Isabel de Warenne, condesa de Arundel para niños

Isabel de Warenne, condesa de Arundel (nacida alrededor de 1228 – fallecida el 23 de noviembre de 1282) fue una importante mujer de la nobleza en Inglaterra. Se quedó viuda antes de cumplir los veinte años, pero con muchas propiedades. Con parte de ellas, fundó un convento para monjas de la orden cisterciense, que fue el único de su tipo en Inglaterra en ese momento. En 1252, incluso se atrevió a reclamarle al rey Enrique III por una deuda que él le debía.

¿Quién fue Isabel de Warenne?

Isabel de Warenne nació entre los años 1226 y 1230. Sus padres fueron William de Warenne, V conde de Surrey y Maud Marshal, condesa de Norfolk. Ambos ya habían estado casados antes y se unieron en matrimonio en 1225.

Su familia y conexiones reales

Isabel tuvo un hermano menor, John de Warenne, VI conde de Surrey, nacido en 1231. Por parte de su abuelo, Hamelin de Anjou, quien era hermanastro del rey Enrique II, Isabel tenía un parentesco con el rey Enrique III. Esto la hacía prima del rey.

Su matrimonio y vida temprana

En 1234, cuando Isabel tenía entre ocho y doce años, se casó con Hugh d'Aubigny, el quinto conde de Arundel. La pareja se fue a vivir a Marham, en Norfolk.

Hugh d'Aubigny falleció en 1243. Para ese momento, el padre de Isabel y sus tíos también habían muerto. Esto la convirtió en una joven viuda con una considerable fortuna. Aunque las propiedades de su esposo se repartieron entre las hermanas de Hugh, Isabel mantuvo su título de condesa de Arundel.

Su papel como benefactora

Isabel de Warenne fue una persona muy generosa y apoyó mucho a la religión. En 1249, fundó la abadía de Marham en Norfolk, usando parte de sus tierras. Este fue el único convento de monjas en Inglaterra que perteneció a la orden cisterciense en el momento de su fundación.

Un encuentro con el rey Enrique III

En 1252, después de la muerte de Thomas de Ingoldisthorpe, el rey Enrique III tomó posesión de sus tierras. Sin embargo, Thomas era inquilino de Isabel de Warenne y le debía dinero. Por eso, Isabel le reclamó al rey que le pagara esa cantidad.

El rey Enrique se negó a pagar. Isabel de Warenne, con mucha valentía, le reprochó su actitud directamente. Le hizo ver que su acción no respetaba los principios de la Carta Magna, un documento muy importante que protegía los derechos. Después de esto, Isabel se marchó de la corte del rey sin su permiso. Finalmente, un año más tarde, el rey Enrique le pagó la deuda y le perdonó una multa que le habían puesto por reclamar el caso.

Véase también

En inglés: Isabel de Warenne Facts for Kids