Antonio Fernández de Castro para niños
Antonio Fernández de Castro (1659-1739) fue un sacerdote y un talentoso pintor barroco español. También fue "racionero" de la Catedral de Córdoba, lo que significa que tenía un cargo importante en la iglesia y recibía una parte de sus ingresos.
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¿Quién fue Antonio Fernández de Castro?
Antonio Fernández de Castro nació en Córdoba. Era sobrino de otro pintor famoso, Juan de Alfaro. Aunque tenía un puesto en la iglesia, se cree que pintaba más por su gran afición y devoción que como su trabajo principal.
Un Artista por Pasión
La gente de su época reconocía mucho su talento. Ceán Bermúdez, un historiador del arte, escribió sobre el epitafio (el texto en su tumba) que la iglesia de Córdoba mandó poner en su honor. En este texto, se decía que Antonio era muy estudioso del arte de la pintura. Lo elogiaban por su habilidad con los colores y la forma en que organizaba sus cuadros (la composición). También destacaban que pintaba muchas imágenes de santos con un "pincel suave", lo que significa que sus trazos eran delicados y finos.
Sus Obras Más Conocidas
Antonio Fernández de Castro creó varias obras importantes. Algunas de ellas muestran la influencia de otros grandes pintores de su tiempo.
El Misterio del San Rafael
Una de sus pinturas más famosas fue un cuadro de San Rafael. Se dice que esta obra fue llevada a Madrid, donde otro artista, Antonio Álvarez Torrado, hizo una copia fiel en 1788. Esta copia es la que se puede ver hoy en la capilla de San Agustín, y es un cuadro muy grande conocido como la Aparición del arcángel san Rafael al venerable Roelas. El cuadro original de Fernández de Castro, sin embargo, no se sabe dónde está actualmente.
Pinturas en el Museo de Córdoba
Otra obra importante de Antonio Fernández de Castro es el lienzo que muestra a San Fernando sitiando a Córdoba en presencia de la Virgen. En esta pintura, se pueden ver influencias de la pintura flamenca, especialmente en cómo usaba el color. Su estilo de color se parecía al de Murillo, otro pintor muy conocido. De hecho, varias obras de Fernández de Castro que se conservan en el Museo de Bellas Artes de Córdoba recuerdan mucho el estilo de Murillo. Entre ellas están la Dolorosa, Cristo atado a la columna y San Juan niño.