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Propiocepción para niños

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La propiocepción, también conocida como cinestesia o el sexto sentido, es la capacidad de tu cuerpo para saber dónde están sus partes y cómo se mueven, incluso sin mirarlas. Es como si tu cuerpo tuviera un mapa interno de sí mismo.

Este sentido especial funciona gracias a unos pequeños sensores llamados propioceptores. Estos sensores son neuronas que se encuentran en tus músculos, tendones y articulaciones. Detectan cosas como la posición de tus articulaciones, si se están moviendo y cuánta fuerza están soportando. Aunque todos los animales que se mueven tienen propioceptores, su forma puede variar entre diferentes especies.

Las señales de los propioceptores viajan hasta tu sistema nervioso central (tu cerebro y médula espinal). Allí, esta información se combina con lo que ves (sistema visual) y lo que te dice tu oído interno sobre el equilibrio (sistema vestibular). Así, tu cerebro crea una imagen completa de dónde está tu cuerpo, cómo se mueve y si está acelerando. En muchos animales, esta información es clave para mantener el equilibrio y coordinar los movimientos.

La propiocepción puede ser estática, que te dice la posición de una parte de tu cuerpo con respecto a otra (por ejemplo, dónde está tu brazo en relación con tu hombro). También puede ser dinámica, que te informa sobre el movimiento y el grado de cambio en tus articulaciones. Además, ayuda a tus músculos a reaccionar rápidamente para mantener tus articulaciones estables. Esto significa que tu sistema propioceptivo te ayuda a adaptarte a tu entorno, por ejemplo, si estás a punto de caerte, interpreta la situación y activa otros músculos para evitarlo.

La Propiocepción: Tu Sexto Sentido

El sistema nervioso incluye cualquier receptor o terminación nerviosa que proporciona información interna sobre el cuerpo. Los propioceptores se encuentran en los músculos, articulaciones, tendones y en el oído interno (aparato vestibular). Gracias a ellos, podemos saber la posición, velocidad y aceleración de los movimientos de nuestro cuerpo.

Los propioceptores son un tipo de interorreceptores, que son sensores que nos dan información sobre el estado interno de nuestro cuerpo. Además de los relacionados con el equilibrio y el movimiento, también hay interorreceptores que detectan la presión sanguínea, la temperatura corporal, el dolor, el hambre, la sed, o la necesidad de ir al baño.

En un sentido más específico, los propioceptores incluyen el sistema vestibular del oído (que ayuda con el equilibrio y los movimientos) y los receptores en músculos y articulaciones (como el huso muscular, el órgano tendinoso de Golgi y los receptores articulares). Estos miden la tensión y el estiramiento de músculos, tendones y ligamentos. Los propioceptores son mecanorreceptores, lo que significa que se activan por presión o estiramiento mecánico.

¿Cómo Funciona la Propiocepción?

El sistema propioceptivo es el conjunto de receptores y nervios que hacen posible la propiocepción.

A diferencia de los cinco sentidos que usamos para percibir el mundo exterior (vista, gusto, olfato, tacto y oído), la propiocepción es un sentido interno que nos da conciencia del estado de nuestro propio cuerpo.

El sistema propioceptivo tiene varios sensores (propioceptores) en músculos, tendones y articulaciones. Estos incluyen mecanorreceptores como los corpúsculos de Ruffini y Pacini, el órgano tendinoso de Golgi, el huso neuromuscular y las terminaciones nerviosas libres.

Los propioceptores en músculos y tendones informan sobre la contracción muscular, la tensión y la posición de las articulaciones. El oído interno nos ayuda a saber la orientación de nuestra cabeza con respecto al suelo.

La propiocepción es un proceso complejo. La información viaja desde los sensores (periferia) hasta el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal), lo que provoca una respuesta muscular. Hay dos niveles de propiocepción: consciente (voluntaria) e inconsciente (refleja). El control muscular automático es parte del nivel inconsciente.

Funcionamiento

Los propioceptores envían información a la médula espinal y al cerebro para que la procesen. Una vez que el cerebro procesa esta información, envía señales a los músculos para ajustar su tensión y elasticidad, permitiendo que realices el movimiento que deseas.

Mecanorreceptores

Las señales que inician el control muscular provienen de los mecanorreceptores, que son órganos sensoriales en los ligamentos. Estos receptores reaccionan a la presión mecánica. Por ejemplo, los corpúsculos de Ruffini son terminaciones nerviosas que informan sobre la posición de las articulaciones.

Reflejos

Los propioceptores pueden formar circuitos reflejos con neuronas motoras para dar información rápida sobre la posición del cuerpo y las extremidades. Estos circuitos son importantes para mantener la postura y el equilibrio de forma flexible, especialmente cuando te mueves.

¿Qué Pasa si la Propiocepción Falla?

Cuando este sistema no funciona bien, puede haber torpeza al moverse. Esto se puede manifestar como dificultad para mantener la cabeza y el cuerpo erguidos, problemas para hacer actividades coordinadas con ambas manos o para usar herramientas. También puede haber falta de concentración debido a la inquietud postural, rigidez en el tronco y una menor noción de peligro.

