Abu Muslim para niños
Abū Muslim Abd al-Rahman ibn Muslim al-Khurasani, más conocido como Abū Muslim (nacido entre 718 y 727, fallecido en 755), fue un importante general de origen persa. Trabajó para la dinastía abasí y dirigió la revolución abasí, un movimiento que logró cambiar el gobierno de la dinastía omeya por la abasí.
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¿Quién fue Abū Muslim?
Según algunos historiadores, el nombre original y el lugar de nacimiento de Abū Muslim no están del todo claros. Algunas fuentes dicen que se llamaba Ebrāhīm y que venía de una familia importante. Otras lo nombran Behzādān, hijo de Vendād Hormoz. También hay quienes lo relacionan con las familias de los abasíes o de Alī. Lo más probable es que fuera de origen persa y que naciera en Merv o cerca de Isfahán. Su fecha exacta de nacimiento no se sabe con certeza, pero se cree que fue entre los años 718 y 727.
Otras historias lo describen como de origen yaminita, kurdo, árabe o incluso descendiente de antiguas familias nobles de Irán. También se dice que nació en la provincia de Sar-e Pol, en el actual Afganistán, en una familia tayika.
Su nombre en árabe, Abū Muslim Abd al-Rahman ibn Muslim al-Khurasani, significa "padre del musulmán, Abd al-Rahman, hijo del musulmán de Jorasán".
Sus inicios como activista en Jorasán
Abū Muslim creció en Kufa, una ciudad donde trabajó como esclavo y guarnicionero. Allí conoció a grupos de musulmanes chiitas.
En esa época, Kufa era un lugar con muchos problemas sociales y políticos. La dinastía omeya que gobernaba favorecía a los árabes sobre los nuevos conversos al islam que no eran árabes, conocidos como mawālī. Esto se veía como una injusticia, ya que el islam prometía igualdad. Además, el estilo de vida lujoso de los califas omeyas y la forma en que trataban a los alides (descendientes de Alī) molestaban a muchas personas religiosas. Por eso, muchos apoyaban la idea de que el gobierno debía estar en manos de un miembro de la familia del profeta Mahoma, quien, como un líder guiado por Dios, gobernaría según el Corán y la Sunnah, trayendo justicia y paz a la comunidad musulmana.
Alrededor del año 737, Abū Muslim se unió a un grupo con ideas religiosas diferentes. Por estas actividades, fue encarcelado. En 741 o 742, fue liberado por misioneros abasíes que iban a La Meca. Allí conoció a Ibrahim ibn Muhammad, el líder del clan abasí, quien en 745 o 746 lo envió a dirigir el trabajo misionero en Jorasán.
Jorasán, que era la parte oriental del Califato, era un lugar ideal para las actividades de los abasíes. Estaba lejos de la capital omeya, Siria, y tenía una identidad propia. Había muchos árabes que se habían asentado allí y se habían mezclado con la población local. Como era una provincia fronteriza con guerras constantes, los musulmanes de la zona tenían experiencia militar. Las batallas unieron a árabes y nativos de Jorasán, quienes compartían su descontento con el gobierno de Damasco.
Cuando Abū Muslim llegó a Jorasán, la provincia estaba en problemas debido a una guerra civil dentro de la dinastía omeya. Esta guerra había reavivado las tensiones entre dos grupos tribales, los Yaman y los Qays. Los Yaman se oponían al gobernador, Nasr ibn Sayyar, y querían reemplazarlo con su líder, Juday al-Kirmani. Al-Kirmani lideró una revuelta y expulsó a Ibn Sayyar de la capital, Merv, a finales de 746.
Abū Muslim y la revolución abasí
Abū Muslim tomó la ciudad de Merv en diciembre de 747 o enero de 748. Derrotó al gobernador omeya Nasr ibn Sayyar y también a Shayban al-Khariji, quien quería ser califa. Así, Abū Muslim se convirtió en el gobernador principal de Jorasán. Se hizo famoso como general a finales de los años 740 al vencer una rebelión liderada por Bihafarid, el jefe de un grupo persa con creencias mezcladas. Abū Muslim recibió apoyo tanto de musulmanes como de seguidores del zoroastrismo para detener esta rebelión. En el año 750, Abū Muslim se convirtió en el líder del ejército abasí y derrotó a los omeyas en la batalla del gran Zab.
