La inscripción en esta lista es la primera etapa para cualquier futura candidatura. Kazajistán, cuya lista indicativa fue revisada por última vez el 10 de junio de 2016, ha presentado los siguientes sitios:
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El arte tradicional kazajo del dombra kuy |
Bien inmaterial inscrito en 2014. |
El “dombra kuy” es una composición musical interpretada en solo (“kuy”) con un instrumento tradicional de punteo llamado “dombra”, que tiene forma de pera y posee dos cuerdas y un mástil largo. Este arte musical tiene por objeto vincular a la gente con sus raíces y tradiciones mediante interpretaciones de piezas clásicas que hagan vivir al público una experiencia espiritual y emocional. La vivencia de esas interpretaciones por parte del público constituye uno de los medios de comunicación social más importantes, y también contribuye a la transmisión de los conocimientos y competencias vinculados a la cultura kazaja. Las representaciones de “dombra kuy” suelen ir acompañadas de narraciones de leyendas y relatos, y tienen lugar tradicionalmente en días de asueto, o con motivo de la celebración de reuniones sociales y eventos festivos con gran variedad de manjares y músicas. Constituyen una experiencia social y cultural fundamental que robustece la identidad cultural de las comunidades y fomenta la solidaridad y el entendimiento mutuo en el seno de la sociedad. Los niños y jóvenes que aspiran a ser a músicos o son ya músicos de talento se forman con maestros, a partir del primer momento en que hayan mostrado interés por la filosofía y el virtuosismo de la música tradicional y la práctica del “dombra kuy”. Los músicos aficionados aprenden de otros intérpretes de su región con más talento y experiencia, a fin de mejorar sus competencias e incrementar su repertorio.. (UNESCO/BPI)
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Conocimientos y técnicas tradicionales vinculados a la fabricación de yurtas kirguises y kazajas (hábitat nómada de los pueblos túrquicos) |
Bien inmaterial inscrito en 2014. |
Este elemento es compartido con Kirguistán Kirguistán. |
La yurta es un hábitat nómada utilizado por los pueblos kazajo y kirguís. Consta de un armazón de madera circular recubierto de fieltro y amarrado con cuerdas, que se puede montar y desmontar fácilmente. Los depositarios de los conocimientos y técnicas de fabricación de las yurtas son artesanos (hombres y mujeres) que confeccionan sus armazones y realizan la decoración interior. Las yurtas se fabrican con materias primas naturales y renovables. Con la ayuda de aprendices, los hombres fabrican manualmente los armazones de madera, así como diferentes accesorios para la yurta con esta misma materia, o con cuero, hueso y metal. Por su parte, las mujeres se encargan de ornamentar el revestimiento exterior y el interior de la yurta con motivos tradicionales zoomorfos, vegetales o geométricos. En general, trabajan en grupos comunitarios bajo la supervisión de artesanas experimentadas, utilizando técnicas artesanales para la confección de tejidos, hilados, trenzados, fieltros, bordados, labores de aguja, etc. Al necesitar la intervención de toda la comunidad de artesanos, la fabricación de las yurtas fomenta el desarrollo de valores humanos comunes, la cooperación constructiva y la imaginación creativa. Los conocimientos y técnicas artesanales se transmiten tradicionalmente de maestros a aprendices, o en el seno de las familias. Todas las festividades, ceremonias, nacimientos, bodas y rituales funerarios se celebran en la yurta. Por eso, este hábitat nómada tradicional sigue siendo para los pueblos kazajo y kirguís un símbolo fundamental de la familia y la hospitalidad tradicional. (UNESCO/BPI)
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El aitys, arte de la improvisación |
Bien inmaterial inscrito en 2015. |
Este elemento es compartido con Kirguistán Kirguistán. |