Tipos de Propioceptores

Huso Neuromuscular

Archivo:Muscle spindle model
Huso neuromuscular

El huso neuromuscular se encuentra dentro de tus músculos. Informa sobre la longitud de los músculos y cómo cambia, y participa en el reflejo de estiramiento. Envía información a tu sistema nervioso central (médula espinal, cerebelo y corteza cerebral) para coordinar el movimiento.

Las fibras musculares dentro del huso son muy pequeñas. En su centro, tienen dos tipos de terminaciones sensitivas: primarias (fibras tipo Ia) y secundarias (tipo II). Las primarias son de las neuronas más rápidas en transmitir señales.

Los husos musculares envían impulsos nerviosos constantemente. Cuando el músculo se estira, la frecuencia de estos impulsos aumenta, y cuando se acorta, disminuye.

Reflejo Miotático o de Estiramiento

Archivo:Patellar tendon reflex arc
Reflejo rotuliano, ejemplo de reflejo miotático o de estiramiento

Este reflejo consiste en la contracción automática de las fibras musculares cuando un músculo se estira de repente. Una fibra nerviosa del huso neuromuscular entra en la médula espinal y se conecta con una neurona motora que envía una señal al músculo estirado, haciendo que se contraiga lo más rápido posible.

Es un reflejo protector que evita estiramientos excesivos o bruscos. También ayuda a mantener la postura. Un ejemplo es el reflejo rotuliano, cuando el médico golpea tu rodilla y tu pierna se estira.

Órgano Tendinoso de Golgi

Archivo:Tendon organ model
Órgano tendinoso de Golgi

Este órgano se encuentra donde el tendón se une al músculo. Responde a los cambios en la tensión muscular, no a la longitud del músculo. Tiene dos tipos de respuesta: dinámica (cuando la tensión aumenta bruscamente) y estática (cuando la tensión es constante).

La señal de este órgano viaja a la médula espinal por fibras nerviosas rápidas (tipo Ib). Estas fibras se conectan con una interneurona que inhibe el músculo afectado, haciendo que se relaje. Las fibras Ib también envían señales al cerebelo y a la corteza cerebral.

Protegen los tendones y músculos de daños por tensión excesiva. Cuando se activan, los músculos que se estiran se relajan y los músculos opuestos se contraen.

Receptores de la Cápsula Articular y Ligamentos Articulares

Archivo:Joint ca
Cápsula articular

La presión que soportan estas estructuras, junto con la tensión muscular, activa mecanorreceptores que detectan la posición y el movimiento de la articulación involucrada.

El Sistema Vestibular: Tu Equilibrio

El sistema vestibular responde a los movimientos de tu cuerpo en el espacio y a los cambios de posición de tu cabeza. Junto con el sistema propioceptivo, ayuda a mantener el tono muscular, coordina automáticamente los movimientos de los ojos, la cabeza y el cuerpo para mantener una visión estable, y es fundamental para percibir el espacio y orientar tu cuerpo en él.

Disfunción del Sistema Vestibular

Si este sistema no funciona bien, puede haber un tono muscular bajo, problemas de equilibrio y dificultades en los movimientos automáticos. También pueden aparecer problemas para registrar información visual, seguir objetos en movimiento con la vista, cruzar la línea media del cuerpo, o copiar del pizarrón al cuaderno. Además, puede haber una pobre integración de ambos lados del cuerpo, problemas de organización espacial, coordinación derecha-izquierda y especialización de los hemisferios cerebrales. A veces, también se observa hiperactividad y dificultad para concentrarse debido a la falta de estabilidad emocional.

Relevancia en la Salud

Problemas Crónicos

La propiocepción, un sentido vital para una coordinación corporal rápida y adecuada, puede verse afectada de forma permanente por algunas condiciones. Por ejemplo, personas con hipermovilidad articular o ciertos síndromes genéticos que causan tejidos conectivos débiles, pueden tener alteraciones crónicas en la propiocepción. Además, la propiocepción puede disminuir con la edad, en el trastorno del espectro autista y en la enfermedad de Parkinson.

En casos muy raros, algunas infecciones pueden causar la pérdida de propiocepción. Hay personas que han perdido este sentido del cuello hacia abajo debido a infecciones virales. Después de perderlo, podían mover la parte inferior de su cuerpo, pero no podían coordinar sus movimientos. Sin embargo, algunos han logrado recuperar cierto control planificando conscientemente sus movimientos y usando solo la vista. Curiosamente, estas personas aún podían sentir dolor y temperatura, lo que indica que solo perdieron la propiocepción.

La propiocepción también se pierde permanentemente en personas que pierden una extremidad o parte del cuerpo debido a una lesión. Después de la pérdida de una extremidad, las personas pueden sentir que esa parte del cuerpo todavía existe, lo que se conoce como síndrome del miembro fantasma. Estas sensaciones pueden ser pasivas (sentir la presencia de la extremidad) o más activas (sentir movimiento, presión, o picazón). Una teoría es que el cerebro conserva una "memoria propioceptiva" de la extremidad, y después de la pérdida, hay un conflicto entre lo que se ve (la extremidad no está) y la memoria del cerebro (la extremidad es parte del cuerpo).

