José Molines para niños
José Molines y Casadevall (nacido en Hospitalet de Llobregat en 1645 y fallecido en Milán el 11 de enero de 1719) fue una persona importante en la Iglesia y en la diplomacia de España. Se destacó por su trabajo como auditor en el Tribunal de la Rota Romana en Roma y como representante del rey Felipe V ante el Papa. Fue nombrado Inquisidor General de España en 1717, pero no llegó a ocupar el cargo porque falleció mientras estaba retenido en Milán.
Datos para niños José Molines |
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![]() Inquisidor General |
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1717-1719 | ||
Predecesor | Francesco del Giudice | |
Sucesor | Juan de Arzamendi | |
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Información personal | ||
Nacimiento | 1645 Hospitalet de Llobregat (España) |
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Fallecimiento | 11 de enero de 1719 Milán (Ducado de Milán) |
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Información profesional | ||
Ocupación | Religioso y diplomático | |
Contenido
¿Quién fue José Molines y cuál fue su trayectoria?
José Molines fue el segundo hijo de Francisco Molines y Petronila Casadevall. Debido a su posición en la familia, decidió seguir una carrera en la Iglesia. Se trasladó a Barcelona, donde se convirtió en rector de la iglesia de Santa María del Pi y vicario del obispado.
Su rol como auditor en Roma
Gracias al virrey Bournonville, Molines fue elegido para el importante cargo de auditor de Rota de la Corona de Aragón. Este puesto era en un tribunal eclesiástico en Roma. El rey Carlos II de España aprobó su nombramiento, dando la razón a los catalanes que pedían que el cargo rotara entre las diferentes regiones.
En 1684, José Molines se estableció en Roma. Durante los años siguientes, su trabajo principal fue estudiar los casos eclesiásticos que llegaban al tribunal.
Su participación en la política y la diplomacia
A medida que la situación política en España se volvía más compleja, Molines empezó a involucrarse en asuntos fuera de su trabajo legal. En 1698, se convirtió en decano de la Rota y en un miembro influyente del grupo español en Roma.
Cuando el rey Carlos II falleció y Felipe V fue nombrado nuevo rey, Molines apoyó al nuevo gobierno. Esto ayudó a que Francia y España se unieran en asuntos políticos ante el Papa, frente al Sacro Imperio Romano Germánico. En ese momento, había tensiones por problemas en el Reino de Nápoles.
Molines incluso rechazó ser considerado para otros cargos importantes, porque creía que su presencia en Roma era esencial. Durante la Guerra de Sucesión Española, Molines continuó trabajando como embajador desde 1709.
Un momento difícil: la excomunión
A pesar de sus esfuerzos, las relaciones entre la monarquía de Felipe V y el Papa se rompieron. Como resultado, José Molines fue excomulgado el 30 de septiembre de ese año. Esto significaba que se le prohibía participar en ciertos ritos de la Iglesia.
El final de su vida y su cautiverio
Una vez que la paz regresó a Europa, la excomunión de Molines fue retirada. Sin embargo, su imagen en Roma ya no era la misma. El rey Felipe V decidió buscar a alguien con un trato más suave para las negociaciones con la corte romana.
A cambio, en 1717, le ofrecieron el cargo de Inquisidor General en España, lo que significaba que debía regresar a la península. En ese momento, las tensiones en Europa seguían siendo altas después del Tratado de Utrecht. España planeaba movimientos en territorios italianos, lo que llevó a la formación de la Triple Alianza para mantener la paz.
En este contexto, las tropas austriacas capturaron a Molines en Milán el 2 de junio de 1717. Lo retuvieron en su ciudadela. Aunque el embajador austriaco en Roma le había prometido seguridad, la corte de Madrid consideró esto una provocación. Poco después, España comenzó acciones militares en Italia.
Lamentablemente, José Molines falleció poco después de ser retenido, el 11 de enero de 1719. Su muerte se debió a su delicada salud y su avanzada edad.