El aitys es un certamen de improvisación de poemas orales, recitados o cantados al son de instrumentos de música tradicionales como el dombra kazajo o el komuz kirguís. Dos intérpretes, llamados akyns, compiten entre sí improvisando poemas ingeniosos sobre temas de actualidad en los que se suceden réplicas humorísticas y reflexiones filosóficas. Durante el certamen, ambos intérpretes se sientan uno frente a otro e improvisan su diálogo sobre temas propuestos por los espectadores. Se proclama vencedor al akyn que demuestre poseer más virtuosismo musical, sentido del ritmo, originalidad, capacidad de inventiva, sabiduría e ingenio. Suele ocurrir a menudo que las expresiones más elocuentes e ingeniosas de este tipo de certámenes acaben convirtiéndose en dichos y refranes populares. El aitys se practica en muy diversas ocasiones, desde festejos locales hasta acontecimientos nacionales, y los akyns suelen aprovecharlas para suscitar cuestiones sociales de importancia. En el pasado, los participantes en estos concursos eran solamente hombres, pero actualmente intervienen muchas intérpretes femeninas que recurren a este arte tradicional para expresar los puntos de vista y aspiraciones de las mujeres. Hoy en día, el aitys no sólo es una expresión cultural muy popular en las sociedades multiétnicas de Kazajstán y Kirguistán, sino que además es un componente primordial de la identidad de las comunidades de depositarios de este arte tradicional. Los intérpretes más veteranos transmiten sus conocimientos y prácticas a las generaciones más jóvenes. (UNESCO/BPI)
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Nawruz, Novruz, Nowruz, Nowruz, Nawruz, Nauryz, Nuruz, Nowruz, Navruz, Nowruz, Nevruz y Navruz (Festividad del Año Nuevo) |
Bien inmaterial inscrito en 2009, extendido en 2016. |
Este elemento es compartido con Afganistán Afganistán, Azerbaiyán Azerbaiyán, India, Irán Irán, Irak Irak, Kirguistán Kirguistán, Pakistán Pakistán, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán Uzbekistán y Turquía Turquía |
La festividad del Año Nuevo suele ser una efeméride en la que las personas expresan sus deseos de prosperidad y renuevo de sus vidas. En numerosas regiones de Afganistán, Azerbaiyán, India, Irán, Iraq, Kazajstán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán, Turkmenistán, Turquía y Uzbekistán, este acontecimiento se celebra el 21 de marzo y recibe las denominaciones Nauryz, Navruz, Nawruz, Nevruz, Novruz, Nowruz o Nuruz, que tienen la misma significación de “día nuevo” en las distintas lenguas de esos países. Durante unas dos semanas tienen lugar diversas celebraciones de ritos, ceremonias y eventos culturales. Una importante costumbre tradicional característica de este periodo es la de reunirse para comer con la familia y allegados en torno a una mesa ornada con objetos que simbolizan la pureza, la luminosidad, la vida y la prosperidad. Los participantes en las celebraciones se engalanan con prendas de vestir nuevas y visitan a sus vecinos y parientes, especialmente a los más ancianos. También se hacen regalos –sobre todo a los niños– que suelen consistir en objetos fabricados por artesanos. En esta festividad del Año Nuevo se representan espectáculos callejeros de música y danza, se celebran ritos del agua y el fuego en público, se organizan competiciones de deportes tradicionales y se fabrican diversos objetos artesanales. Todas estas costumbres tradicionales, que las generaciones de más edad transmiten a las más jóvenes mediante la observación y la participación en ellas, contribuyen a fomentan la diversidad cultural y la tolerancia, así como a fortalecer el sentimiento de solidaridad y las relaciones pacíficas en las comunidades. (UNESCO/BPI)
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La tradición cultural de fabricar y compartir el pan plano denominado lavash, katyrma, jupka o yufka |
Bien inmaterial inscrito en 2016. |
Este elemento es compartido con Azerbaiyán Azerbaiyán, Irán Irán, Kirguistán Kirguistán y Turquía Turquía |
En numerosas comunidades de Azerbaiyán, Irán, Kazajstán, Kirguistán y Turquía, la extendida costumbre tradicional de fabricar y compartir un pan plano cumple funciones sociales que han permitido que su práctica perdure entre muchas poblaciones. En el seno de las familias son tres personas por lo menos las que suelen participar en la fabricación de ese pan denominado lavash, katyrma, jupka o yufka, según los países. Cada una ellas desempeña una función distinta en la preparación y cocción del alimento. En las zonas rurales es el vecindario el que lo fabrica y comparte en común. Este tipo de pan también se prepara y hornea en las panaderías tradicionales. Cocido en hornos de barro o piedra hundidos en el suelo (tandyrs o tanūrs), en placas metálicas (sājs) o en calderos (kazans), el pan plano se comparte en las comidas diarias y con motivo de celebraciones de nacimientos, bodas, festividades, funerales u oficios religiosos. En Azerbaiyán e Irán se coloca en los hombros de las desposadas o se desmigaja encima de sus cabezas para impetrar la prosperidad de los recién casados, mientras que en Turquía se ofrece a los vecinos de la nueva pareja. En Kazajstán se prepara el pan durante los funerales porque existe la creencia de que esto protege a los difuntos en espera de la sentencia divina, mientras que en Kirguistán se presume que es el reparto del pan el que garantizará a los muertos una mejor estancia en el más allá. Transmitida activamente de maestros a aprendices o en el seno de las familias, esta práctica cultural es una expresión de hospitalidad, de solidaridad y de determinadas creencias que simbolizan las raíces culturales compartidas por las comunidades y refuerzan el sentimiento de pertenencia de sus miembros a ell (UNESCO/BPI)
