Trujamán para niños
Trujamán (del árabe turgumán), también conocido como trujimán o dragomán, era una persona que ayudaba a comunicar a gente que hablaba idiomas diferentes. Su trabajo era muy importante en las transacciones comerciales, sobre todo en la Baja Edad Media, y continuó siendo útil hasta el siglo XVI y principios del siglo XVII.
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¿Qué hacía un trujamán?
La tarea principal de un trujamán era permitir que dos personas que no hablaban el mismo idioma pudieran entenderse. Aunque podría parecer que eran como los intérpretes o traductores de hoy, en realidad eran un poco diferentes.
Diferencias con los intérpretes modernos
Los trujamanes se enfocaban en ciertos temas y su trabajo era más improvisado. Ellos reformulaban las palabras de sus clientes en el momento. Los intérpretes de hoy, en cambio, cubren muchos más campos y suelen prepararse mucho antes de una sesión de interpretación.
Origen de su función
La figura del trujamán surgió en el siglo XIII. En ese tiempo, hubo un cambio importante en el poder del Mediterráneo. Los reinos árabes del norte de África empezaron a tener más contacto con los pueblos cristianos de Europa, como la Corona de Aragón.
Para que estas culturas tan diferentes pudieran mantener buenas relaciones, no solo en el lenguaje, sino también en otros aspectos, apareció el trujamán. Ellos se encargaban de adaptar los mensajes y documentos importantes entre los estados y colonias árabes y europeas.
El trujamán en el comercio
Con el paso de los siglos, el trabajo del trujamán se hizo muy importante en el mundo de los negocios y el comercio. Actuaban como un puente lingüístico entre personas de distintas nacionalidades que hablaban idiomas diferentes.
¿Qué limitaciones tenía un trujamán?
La preparación de un trujamán era bastante limitada. En esa época, existían dos tipos de personas que ayudaban con los idiomas. Por un lado, estaban los trujamanes, que eran elegidos de forma más sencilla y se encargaban de tareas específicas y más directas.
Por otro lado, estaban los traductores. Ellos se dedicaban a trabajos más complejos y técnicos, especialmente a la traducción escrita, como la de libros o documentos importantes.
En resumen, el trujamán hacía lo que hoy conocemos como traducción a la vista. Este tipo de traducción es más espontánea y se realiza en el momento, sin mucha preparación previa.
Véase también
- Dragomán