Cambios Temporales

A veces, la propiocepción puede alterarse de forma temporal, especialmente cuando estás cansado. Puedes sentir efectos similares al quedarte dormido, como que tu cuerpo se siente demasiado grande o pequeño, o que partes de tu cuerpo tienen un tamaño distorsionado. Estos efectos también pueden ocurrir durante algunas condiciones médicas. Se cree que esto se debe a una estimulación inusual de una parte del cerebro que integra la información del cuerpo.

También se sabe que un exceso de ciertas vitaminas puede causar un deterioro temporal de la propiocepción. La función suele volver a la normalidad poco después de que los niveles de vitamina en el cuerpo se regulan.

Se ha sugerido que incluso el zumbido en los oídos (tinnitus) puede causar información propioceptiva incorrecta en los centros de equilibrio del cerebro, lo que puede llevar a una ligera confusión.

La pérdida o el deterioro temporal de la propiocepción pueden ocurrir durante el crecimiento, especialmente en la adolescencia. También puede influir en esto los grandes cambios en el peso o tamaño corporal, o cuando alguien desarrolla nuevos niveles de flexibilidad o estiramiento. Sentir una extremidad en un rango de movimiento nuevo puede alterar el sentido de su ubicación. Esto puede llevar a sentir que los pies o las piernas "faltan" en la imagen mental del cuerpo, la necesidad de mirar las extremidades para asegurarse de que están allí, o caerse al caminar, especialmente si la atención está en otra cosa.

¿Cómo se Diagnostica la Propiocepción?

La propiocepción alterada se puede diagnosticar con varias pruebas que evalúan diferentes aspectos de este sentido.

El test de Romberg se usa a menudo para evaluar el equilibrio. La persona debe permanecer de pie con los pies juntos y los ojos cerrados sin apoyo durante 30 segundos. Si pierde el equilibrio y se cae, es una señal de que la propiocepción podría estar afectada.

Para evaluar cómo la propiocepción contribuye al control motor, una prueba común es la de coincidencia de posiciones articulares. Con los ojos vendados, se mueve una articulación del paciente a un ángulo específico y luego se regresa a la posición neutral. Luego se le pide al paciente que mueva la articulación de nuevo al ángulo especificado.

Para detectar ángulos articulares de forma pasiva, se pueden usar experimentos donde la persona sostiene un objeto que se mueve y se detiene en diferentes posiciones. La persona debe decir si una posición está más cerca del cuerpo que otra. Esto ayuda a determinar qué tan bien la persona discrimina la propiocepción.

Algunos profesionales también evalúan la propiocepción con pruebas de equilibrio para detectar ciertas condiciones. Por ejemplo, se le pide a la persona que se toque la nariz con los ojos cerrados; las personas con propiocepción normal pueden cometer un error muy pequeño, mientras que las personas con propiocepción alterada tienen dificultad para ubicar sus extremidades en el espacio.

Entrenando tu Sexto Sentido

La propiocepción es lo que te permite caminar en completa oscuridad sin perder el equilibrio. Al aprender cualquier habilidad, deporte o arte nuevo, es importante familiarizarse con las tareas propioceptivas específicas de esa actividad. Sin una buena integración de la información propioceptiva, sería imposible conducir un coche sin mirar los pedales o el volante, o escribir en el teclado sin mirar las manos.

Se ha documentado el caso de una joven que perdió su propiocepción debido a una infección. Al principio, no podía moverse correctamente ni controlar el tono de su voz. Más tarde, volvió a aprender a moverse usando la vista (observando sus pies) y el oído interno, y el oído para juzgar su voz. Con el tiempo, logró movimientos rígidos y lentos, y un habla casi normal, lo que se considera lo mejor posible sin este sentido. Le costaba juzgar la fuerza necesaria para levantar objetos y los agarraba con mucha fuerza para no dejarlos caer.

El sentido propioceptivo se puede mejorar practicando diversas actividades. Hacer malabares entrena el tiempo de reacción, la ubicación espacial y el movimiento eficiente. Pararse sobre una tabla de equilibrio se usa a menudo para reentrenar o mejorar las habilidades propioceptivas, especialmente en fisioterapia para lesiones de tobillo o rodilla. El Slackline (caminar sobre una cinta tensa) es otro método para mejorar la propiocepción.

Disciplinas como el yoga, el Wing Chun y el taichí también usan posturas como pararse en una pierna y otros desafíos de posición corporal. El sistema vestibular del oído interno, la visión y la propiocepción son los tres elementos principales para el equilibrio. Además, existen dispositivos específicos para entrenar la propiocepción, como la pelota de ejercicios, que ayuda a fortalecer los músculos abdominales y de la espalda para mejorar el equilibrio.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Proprioception Facts for Kids

  • Cenestesia
  • Cinestesia
  • Estimulación multisensorial
  • Función interoceptiva
  • Terapia ocupacional
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