Su gobierno en Jorasán y relación con al-Mansur
Después de que la dinastía abasí tomara el poder, Abū Muslim siguió siendo gobernador de Jorasán. En este puesto, detuvo un levantamiento chiita en Bujará en 750 o 751. También impulsó la expansión musulmana en Asia Central, enviando a Abu Da'ud Khalid ibn Ibrahim a campañas en el este.
Su papel heroico en la revolución y su habilidad militar, junto con su forma de gobernar que buscaba la paz entre chiitas, sunitas, zoroastrianos, judíos y cristianos, lo hicieron muy popular. Aunque el primer califa abasí, Abu al-'Abbas al-Saffah, confiaba en él, también desconfiaba de su gran poder. Por eso, cuando Abū Muslim fue de peregrinación en 754, limitó su grupo de acompañantes a solo 500 hombres al llegar a Irak. Durante la peregrinación, Abū Muslim intentó ganarse el apoyo de árabes y persas, dando regalos a quienes se le acercaban.
El hermano de Abu al-'Abbas, al-Mansur (quien gobernó de 754 a 775), le aconsejó varias veces a al-Saffah que eliminara a Abū Muslim, pues temía su creciente influencia y popularidad. Parece que este sentimiento era mutuo, ya que Abū Muslim quería más poder y no respetaba a al-Mansur, sintiendo que este le debía su posición. Cuando el tío del nuevo califa, Abdullah ibn Ali, se rebeló, al-Mansur le pidió a Abū Muslim que detuviera la rebelión, lo cual hizo. Abdullah fue entregado a su sobrino como prisionero y finalmente fue ejecutado.
La relación entre Abū Muslim y al-Mansur empeoró rápidamente. Al-Mansur envió a alguien para revisar las riquezas obtenidas en la guerra y luego nombró a Abū Muslim gobernador de Siria y Egipto, lejos de su base de poder en Jorasán. Después de un intercambio de cartas cada vez más tensas, Abū Muslim temió que lo mataran si se presentaba ante el califa. El punto final fue su negativa a presentarse ante el califa al regresar de la peregrinación. Al-Mansur, al saber esto, envió una comitiva para invitarlo a reunirse con él cerca de la antigua capital sasánida de Ctesifonte. Abū Muslim, a pesar de sus dudas, asistió. Cuando estuvieron juntos, Al-Mansur lo regañó y luego ordenó a sus guardias que lo atacaran y que sus restos fueran arrojados al Tigris. Sin embargo, la muerte de un aliado tan importante no podía tomarse a la ligera, así que Al-Mansur tuvo que dar mucho dinero a las tropas y asegurar a la gente de Jorasán que los trataría bien durante su tiempo como líder.
Reacción a su muerte y su legado
La muerte de Abū Muslim no fue bien recibida en Jorasán y causó mucho enojo y rebeliones entre la gente debido a los métodos violentos usados por Al-Mansur. Abū Muslim se convirtió en una figura legendaria en Persia. Varios grupos con creencias diferentes iniciaron revueltas, diciendo que él no había muerto y que regresaría. Entre ellos estaban su propio seguidor Ishaq al-Turk, el líder zoroástrico Sunpadh en Nishapur, un grupo chiita llamado Abu Muslimiyya, y al-Muqanna en Jorasán. Incluso Babak afirmó ser descendiente de Abū Muslim.
En la literatura
Se han escrito al menos tres historias épicas sobre él:
- Marzubānī, Muḥammad ibn ʻImrān, Akhbār shuʻarāʾ al-Shīʻah
- Muḥammad ibn Ḥasan, Abū Ṭāhir Ṭarsūsī, Abū Muslimʹnāmah
- Zidan, Jorji, Abu Muslim al-Khurasani
Curiosidades
El Abu Muslem FC, un club de fútbol iraní, lleva su nombre.
Véase también
En inglés: Abu Muslim Facts for Kids