Contrato de censo para niños
El censo era un tipo de acuerdo legal que se usaba mucho en el pasado, pero que hoy en día ya no se utiliza. Funcionaba cuando una persona se comprometía a pagar una cantidad de dinero cada año a otra persona. Para asegurar este pago, se usaba una propiedad como garantía. Es decir, la propiedad quedaba "gravada" o comprometida para asegurar que el dinero se pagaría.
Este acuerdo era tanto un contrato (un pacto entre dos partes) como un derecho real (un derecho sobre una cosa, en este caso, la propiedad).
Los censos fueron muy comunes en la Edad Media y en la Edad Moderna, tanto en Europa como en América. Se parecían un poco a los préstamos con hipoteca de hoy, pero con una diferencia importante: la persona que pedía el dinero (el deudor) seguía siendo el dueño completo de su propiedad, aunque estuviera comprometida.
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¿Qué era la renta feudal?
A menudo, el censo se usaba para establecer una renta, que era un pago anual. Este pago podía ser en productos (como cosechas) o en dinero. En algunas partes de España, se convirtió en algo más simbólico, ya fuera por un préstamo o por el uso de una propiedad. Su uso fue disminuyendo después de la Edad Moderna.
Censo como forma de venta o cesión
Otra forma importante del censo era como una manera de "vender" o "ceder" el derecho a usar una propiedad. A este tipo se le llamaba reservativo, enfitéutico o perpetuo, dependiendo del lugar. La persona que usaba la propiedad pagaba una renta, que solía ser baja, también en productos o dinero.
Censo como crédito
El censo también servía como una forma de crédito. Una persona prestaba una cantidad de dinero (el capital principal) y recibía intereses por ello (por ejemplo, un 7%, 5% o 3% anual, según la época). Para asegurar que el dinero se devolvería, se usaban una o varias propiedades como garantía. A esta forma se le llamaba censo consignativo o al quitar, porque la deuda se terminaba cuando se devolvía el capital prestado.
¿Cómo se usaba para pagos aplazados?
El censo también se usó para pagar a plazos las dotes de las monjas (dinero o bienes que se entregaban al entrar en un convento). Las órdenes religiosas masculinas, por su parte, recibían muchos pagos por misas y otras obras de caridad a través de los beneficios de los censos que les dejaban las personas que los fundaban.
Historia del censo
Los censos se hicieron muy populares en lugares y épocas donde no había mucho dinero en efectivo, como en América durante la época colonial. En ese tiempo, la región sufría una gran escasez de dinero.
Aunque había varios tipos de censos (consignativos, reservativos o vitalicios), los más usados eran los "consignativos" que se podían cancelar. Estos eran acuerdos para obtener dinero usando una propiedad como garantía, a cambio de pagar una pensión anual. La persona que pedía el préstamo (el censuatario) seguía siendo el dueño de la propiedad y podía venderla, siempre que el nuevo comprador aceptara el censo y sus obligaciones, y que la persona que prestaba el dinero (el censualista) lo autorizara. Las propiedades con censo no podían dividirse.
El porcentaje que se pagaba sobre la tierra con censo era bajo. En el siglo XVI era un poco más del 7%. En el siglo XVII bajó al 5%. A principios del siglo XVIII, era solo del 3%, según las leyes de España.
Generalmente, los censos duraban mucho tiempo. No había mucho interés en cancelarlos, porque si el capital quedaba libre, había que buscar una nueva forma de invertirlo, lo que podía significar pérdidas. Además, la economía de los campesinos a menudo tenía dificultades y no podían pagar para cancelar el censo.
Aunque el dinero prestado con el censo era mucho menor que el valor real de la propiedad, si el censualista dejaba de recibir los pagos, podía exigir el capital principal. Si la persona que debía el dinero no podía pagar, la propiedad pasaba a ser del censualista. Así fue como muchas propiedades, tanto en ciudades como en el campo, pasaron a manos de la Iglesia católica y sus organizaciones (como comunidades religiosas, parroquias o diócesis), ya que usaban los censos como una forma de invertir su dinero.
Las reglas de los censos seguían las recomendaciones del Derecho Canónico (leyes de la Iglesia). Debido a los bajos intereses, nunca se consideraron como una práctica de cobrar intereses excesivos, algo que el catolicismo prohibía.
Otra forma de censo, aunque menos común, era el "Censo reservativo", que podía ser para siempre o cancelable. En realidad, era una forma de venta con una condición: el pago de la propiedad vendida. Así, una persona transfería a otra una propiedad que producía beneficios, pero se reservaba el derecho a recibir ciertos pagos anuales o una pensión, mientras el comprador terminaba de pagar el valor total de la propiedad.
El censo en Francia
En Francia, el censo (cens) y la censiva (censive) eran términos relacionados con la economía de los sistemas feudales:
- El censo era un pago que se debía (pagar el censo).
- La censiva podía ser la propiedad (poseer/comprar una censiva) o el pago, sinónimo de censo aplicado a la tierra. También se refería a la forma de poseer la propiedad (propiedades mantenidas en censiva, no en feudo o en libre alodio).
El censo era una renta anual, sobre la tierra y para siempre, que debía pagar quien tenía el derecho a usar una tierra (llamada censiva) al dueño principal de esa tierra, que era el señorío fundiario. Al pagar el censo, la persona que lo hacía solía ser del pueblo común, pero también podía ser un noble o un miembro de la Iglesia. La censiva podía ser un terreno, una parcela construida en una ciudad, un molino, un transbordador en un río, un peaje en una carretera, animales con derecho a pastar, o incluso una propiedad grande como un priorato. Quien recibía el censo era considerado noble.
Más información
- Cabrevar
- Enfiteusis (también conocida como censo enfitéutico)
- Laudemio
- Luismo