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El kuresi, lucha tradicional kazaja |
Bien inmaterial inscrito en 2016. |
El kuresi es una lucha tradicional practicada por comunidades de Kazajstán, en la que los adversarios se enfrentan de pie con el objetivo de poner la espalda del contrario contra el suelo. Antes se entrenaba solamente a los muchachos jóvenes para que combatieran en competiciones locales, pero hoy en día el kuresi se ha convertido en un deporte nacional practicado por personas de ambos sexos hasta la categoría profesional. Se organizan periódicamente torneos profesionales como el llamado “Barysy de Kazajstán”, que se celebra todos los años y se radiotelevisa en más de 100 países. La transmisión de esta práctica deportiva tradicional se efectúa en clubs de lucha, asociados a veces con los centros escolares, y también el marco de cursos de máster para los luchadores más experimentados. Diez años es la edad mínima para iniciarse en el kuresi y, exceptuada esta restricción, no se impone ninguna traba en función del origen de las personas para tener acceso a los conocimientos y prácticas de este elemento del patrimonio cultural. El kuresi kazajo está también presente en las tradiciones folclóricas del país. En las epopeyas, la poesía y la literatura se celebran la fuerza y el valor de los luchadores (baluanes). Gracias a la práctica de esta lucha tradicional, las generaciones jóvenes del país aprenden a respetar su historia y su cultura y se ven estimulados a comportarse como baluanes heroicos. Este elemento de la cultura tradicional contribuye a fortalecer la tolerancia, la buena voluntad y la solidaridad entre las comunidades. (UNESCO/BPI)
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La cetrería, un patrimonio humano vivo |
Bien inmaterial inscrito en 2011 (ampliado en 2012 y 2016). |
Este elemento es compartido con Alemania Alemania, Arabia Saudita Arabia Saudita, Austria Austria, Bélgica Bélgica, Catar Catar, Corea del Sur Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos Emiratos Árabes Unidos, España España, Francia, Hungría Hungría, Italia Italia, Marruecos Marruecos, Mongolia, Pakistán Pakistán, Portugal, República Checa República Checa y Siria Siria |
En un principio, el hombre utilizó el arte de la cetrería para procurarse alimentos, pero su evolución posterior hizo que hoy en día esté vinculado principalmente a la conservación de la naturaleza, al patrimonio cultural y a las actividades sociales de las comunidades. De conformidad con sus tradiciones y principios éticos, los cetreros doman, alimentan y adiestran para el vuelo aves de presa –halcónidos, y también águilas y acipítridos–, creando un vínculo con ellas y convirtiéndose en sus principales protectores. Practicado en muchos países de todo el mundo, el arte de la cetrería puede presentar algunas variantes prácticas –por ejemplo, en los equipamientos utilizados– pero sus métodos son siempre análogos. Los cetreros se consideran un grupo específico. A veces viajan juntos durante semanas, cazando y contándose luego mutuamente las vicisitudes de cada jornada en las veladas que organizan. Consideran que la cetrería les une al pasado, especialmente cuando pertenecen a comunidades en las que este arte representa uno de sus últimos vínculos con el medio ambiente natural y su cultura tradicional. Las prácticas y conocimientos relacionados con este elemento del patrimonio cultural inmaterial se transmiten de generación en generación en el seno de las familias, así como mediante sistemas de tutoría formal y aprendizaje o cursos de formación impartidos en clubs y escuelas. En algunos países es preciso aprobar un examen de nivel nacional para ser cetrero. La celebración de encuentros y festivales permite a las comunidades de cetreros intercambiar conocimientos, fomentar la diversidad y sensibilizar más al público al valor de su arte. (UNESCO/BPI)
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