Jorge Bessières para niños
Jorge o Georges Bessières (1780-Molina de Aragón, Guadalajara, 26 de agosto de 1825) fue un militar y aventurero francés. Tuvo un papel importante en la política de España. Durante la Década Ominosa, que fue el último periodo del reinado de Fernando VII, Bessières lideró una rebelión. Esta rebelión, que buscaba un gobierno muy estricto y sin cambios, fracasó. Por ello, fue condenado a muerte y ejecutado.
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¿Quién fue Jorge Bessières?
Sirvió en los ejércitos de Napoleón durante la Guerra de la Independencia Española. Hacia el final de esta guerra, se unió a las tropas españolas. Allí, logró el rango de teniente coronel.
Participación en movimientos políticos
Bessières participó en el levantamiento liberal del general Lacy en 1817. También estuvo en la Revolución española de 1820, que dio inicio al Trienio Liberal. Durante este tiempo, se encontraba en Barcelona, donde parece que trabajaba como tintorero.
En mayo de 1821, organizó un plan secreto junto a un fraile mexicano y otro militar. Fue condenado a muerte, pero después de estar un tiempo en la cárcel del castillo de Figueras, lo enviaron a Francia. Algunos historiadores dudan de la verdad de sus explicaciones sobre este plan.
Cambio de bando y la Guerra Realista
Más tarde, Bessières cambió de bando. En marzo de 1822, regresó a España al mando de un grupo de soldados que apoyaban al rey. Cuando comenzó la Guerra Realista, Bessières, al frente de unos 6000 hombres, consiguió una victoria en Brihuega en enero de 1823. Sin embargo, en abril fue derrotado en Aranda de Duero.
El 7 de abril de ese año, el ejército francés conocido como los Cien Mil Hijos de San Luis entró en España. Bessières y sus hombres se unieron a esta invasión. En mayo, ocuparon Medinaceli y se movieron por los alrededores de Madrid. El 24 de agosto, estaban en Chinchilla de Montearagón. Allí, Bessières lanzó un mensaje a los "manchegos" (gente de La Mancha) diciendo que nunca aceptaría cambios en las leyes antiguas de España.
Después de que el rey Fernando VII recuperara su poder absoluto, Bessières disolvió su división militar. Logró que le reconocieran el grado de mariscal de campo, un rango que él mismo se había dado durante la guerra. A pesar de esto, comenzó a planear con otros grupos que querían un gobierno aún más estricto. Querían derrocar al gobierno "reformista" que Fernando VII había nombrado.
La rebelión fallida de 1825
En la madrugada del 16 de agosto de 1825, Bessières salió de Madrid con un grupo de caballería. Su plan era unirse en Brihuega (Guadalajara) con voluntarios que apoyaban al rey. Bessières había dicho que se quería restaurar la Constitución y que el rey estaba prisionero en Francia. Desde Brihuega, con el grito de "¡Viva el rey y la religión!", planeaba tomar Sigüenza.
Sin embargo, las tropas del gobierno, lideradas por el conde de España, llegaron a Sigüenza. Eran 3000 hombres frente a los 300 de Bessières. Esto hizo que Bessières cambiara de idea. También se enteró de una orden real del 17 de agosto que condenaba su movimiento y decía que todos los participantes serían fusilados.
Bessières dejó marchar a sus tropas, o estas lo abandonaron. El 23 de agosto, fue capturado en Zafrilla junto con los veintiún hombres que aún lo acompañaban. Buscó el perdón por su rebelión, pero no lo consiguió. El 26 de agosto, por orden directa del rey, fue fusilado en Molina de Aragón. Siete de sus oficiales que se quedaron con él también fueron ejecutados.
Un informe del conde de España, publicado el 28 de agosto, decía que a Bessières y a sus compañeros "se les dieron los auxilios espirituales de nuestra santa y consoladora religión y, después de declarar su crimen, fueron fusilados hoy a las ocho y media de la mañana". La orden real del 17 de agosto decía que a los capturados con armas no se les daría más tiempo que el necesario para morir como cristianos.
La conspiración de Bessières tenía conexiones en Madrid. Muchos de los implicados, incluyendo personas importantes que apoyaban un gobierno muy estricto, fueron arrestados. Sin embargo, pasaron poco tiempo en la cárcel. Esto se debió a la ayuda de algunas autoridades o a su miedo a las consecuencias si perseguían a todo el grupo.
Un escritor de la época, Sebastián Miñano, escribió el 30 de agosto que la rebelión de Bessières era más seria de lo que parecía. No solo buscaba cambiar a los funcionarios, sino también eliminar a quienes buscaban la moderación. El 15 de agosto, el jefe de policía, Juan José Recacho, le entregó un informe al rey Fernando VII. En él, decía que el grupo que buscaba venganza no solo atacaba a los liberales, sino también al gobierno del rey y a todos los que no pensaban como ellos. Señaló especialmente a los religiosos, que usaban su influencia sobre la gente para causar divisiones.
En varios lugares, aparecieron carteles o se escucharon gritos a favor de Bessières y, a veces, también a favor de Carlos 5º (Carlos María Isidro de Borbón). En un cartel de Tortosa se leía un mensaje que animaba a los partidarios del rey y la iglesia a celebrar, diciendo que los que apoyaban la Constitución serían eliminados y que Bessières y su causa vivirían.

Galería de imágenes
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Ángel Lizcano: Fusilamientos de Bessières, ilustración de la obra de Fernando Fernández de Córdoba, Mis memorias íntimas, t. I, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1886. Biblioteca Nacional de España.