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Yacimiento arqueológico de Moncín para niños

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El yacimiento arqueológico de Moncín, también conocido como cueva de Moncín o sima de Moncín, es un lugar muy importante en Borja (Aragón, España). Se trata de dos cuevas que guardan restos de cómo vivían y enterraban a sus muertos las personas que habitaron la zona desde el Eneolítico hasta la Edad del Bronce. Esto fue hace mucho tiempo, entre los años 2600 y 1300 antes de Cristo.

Este sitio está reconocido como parte del arte rupestre del arco mediterráneo de la península ibérica, que es un Patrimonio de la Humanidad desde 1998. Esto significa que es un lugar de gran valor histórico y cultural para todo el mundo.

¿Qué es el Yacimiento de Moncín?

Ubicación y características principales

El yacimiento de Moncín se encuentra en la zona conocida como la Muela de Borja. Está cerca de la carretera que va del Santuario de Misericordia a El Buste. En la antigüedad, esta área era ideal para la caza, lo que la hacía atractiva para los primeros habitantes.

El lugar tiene dos cuevas naturales y dos refugios rocosos. Desde estos refugios se podía ver una gran parte del paisaje. Dentro de la cueva principal hay pinturas rupestres de colores rojo y negro. Estas pinturas son parte del estilo llamado arte esquemático ibérico. También hay un manantial de agua dentro de las cuevas y otras fuentes cercanas.

Junto a las cuevas, los arqueólogos han encontrado restos de un antiguo pueblo. Este pueblo tenía casas construidas con piedras y arcilla.

Importancia del asentamiento

El conjunto de Moncín es muy grande, abarcando unas 6 hectáreas. Se cree que fue el centro principal de una gran comunidad prehistórica. Desde aquí, la gente se extendió por toda la Muela de Borja, llegando a documentarse unos cuarenta asentamientos más.

Los expertos piensan que Moncín fue un lugar muy importante. Esto se debe a que estuvo habitado durante mucho tiempo y se encontraron decoraciones y lugares de enterramiento. Es posible que tuviera un papel destacado en la organización o en las creencias de la gente de la zona. Su ubicación estratégica les permitía controlar un amplio territorio.

En Moncín se han descubierto restos de más de cuarenta personas. Un arqueólogo llamado Isidro Aguilera cree que el yacimiento tenía un espacio especial. Allí se guardaban los huesos de los antepasados. Esto se hacía por motivos religiosos y para mostrar que la comunidad tenía derecho a vivir en ese territorio.

¿Cómo vivían en Moncín?

La economía y los cultivos

En Moncín hay pruebas de que se cultivaba el olivo. Es uno de los lugares más antiguos donde se sabe que se cultivaba este árbol. También cultivaban cereales, legumbres y bellotas. El pueblo tenía silos, que eran como grandes almacenes subterráneos. Allí guardaban lo que cosechaban de los campos. Se han encontrado hasta 50 silos. Algunos de ellos muestran señales de fuego controlado. Esto se hacía para limpiarlos y sellarlos después de vaciarlos.

A pesar de la agricultura, la caza siguió siendo muy importante. Cazaban ciervos jóvenes y otros animales como linces, quizás para obtener pieles. También criaban animales como caballos, vacas y ovejas. Los caballos eran muy abundantes y se usaban para trabajar. Se cree que montar a caballo les ayudó a moverse y controlar un área tan grande. Por todo esto, los expertos piensan que Moncín exportaba productos de animales. Los intercambiaban por otras cosas con otros pueblos del valle del Ebro.

Herramientas y objetos encontrados

Al principio, se usaban muchas herramientas de piedra. Después, las herramientas de hueso se hicieron más comunes. Sin embargo, siguieron fabricando herramientas de sílex, como las hojas de hoz para la agricultura. Se han encontrado más de 400 de estas hojas, más que en cualquier otro lugar de esa época. También se hallaron herramientas de piedra pulida, como hachas y molinos. Es interesante que se encontraron tres herramientas relacionadas con la minería, únicas en el valle del Ebro.

La cantidad de herramientas de hueso es impresionante, con más de 19.000 piezas estudiadas. La mayoría son de la Edad del Bronce final. Se hacían con astas de ciervos y huesos de ovejas y cabras. Entre ellas hay muchos tipos de punzones y alfileres. También se encontraron puntas de flecha, botones y peines. Estos objetos muestran cómo la tecnología fue cambiando de la Edad de Piedra a la Edad de Bronce.

En el pueblo también se encontraron cerámicas especiales. Algunas eran de tipo vaso campaniforme y otras con decoraciones de estilos de otras regiones. Esto sugiere que intercambiaban productos con lugares lejanos. En total, se encontraron más de 1000 fragmentos de cerámica decorada. La variedad de cerámicas ayuda a entender cómo eran los estilos prehistóricos en la península ibérica.

Aunque no se han conservado directamente, se encontraron pruebas de que fabricaban telas y cestas. También se hallaron conchas y abalorios. Esto demuestra que comerciaban con otros asentamientos cerca de ríos o en la costa. Además, se encontraron objetos de cobre y bronce, y herramientas para trabajar metales. Sin embargo, la piedra seguía siendo muy usada para las herramientas diarias. Esto indica que el metal era escaso y valioso.

Historia del Yacimiento de Moncín

El pueblo de Moncín parece que fue abandonado después de un terremoto. Este terremoto hizo que parte de las cuevas se derrumbara. Por eso, las capas de tierra están mezcladas, y los arqueólogos tuvieron que usar otras formas para saber la antigüedad de los objetos. Al mismo tiempo, otros pueblos cercanos en el valle del Ebro también empezaron a decaer. El centro principal de población se trasladó más tarde al pueblo de Bursau.

La zona del yacimiento se usó de diferentes maneras en épocas posteriores. Por ejemplo, en la época romana se usó como horno de cal. También se encontraron algunos restos de esa etapa, pero no son muy importantes.

En el siglo XX, el yacimiento estuvo a punto de ser destruido por una cantera. Afortunadamente, las autoridades locales detuvieron el proyecto. La construcción de parques eólicos en la Muela de Borja también ha sido motivo de preocupación. Además, la zona ha sufrido varios incendios forestales, como el de Añón de Moncayo en 2022.

El yacimiento fue dado a conocer por los trabajos de Isidro Aguilera. Él era el responsable de arqueología del Centro de Estudios Borjanos. Aguilera propuso que el yacimiento fuera declarado "sitio arqueológico de interés nacional". Así, el lugar fue protegido. Se realizaron excavaciones entre 1979 y 1987. Participaron expertos de la Universidad de Zaragoza y de otras universidades internacionales.

Moncín I, la cueva principal con pinturas, fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1996. En 1998, su protección se amplió al ser incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad. El 23 de octubre de 2001, el resto del yacimiento arqueológico también fue declarado BIC.

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