Casa consistorial de Lugo para niños
Datos para niños Casa Consistorial de Lugo |
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Bien de interés cultural Patrimonio histórico de España |
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Categoría | Monumento | |
Código | RI-51-0003886 | |
Declaración | 18-08-1972 | |
![]() Fachada del Ayuntamiento de Lugo
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Localización | ||
País | España | |
Ubicación | Lugo,![]() ![]() ![]() |
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Dirección | Plaza Mayor, n.º 1 | |
Coordenadas | 43°00′36″N 7°33′21″O / 43.010098, -7.555729 | |
Información general | ||
Estilo | Barroco | |
Declaración | 18 de agosto de 1972 | |
Código | RI-51-0003886 | |
Parte de | Ruta Jacobea Primitiva | |
Inicio | 1736 | |
Finalización | 1862 | |
Construcción | 1862 | |
Propietario | Ayuntamiento de Lugo | |
Ocupante | Ayuntamiento de Lugo | |
http://www.lugo.gal | ||
La Casa Consistorial de Lugo es un edificio muy importante en la ciudad de Lugo, España. Fue diseñado por el arquitecto Lucas Ferro Caaveiro. Es un gran ejemplo del estilo barroco en la arquitectura civil de Galicia.
Contenido
Historia de la Casa Consistorial de Lugo
¿Dónde se reunía el gobierno local antes?
Los primeros registros sobre el lugar de reunión del gobierno local de Lugo (llamado "Concejo") datan del siglo XIV. Un documento de un obispo menciona que se reunían en una casa en la plaza de As Cortiñas. Más tarde, en el siglo XVI, se sabe que el Concejo se reunía en una de las torres de la muralla, conocida como la Muriega. Esta torre también se usaba para elegir a los representantes del pueblo y para celebrar reuniones públicas.
En 1546, la torre estaba en muy mal estado. Por eso, las reuniones tuvieron que trasladarse a otro edificio.
Las primeras Casas Consistoriales
En 1570, el Concejo hizo un acuerdo con la Iglesia. El gobierno local cedió un terreno a cambio de unas casas llamadas Feira Vella o Casas Grandes. El objetivo era construir allí su propia sede. Para conseguir dinero, el rey les permitió cobrar un impuesto sobre el comercio de vino, aceite y carne. El cantero (constructor de piedra) Pedro de Artiaga fue el encargado de la obra.
Este primer edificio se construyó en el mismo lugar donde está el actual. Tenía una fachada principal de piedra tallada, con un estilo llamado manierista. Contaba con cinco aberturas, algunas de ellas eran puertas-ventanas.
En 1587, Juan de Arce Solórzano fue contratado para hacer algunas mejoras. Años después, se construyó una estructura de madera temporal para que la reina Mariana de Neoburgo pudiera ver los festejos de la ciudad desde un balcón.
A principios del siglo XVIII, los gobernantes de Lugo informaron al rey Felipe V sobre el mal estado del edificio. El rey ordenó un estudio de los gastos para repararlo. Fray Gabriel de las Casas preparó un proyecto, que fue aprobado por importantes maestros de obras de Orense y Santiago.
El edificio actual: Un proyecto barroco
El proyecto de restauración se detuvo por un tiempo. Pero en 1735, el alcalde José Montenegro das Seijas insistió en la necesidad de construir una nueva casa consistorial. Se pidió un informe a los arquitectos Lucas Ferro Caaveiro y Pedro da Silva. Este informe confirmó que la fachada estaba muy dañada y amenazaba con caerse.
Se encargó a Lucas Ferro Caaveiro el proyecto de reforma, tanto por fuera como por dentro. La urgencia de la reforma hizo que sus planos se aprobaran rápidamente en febrero de 1736. Se decidió demoler el edificio antiguo para construir el nuevo. Ferro Caaveiro propuso ampliar el espacio, comprando un huerto cercano. La construcción duró varios años. Aunque en la fachada aparece la fecha de 1738, el edificio no se terminó hasta 1744.
Características del Palacio Municipal
La fachada principal del ayuntamiento tiene dos niveles. El nivel inferior cuenta con un soportal (una especie de porche) con ocho arcos de medio punto. Estos arcos se apoyan en nueve pilares.
En el piso superior, hay ocho puertas-ventana que dan a dos balcones de hierro forjado. Estos balcones están sostenidos por ménsulas (piezas que sobresalen de la pared) decoradas.
La decoración de la fachada es muy parecida a la de otras construcciones barrocas de Santiago de Compostela. La fachada se completa con escudos y una cornisa (borde superior) con seis gárgolas y pináculos (adornos puntiagudos). A los lados, el edificio tiene dos torres en las esquinas.
En la parte central de la fachada, hay un adorno llamado "peineta" con una placa. Esta placa menciona a José Vaamonde, quien fue gobernante de la ciudad en 1738.
Ampliación y la torre del reloj
Después de que Lucas Ferro Caaveiro terminara la obra, se hicieron algunas pequeñas mejoras. En 1759, se reparó un arco en el patio. En 1834, el arquitecto Alejo Andrade Yañez rehizo el tejado de la fachada. A principios del siglo XIX, se decidió pintar la fachada de blanco para mejorar su aspecto. Sin embargo, los problemas causados por la lluvia hicieron que se volviera a dejar la piedra vista. Los balcones originales fueron reemplazados en la década de 1870.
La mayor modificación del edificio ocurrió en 1862. Debido al aumento de las tareas administrativas, se necesitaba más espacio. Para ello, se compraron casas cercanas para tener el terreno necesario. Los planos de ampliación fueron hechos por el arquitecto municipal Ángel Cosín y Martín. Esta nueva parte del edificio tiene un estilo más sencillo, con muros lisos y piedra en los bordes de las ventanas.
Una vez terminada la ampliación, se notó que faltaba algo importante para un edificio que representaba al gobierno de una capital de provincia: un reloj. En 1865, se decidió que era necesario instalar un reloj en la fachada. Esto también mostraba la importancia del poder civil frente al de la Iglesia, ya que el reloj de la catedral solía estar adelantado.
Las dificultades económicas retrasaron el proyecto hasta 1871. El diseño fue encargado a Luis Vázquez. Sin embargo, se encontraron fallos en la construcción y la torre tuvo que ser derribada.
Mientras tanto, se compró un reloj en Londres que, curiosamente, estaba destinado a la catedral de Málaga. Debido a los retrasos y al fracaso anterior, se encargó un nuevo proyecto al arquitecto Nemesio Cobreros y Cuevillas. La única condición era la altura de la torre. El arquitecto decidió no colocar la torre directamente sobre la fachada, sino un poco más atrás, apoyada en cuatro pilares. Las obras comenzaron en 1873 y terminaron al año siguiente. El reloj empezó a funcionar justo cuando pasaba una procesión importante por la plaza, lo que resaltó la importancia del nuevo edificio.