Loma del Tío Ginés para niños
Loma del Tío Ginés es un antiguo poblado de la cultura argárica, que existió hace miles de años. Se encuentra en el municipio de Puerto Lumbreras, en la Región de Murcia, España. Este lugar era un pequeño asentamiento donde sus habitantes aprovechaban los recursos naturales de los alrededores para vivir. Se desarrolló en el momento de mayor esplendor de la cultura argárica en el sureste de la península, aproximadamente entre los años 1970 y 1700 antes de Cristo.
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¿Cómo se descubrió Loma del Tío Ginés?
El poblado de Loma del Tío Ginés fue descubierto por casualidad en 1980. Esto ocurrió cuando se estaba preparando el terreno para construir un almacén. Durante esos trabajos, se encontró un enterramiento dentro de una caja de piedra, llamada cista. Estos restos fueron llevados al Museo de Arqueología de Murcia para su estudio y conservación.
Hallazgos iniciales y excavaciones
Una experta, la profesora Ayala Juan, mencionó que en esos mismos trabajos se encontraron tres losas de piedra colocadas de forma vertical. Estas losas cerraban tres ramales de lo que parecía ser un antiguo canal de agua o acequia de riego. Este tipo de canal era similar a los que se han encontrado en otros poblados argáricos de llanura, como Rincón de Almendricos.
En 1994, se realizó una excavación más profunda en el lugar. Esto fue necesario porque la construcción de la Autovía del Mediterráneo iba a afectar parte de los restos arqueológicos. En esa ocasión, solo se pudieron excavar dos zonas que correspondían a viviendas. Una de ellas estaba muy dañada, pero de la otra se pudo reconocer su forma completa. Se cree que el poblado debió tener al menos seis casas. Era un asentamiento donde las casas estaban un poco separadas, formando unidades familiares independientes. Sin embargo, no contaban con muros o defensas que protegieran todo el poblado.
¿Cómo eran las casas argáricas?
Las casas en Loma del Tío Ginés estaban construidas directamente sobre el terreno natural. La vivienda excavada medía unos 11 metros de largo y 2 metros de ancho. Tenía una base de piedras y las paredes superiores estaban hechas de adobe, un material similar al ladrillo de barro. No se encontraron agujeros de postes que indicaran cómo se sostenía el techo, quizás porque la zona había sido usada para la agricultura y los restos se habían alterado.
Dentro de la casa, solo se pudo identificar el suelo, que era de unos dos o tres centímetros de grosor. También se encontró una zona con restos de quemaduras, que probablemente era el lugar donde se encendía el fuego para cocinar o calentarse. El ajuar doméstico, es decir, los objetos que usaban en la vida diaria, estaba compuesto principalmente por piezas de cerámica. Había cuencos, vasijas con forma de tulipa y recipientes grandes para almacenar cosas. También se encontraron algunas herramientas de piedra, como láminas sin trabajar, y fragmentos de molinos, que se usaban para moler cereales. Además, se hallaron semillas carbonizadas, que podrían ser de cereales o legumbres.
¿Cómo enterraban a sus muertos?
En Loma del Tío Ginés se excavaron dos enterramientos. Uno de ellos era muy particular: se trataba de una fosa con una cubierta en forma de túmulo, algo poco común en la cultura argárica. Esta fosa tenía forma ovalada, con una profundidad máxima de 55 centímetros. Estaba cubierta con una estructura de piedras unidas con una especie de barro arcilloso. Lo más llamativo es que dentro de esta fosa no se encontraron ni objetos funerarios ni restos humanos. Por eso, los arqueólogos piensan que podría haber sido un cenotafio, que es un monumento funerario dedicado a una persona, pero donde no se depositó su cuerpo. También consideran la posibilidad de que fuera una estructura relacionada con algún tipo de ritual o actividad social.
El segundo enterramiento se encontró en otra fosa donde se colocaron dos urnas de cerámica. Estas urnas estaban en posición horizontal, con sus bocas encajadas y selladas con barro. Al igual que en el primer caso, tampoco se hallaron restos de huesos ni objetos. Por esta razón, también se interpretó como un cenotafio. Es importante mencionar que en todo el poblado no se encontraron restos de animales, lo que sugiere que las características químicas de la tierra pudieron haber contribuido a la desaparición de los huesos.