Fuego de la Magdalena para niños
El Fuego de la Magdalena fue un importante suceso ocurrido en la ciudad de Toledo en el año 1467. Se le conoce así porque el evento principal, un gran incendio, tuvo lugar el 22 de julio, día de María Magdalena. Este incendio afectó gravemente el barrio de la Magdalena, también conocido como "de las Cuatro Calles".
El fuego comenzó un martes por la tarde y duró hasta el miércoles por la noche, quemando alrededor de 1600 casas donde vivían unas 4000 personas. Además de la destrucción, muchas personas perdieron la vida y algunos habitantes de origen judío que se habían convertido al cristianismo tuvieron que abandonar la ciudad.
Contenido
¿Qué causó el Fuego de la Magdalena?
Tensiones sociales en Toledo
Desde hacía mucho tiempo, existía una fuerte tensión en Toledo entre dos grupos de personas: los "cristianos viejos" y los "cristianos nuevos". Los cristianos viejos eran aquellos cuyas familias siempre habían sido cristianas. Los cristianos nuevos eran personas de origen judío que se habían convertido al cristianismo, a menudo después de eventos importantes como la revuelta de 1391.
Estas tensiones se habían manifestado en otros momentos, como en la revuelta de Pedro Sarmiento en 1449. En 1465, incluso se tuvo que intervenir para unir dos hermandades (cofradías) que estaban enfrentadas por esta división.
El contexto político de Castilla
La situación en Toledo se complicó aún más debido a un conflicto político en el reino de Castilla. En 1465, hubo un desacuerdo importante sobre quién debía gobernar: Enrique IV de Castilla o su hermano, el infante Alfonso. Los cristianos viejos de Toledo apoyaban al infante Alfonso, lo que hizo que la ciudad se uniera a su bando en este conflicto.
¿Cómo se desarrolló el conflicto?
El inicio de los disturbios
Los problemas comenzaron el domingo 19 de julio de 1467 en la catedral de Toledo. Un grupo de cristianos nuevos tuvo un altercado con algunos miembros del clero, lo que llevó a la muerte de dos canónigos. Este incidente provocó un enfrentamiento armado en las calles de Toledo.
Un grupo de cristianos nuevos, liderado por Alvar Gómez de Ciudad Real y Fernando de la Torre, se enfrentó a un grupo de cristianos viejos, liderado por Payo de Ribera. En este primer choque, hubo unos quince muertos.
La escalada de la violencia
El martes 21 de julio, los cristianos viejos se reunieron armados en la catedral, convocados por el toque de campanas de sus parroquias. Eran alrededor de mil hombres, a los que se unieron otros 150 de Ajofrín. Los enfrentamientos se intensificaron en varios puntos alrededor de la catedral, donde los cristianos nuevos intentaban sitiarla. Esa tarde, más de cien personas resultaron muertas o heridas.
El bando de los cristianos viejos estaba dirigido por Pero López de Ayala, mientras que el de los cristianos nuevos era apoyado por Alonso de Silva. Hubo un enfrentamiento particularmente violento en el "Corral de Don Diego", en el barrio de la Magdalena.
El gran incendio y saqueo
Durante estos enfrentamientos, los cristianos viejos lograron salir de la catedral y, en lugar de ser ellos los atacados, prendieron fuego a las casas cercanas. Así comenzó el gran incendio que dio nombre al evento. El fuego se extendió rápidamente, y las casas de los cristianos nuevos fueron saqueadas en los días siguientes.
Alonso de Silva y Alvar Gómez lograron escapar, pero Fernando de la Torre y su hermano Álvaro fueron capturados y ejecutados. Sus cuerpos fueron exhibidos en las calles como advertencia. En la casa de Fernando de la Torre se encontraron armas y libros religiosos, lo que fue usado para acusarlo de practicar el judaísmo en secreto.
Los ataques y saqueos contra los cristianos nuevos continuaron durante toda la semana. Se les prohibió llevar armas y muchos buscaron refugio en iglesias y conventos para protegerse.
¿Cuáles fueron las consecuencias del Fuego de la Magdalena?
Reacciones de las autoridades
Pero López de Ayala informó de los sucesos a las autoridades, incluyendo al arzobispo Carrillo y al infante Alfonso, quienes se encontraban en Olmedo. Al principio, se ordenó la liberación de Alonso Franco, uno de los cristianos nuevos, pero la multitud en Toledo no se calmó y logró que Alonso Franco y otro converso, Juan Blanco, fueran ejecutados días después.
Tras la batalla de Olmedo, la ciudad de Toledo intentó que el infante Alfonso aprobara las medidas tomadas contra los cristianos nuevos: algunos habían sido desterrados, y a otros se les permitió salir de la ciudad con sus pertenencias, pero sin armas. A los que se quedaron se les garantizó que podrían seguir con sus vidas privadas, pero no podrían ocupar cargos públicos. El infante Alfonso se negó a aprobar estas medidas, diciendo que no apoyaría tales acciones.
Cambios en la administración de Toledo
Cuando la ciudad de Toledo volvió a estar bajo el control de Enrique IV, no hubo compensación para los cristianos nuevos. El rey aceptó que los cargos municipales que ellos ocupaban fueran eliminados y que no pudieran volver a ejercerlos. Una medida similar se tomó en Ciudad Real.
Aunque el rey perdonó a Toledo en 1468, en 1471 rectificó y restituyó en sus cargos a todos los funcionarios que habían sido depuestos, tanto cristianos nuevos como viejos.
La llegada de la Inquisición
Años después, a principios de 1485, la Inquisición española llegó a Toledo bajo la dirección de Tomás de Torquemada. Aunque no hubo una nueva revuelta, sí se descubrió una conspiración para un levantamiento durante la procesión del Corpus Christi en las Cuatro Calles, el mismo lugar de los sucesos de 1467. La conspiración fue frustrada, y varios conspiradores fueron detenidos y ejecutados.