Capitulaciones de Cervera para niños
Las Capitulaciones de Cervera fueron unos acuerdos muy importantes que se firmaron para el matrimonio entre la princesa Isabel de Castilla y el príncipe Fernando de Aragón. Estos acuerdos se firmaron en Cervera (en lo que hoy es Cataluña) el 5 de marzo de 1469. Establecieron condiciones para el príncipe Fernando, quien debía respetar la autoridad de su futura esposa y de los nobles que la apoyaban. El padre de Fernando, el rey Juan II de Aragón, aceptó estas condiciones porque necesitaba la ayuda de Castilla para ganar una guerra en Cataluña. Las Capitulaciones de Cervera fueron un paso previo a otro acuerdo importante llamado la Concordia de Segovia de 1475.
Contenido
¿Por qué fueron necesarias las Capitulaciones de Cervera?
La situación en Castilla y Aragón
En ese tiempo, había conflictos en los reinos de Castilla y Aragón. En Castilla, la princesa Isabel, de diecisiete años, acababa de ser nombrada heredera al trono en un acuerdo llamado los Toros de Guisando, en lugar de su sobrina Juana. Por otro lado, el rey Juan II de Aragón estaba en una guerra difícil en Cataluña. Necesitaba apoyo y decidió buscarlo en Castilla.
La búsqueda de alianzas
Juan II envió a sus representantes a Castilla para negociar el matrimonio de su hijo Fernando con la princesa Isabel. Fernando ya era rey de Sicilia, un título que su padre le había dado. Este matrimonio era importante porque el rey Enrique IV de Castilla quería casar a Isabel con el rey de Portugal, pero Isabel y sus partidarios tenían otros planes. Las negociaciones fueron exitosas, y se firmaron acuerdos matrimoniales provisionales el 7 de enero de 1469, y los definitivos el 5 de marzo.
¿Qué establecían las Capitulaciones?
Condiciones para el príncipe Fernando
Las Capitulaciones de Cervera mostraron la desconfianza de los nobles castellanos hacia el príncipe Fernando. Querían asegurarse de que Fernando siguiera sus intereses. La mayoría de las cláusulas buscaban que Fernando se sometiera a los deseos de los líderes castellanos que apoyaban a Isabel.
Fernando se comprometió a respetar las leyes y libertades de las ciudades castellanas. También prometió respetar la libertad de la Iglesia. No podría tomar decisiones importantes sin la firma de su esposa. Tampoco podría dar regalos ni nombrar a personas para cargos importantes, ya que esto era solo privilegio de Isabel.
Además, se estableció que Fernando no podría salir de Castilla sin el permiso de Isabel. Tampoco podría iniciar guerras o firmar la paz sin su voluntad.
La dote de Isabel
Isabel recibiría una dote, que es una cantidad de bienes o dinero que se entrega en un matrimonio. Esta dote incluía tierras en Aragón, Valencia y Cataluña, así como dinero y lanzas (soldados) si la situación en Castilla se complicaba. También se le entregaron 20.000 florines de oro y un collar de gran valor.
El rey Juan II de Aragón aceptó estas condiciones tan estrictas porque no tenía otra opción. Necesitaba el apoyo de Castilla para resolver sus problemas en Cataluña. Aunque significaba sacrificar parte de su prestigio y recursos, Juan II creyó que valía la pena el riesgo.
El matrimonio y sus desafíos
La dispensa papal
Para que el matrimonio fuera válido, necesitaban un permiso especial del Papa, llamado dispensa papal, porque Isabel y Fernando eran primos. Sin embargo, el Papa Paulo II se negó a dar el permiso, ya que tenía buenas relaciones con los enemigos de Juan II.
Para solucionar esto, se usó un documento falso. Se hizo creer que el Papa Pío II había dado una dispensa general cinco años antes. No se sabe si Isabel y Fernando sabían que el documento era falso. La dispensa verdadera no llegó hasta diciembre de 1471, cuando un nuevo Papa, Sixto IV, la concedió.
La boda
La boda se celebró en Valladolid el 18 de octubre de 1469. Para llegar a la boda, la princesa Isabel tuvo que escapar de Ocaña, donde estaba bajo la vigilancia de su hermanastro. El príncipe Fernando, por su parte, cruzó la frontera de Castilla disfrazado de arriero para no ser reconocido por los partidarios del rey Enrique IV.