la estética de la loza de Fajalauza se mantuvo casi igual. Se caracteriza por su esmalte brillante y su decoración en tonos azul-gris o verde. Los diseños más comunes son motivos de plantas, especialmente la granada, pájaros, dibujos geométricos entrelazados y escudos con águilas de dos cabezas. A finales del siglo XX, la producción de esta cerámica se volvió más industrial, lo que le hizo perder un poco su estilo original, pero ganó en variedad.
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Historia y características de la Loza de Fajalauza
La puerta de Fajalauza es una de las seis entradas que tenía la antigua muralla del Albaicín. Fue construida a mediados del siglo XIV para proteger el barrio. Esta puerta daba acceso a la parte más alta del Albaicín y, en la época cristiana, conectaba este barrio con el de los alfareros, que estaba fuera de las murallas.
Origen del nombre y producción
Desde hace mucho tiempo, incluso en la época nazarí, se sabe que había talleres de cerámica en esta zona. Los talleres más importantes estaban en el barrio de los alfareros, que hoy es el Realejo. Por eso, desde 1517, existieron talleres de "olleros" (personas que hacían ollas) cerca de la Puerta de Fajalauza. Algunos de estos talleres todavía funcionan hoy. Así, la cerámica popular de Granada empezó a llamarse "loza de Fajalauza".
Después de la conquista de Granada por los Reyes Católicos en 1492 y hasta la década de 1560, la zona de Fajalauza, fuera de las murallas, se consolidó como un centro importante de producción de cerámica. Allí trabajaban tanto alfareros de origen morisco como pobladores cristianos, que con el tiempo se hicieron dueños de los talleres.
Influencia y evolución del estilo
La cerámica de Fajalauza, a partir del siglo XVII, se convirtió en una alfarería de estilo completamente castellano. Esto se debe a que muchos talleres de la ciudad pasaron a ser propiedad de los nuevos pobladores cristianos. La loza de Fajalauza es un ejemplo de cómo las nuevas formas de comercio y sociedad influyeron en la producción. Se crearon series de productos estandarizados y se fabricaba en grandes cantidades para satisfacer las necesidades de la nueva población. Para el siglo XVII, con la salida de los moriscos, las redes de comercio de esta cerámica eran ya totalmente castellanas.
Características tradicionales y cambios recientes
Hasta aproximadamente 1975, la loza de Fajalauza mantuvo sus características originales: un esmalte con poco estaño y decoración en verde o azul grisáceo. Los motivos eran principalmente vegetales, como la granada, pájaros y escudos con águilas de dos cabezas. Estos diseños decoraban objetos sencillos como fuentes planas o abombadas, tazones, cantarillos, jarras de cuerpo redondo y las famosas jarras alcarrazas (que dieron origen al dicho popular "Verde y con asas: alcarraza"). Estas jarras estaban llenas de pequeños "caracolillos" y curvas entrelazadas.
Aunque las características principales de la loza de Fajalauza se mantienen, los tonos azules y verdes han cambiado un poco debido al uso de colorantes industriales. Otro desafío para su estilo tradicional es la gran demanda comercial, que ha hecho que se produzca en masa y se venda incluso en lugares lejanos como Japón.