Convención de Estocolmo para niños
El Convenio de Estocolmo es un acuerdo internacional muy importante que busca proteger nuestro planeta de sustancias químicas peligrosas. Estas sustancias se llaman contaminantes orgánicos persistentes (COP). Son químicos que duran mucho tiempo en el ambiente y pueden viajar lejos, afectando la salud de las personas y los animales.
El convenio se firmó el 23 de mayo de 2001 en Estocolmo, Suecia. Empezó a funcionar oficialmente el 17 de mayo de 2004. Al principio, regulaba doce químicos, incluyendo pesticidas y otras sustancias industriales. Hoy, 186 países se han unido a este acuerdo para hacer un mundo más seguro.
Contenido
¿Por qué es importante el Convenio de Estocolmo?
Este convenio es el resultado de muchos años de trabajo. Fue impulsado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Su objetivo principal es que los países se comprometan legalmente a eliminar los contaminantes orgánicos persistentes. Estos químicos son muy dañinos porque se quedan en el ambiente y en los seres vivos por mucho tiempo.
¿Cuándo comenzó a funcionar el convenio?
Las negociaciones para crear el Convenio de Estocolmo terminaron el 23 de mayo de 2001. El acuerdo entró en vigor el 17 de mayo de 2004. En ese momento, 151 países ya lo habían firmado, mostrando su compromiso con la protección ambiental.
Sustancias químicas bajo control
El Convenio de Estocolmo se enfoca en un grupo de sustancias químicas que son muy peligrosas. A estas se les conoce como la "docena sucia" debido a sus efectos negativos en el ambiente y en los seres vivos. Estas sustancias pueden permanecer en el cuerpo humano y en la naturaleza por mucho tiempo.
¿Qué tipos de sustancias regula el convenio?
Las sustancias reguladas se dividen en varias categorías. Algunas deben ser eliminadas por completo, otras tienen usos muy limitados, y algunas son subproductos no deseados de procesos industriales.
- Sustancias para eliminación:
* Aldrina: Usada como insecticida. * Bifenilos policlorados (PCBs): Usados en la industria. * Clordina: Usada como insecticida y para controlar termitas. * Dieldrín: Usado en la agricultura. * Endrina: Un químico peligroso. * Heptacloro: Usado para controlar termitas. * Hexaclorobenceno: Usado como solvente para insecticidas. * Mirex: Usado para controlar termitas. * Toxafeno: Un químico peligroso. * α-hexaclorociclohexano. * β-hexaclorociclohexano. * Clordecona. * PBB (Bifenilos polibromados). * PBDE (Éteres de polibromodifenilo): Se permite su uso en el reciclaje de objetos que ya los contienen. * Lindano: Se permite su uso en medicina para tratar piojos y sarna, pero solo como segunda opción. * Pentaclorobenceno. * Éter de Pentabromodifenilo: Se permite su uso en el reciclaje de objetos que ya los contienen.
- Sustancias con prohibición de uso:
* Dicloro difenil tricloroetano (DDT): Aunque su uso está prohibido en general, el convenio permite usarlo para controlar mosquitos que transmiten enfermedades como la malaria, bajo ciertas condiciones de salud pública. * Ácido perfluorooctanosulfónico, sus sales y el Fluoruro de perfluorooctanosulfonilo: Tienen algunos usos permitidos específicos.
- Sustancias de producción no intencionada:
* Bifenilos policlorados (PCB). * Dioxinas y dibenzofuranos policlorados. * Hexaclorobenceno.
Estas listas se actualizan a medida que se descubre más sobre los químicos y sus efectos. Las modificaciones más recientes entraron en vigor en agosto de 2010.
Países que apoyan el convenio
El Convenio de Estocolmo fue firmado inicialmente por 151 países. La mayoría de los países desarrollados se unieron, aunque algunos no lo han hecho. En América Latina, muchos países han ratificado el convenio, como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y República Dominicana.
¿Cómo ayuda el convenio a la salud pública?
Un ejemplo importante es el uso del DDT. Aunque es un químico regulado, el convenio permite su uso en la salud pública para controlar mosquitos que transmiten la malaria. Esto demuestra que el acuerdo busca un equilibrio entre proteger el ambiente y cuidar la salud de las personas, especialmente en lugares donde la malaria es un problema grave.
Véase también
- Marco normativo medio ambiental de Argentina