Autonomía (filosofía y psicología) para niños
La autonomía es la capacidad que tiene una persona para tomar sus propias decisiones y actuar según sus propias reglas, sin que otros la controlen o influyan. Es como ser el capitán de tu propio barco, decidiendo el rumbo que quieres tomar. Lo contrario de la autonomía es la heteronomía, que significa que tus decisiones dependen de las reglas o influencias de otros.
Este concepto es muy importante en la filosofía y la psicología, porque nos ayuda a entender cómo las personas se comportan consigo mismas y con la sociedad.
Contenido
Autonomía y responsabilidad
Ser autónomo significa ser responsable de tus propias acciones. Esto se relaciona mucho con la libertad, que es la capacidad de elegir. Cuando eres libre de tomar tus propias decisiones, también eres responsable de las consecuencias de esas decisiones.
Dos pensadores importantes que estudiaron la autonomía fueron Jean Piaget y Lawrence Kohlberg.
La autonomía en la psicología
La autonomía según Immanuel Kant
Immanuel Kant (1724-1804) fue un filósofo que pensó mucho sobre la autonomía. Para él, la autonomía tiene tres ideas principales:
- Es el derecho que tienes a tomar tus propias decisiones sin que nadie te obligue.
- Es la capacidad de pensar por ti mismo y reflexionar antes de decidir.
- Es una forma ideal de vivir, donde diriges tu propia vida.
En resumen, Kant creía que la autonomía es la capacidad de pensar y decidir por ti mismo, lo que te da cierto control sobre lo que sucede en tu vida diaria. Él pensaba que para que existiera la moralidad (saber lo que está bien y lo que está mal), las personas debían ser autónomas.
Kant también decía que la autonomía es parte de la razón por la que consideramos a las personas responsables de sus acciones. Por ejemplo, si alguien hace algo mal, lo consideramos responsable porque tuvo la autonomía de elegir hacerlo. Por eso, si se busca ayudar a alguien que ha cometido un error, se debe hacer de una manera que respete su autonomía y su dignidad como ser humano.
La autonomía según Jean Piaget
Jean Piaget fue un psicólogo que estudió cómo los niños desarrollan su forma de pensar sobre las reglas y la moral. Él descubrió que los niños pasan por dos etapas en su madurez moral:
- Razonamiento heterónomo: En esta etapa, los niños creen que las reglas son fijas y no se pueden cambiar. Deben obedecerse al pie de la letra porque una autoridad (como los padres o maestros) lo ordena. No se pueden discutir las reglas y no hay excepciones. Si alguien hace algo mal, debe haber un castigo, y a veces se busca un culpable sin importar las circunstancias.
- Razonamiento autónomo: En esta etapa, que suele aparecer en la pubertad, los niños entienden que las reglas son acuerdos entre personas y que, por lo tanto, pueden cambiarse. Se pueden interpretar y a veces hay excepciones. La razón para seguir una regla es que uno mismo la acepta y entiende su propósito. Los castigos deben ser justos y proporcionales a la falta, y no se debe castigar a un grupo si no se encuentra al culpable.
La autonomía según Lawrence Kohlberg
Lawrence Kohlberg (1927-1987) continuó los estudios de Piaget. Él entrevistó a adolescentes y jóvenes, presentándoles "dilemas morales" para ver cómo razonaban. Un dilema moral es una situación difícil donde hay que elegir entre dos opciones, y ambas pueden parecer correctas o incorrectas.
Por ejemplo, Kohlberg usaba un dilema sobre un hombre cuya esposa estaba muy enferma. Había un medicamento que podía salvarla, pero era muy caro y el farmacéutico no quería venderlo más barato. El hombre, desesperado, robó el medicamento. Kohlberg preguntaba a los jóvenes si creían que el hombre había hecho lo correcto. Sus respuestas le ayudaban a entender cómo pensaban sobre la moralidad.
Kohlberg estableció tres grandes etapas del desarrollo moral, cada una con dos niveles. A medida que se avanza en los niveles, la autonomía es mayor:
- Etapa preconvencional: En esta etapa, las personas siguen las reglas para evitar castigos o para obtener recompensas.
- Nivel 1: Orientación de castigo y obediencia: Se obedece para no ser castigado. Por ejemplo: "No le pego a mi compañero porque, si no, me castigan."
- Nivel 2: Orientación individualista o instrumental: Se obedece para conseguir algo a cambio. Por ejemplo: "Hago mis tareas escolares porque así mis padres me compran algo que quiero."
- Etapa convencional: En esta etapa, las personas siguen las reglas para encajar en la sociedad o para mantener el orden.
- Nivel 3: Orientación de "buen chico/buena chica": Se obedece para agradar a los demás y ser visto como una buena persona. Por ejemplo: "Debo ser buen chico para que mis padres se sientan orgullosos de mí."
- Nivel 4: Orientación de ley y orden: Se obedece para mantener el orden social y cumplir con las leyes. Por ejemplo: "Debo cumplir con mi función dentro de la sociedad."
- Etapa postconvencional: En esta etapa, las personas siguen principios morales que han aceptado por sí mismas, incluso si van en contra de las leyes o las normas sociales.
- Nivel 5: Orientación de contrato social: Se entiende que las reglas son acuerdos para el bien común y pueden cambiarse si es necesario. Se obedece por consenso. Por ejemplo: "Debo respetar las normas en beneficio común y por un acuerdo voluntario."
- Nivel 6: Orientación de principios universales: Se siguen principios éticos muy altos, como la justicia, la igualdad y la dignidad humana, incluso si eso significa desobedecer una ley injusta. Por ejemplo: "Cualquier acción se basa en el respeto de la dignidad de los demás; si no, es legítima la desobediencia."
Kohlberg decía que la mayoría de los adultos no llegan a los niveles más altos de autonomía moral, lo que muestra lo complejo que es este desarrollo.
Autonomía en la educación
Hoy en día, la autonomía es muy importante en la educación, especialmente con el uso de internet. El autor Neil Selwyn (2013) explica que internet ha cambiado la forma en que aprendemos, haciéndola más individual. Ahora puedes elegir qué, cómo, dónde y cuándo quieres aprender.
Esto significa que la educación se ha vuelto algo que cada persona puede controlar más. Los estudiantes que usan internet para aprender tienen que ser muy autónomos y responsables, porque ellos mismos organizan su estudio. El éxito en este tipo de aprendizaje depende mucho de su compromiso y capacidad para tomar decisiones.
Sin embargo, Selwyn también señala que, aunque la tecnología ofrece muchas oportunidades, no todos tienen el mismo acceso o la misma capacidad para aprender de forma completamente autónoma. Además, esta forma de aprender puede hacer que la educación sea menos personal y que se pierdan las interacciones y reflexiones que se dan al estudiar en un aula con compañeros.
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Véase también
En inglés: Autonomy Facts for Kids