Matrimonio en la Alta Edad Media en España para niños

Plantilla:Ficha de institución En la Alta Edad Media en España, el matrimonio era una parte muy importante de la sociedad. Se basaba en las costumbres y leyes de los pueblos germánicos que vivieron en la península. Hasta el siglo XII, el matrimonio era principalmente un acuerdo legal entre familias.
Sin embargo, a partir del siglo XII, la Iglesia católica empezó a tener más influencia. El matrimonio comenzó a verse como un sacramento, algo sagrado y bendecido por la Iglesia. Esta nueva forma de entender el matrimonio, más religiosa, se hizo más común en la Baja Edad Media.
Contenido
El Matrimonio en la Edad Media Española
Durante la Alta Edad Media, el matrimonio legal se dividía en dos pasos principales. Estos eran los esponsales y la entrega de la esposa, que se conocía como la boda.
Tipos de Uniones Matrimoniales
Existían diferentes maneras de unirse en matrimonio o de vivir en pareja en aquella época. Algunas eran formales y reconocidas por la ley, mientras que otras eran más informales.
El Matrimonio Formal: Esponsales y Boda
Este tipo de matrimonio era un acuerdo legal completo. Se establecía entre el padre de la mujer y el futuro esposo.
¿Qué Eran los Esponsales?
Los esponsales eran el primer paso y el más importante desde el punto de vista legal. Era un acuerdo formal entre el padre de la novia y el novio. En este acuerdo, el novio entregaba una dote o arras. Esta dote era un conjunto de bienes, como tierras, castillos o siervos. A cambio de esta dote, el novio obtenía la autoridad legal sobre la mujer, que antes tenía su padre.
Este acuerdo se escribía en un documento legal llamado «carta de arras». En esta carta se detallaban los bienes que la mujer recibiría como propiedad. Podían ser objetos, joyas o propiedades. A la mujer que se casaba con este tipo de acuerdo se la llamaba «mujer arrada» o «mujer de bendición».
La Celebración de la Boda
La boda era el segundo paso y la culminación del matrimonio. Se celebraba cuando la mujer tenía la edad adecuada para iniciar su vida en común con el esposo. Era una ceremonia solemne, a menudo seguida de banquetes y fiestas. En este momento, la mujer dejaba la casa de su padre para vivir en la del marido.
El único efecto legal de la boda era que la autoridad sobre la mujer pasaba de su padre a su esposo. Después de la noche de bodas, la mujer recibía un regalo especial del marido, conocido como matutinale donum.
A partir de los siglos XII y XIII, la Iglesia católica empezó a participar más en las bodas. La entrega de la esposa se hacía primero ante un sacerdote. Con su ayuda, se celebraba el matrimonio y una misa especial. La bendición del sacerdote, que al principio era solo una ceremonia religiosa, se volvió cada vez más importante. Con el tiempo, la Iglesia hizo del matrimonio una institución religiosa, basada en el consentimiento de los novios.
El Matrimonio por Acuerdo de los Novios
Además del matrimonio formal, existía otra forma de unirse. Ocurría cuando los novios decidían casarse sin el permiso de sus familias. En este caso, no había un acuerdo legal previo con el padre de la novia ni una ceremonia formal.
Los novios se prometían matrimonio el uno al otro ante un testigo, que preferiblemente era un sacerdote. Por eso se le llamaba «matrimonio a juras» (prometido) o «matrimonio a furto» (a escondidas). En este tipo de unión, el padre de la novia mantenía su autoridad legal sobre ella. El novio no entregaba una dote, pero sí el regalo de la mañana (matutinale donum). Con el tiempo, el anillo de compromiso se convirtió en un símbolo importante de esta promesa.
La Iglesia católica, más adelante, adoptó este tipo de acuerdo mutuo como la base del matrimonio sacramental.
Las Uniones Informales: La Barraganía
También era común que algunas personas vivieran juntas sin un matrimonio formal. A esta unión se le llamaba barraganía. Aunque no era un matrimonio legal, la pareja se basaba en una promesa de fidelidad.
En la barraganía, la mujer y los hijos de la pareja podían tener ciertos derechos de herencia. Esto significaba que, aunque no fuera un matrimonio oficial, no se consideraba una unión sin validez legal. La mujer que vivía en esta condición con un hombre era conocida como «barragana» desde el siglo XI.