Tercio Viejo de Cerdeña para niños
El Tercio Viejo de Cerdeña fue una importante unidad militar de la historia de España. Se le llama "viejo" porque fue uno de los primeros tercios que se crearon, específicamente en el año 1536. Los tercios eran grupos de soldados muy bien organizados que formaban parte del ejército del Imperio español. Fueron creados por el rey Carlos I de España entre 1534 y 1536.
Como su nombre lo indica, este tercio estuvo inicialmente en la isla de Cerdeña. Sus compañías de soldados se encontraban en varias ciudades, como:
Sin embargo, el Tercio Viejo de Cerdeña no solo estuvo en Italia. Alrededor de 1565, se trasladó a Flandes (una región de los actuales Países Bajos y Bélgica) a través de una ruta conocida como el Camino español. Iba bajo el mando del duque de Alba para ayudar a controlar un conflicto en la región.
¿Cómo se disolvió el Tercio Viejo de Cerdeña?
Durante una operación en la región de Frisia en mayo de 1568, el Tercio Viejo de Cerdeña, liderado por su Maestre de Campo Gonzalo de Bracamonte, sufrió una derrota en la batalla de Heiligerlee. El tercio se desorganizó, y muchos soldados buscaron refugio en casas y aldeas. Lamentablemente, algunos habitantes de esos lugares atacaron a los soldados, y muchos perdieron la vida.
En julio de 1568, después de la batalla de Jemmingen, el ejército del rey recuperó la zona de Heiligerlee. Los soldados que habían sobrevivido a aquel terrible día decidieron tomar represalias contra los habitantes que habían atacado a sus compañeros. Quemaron aldeas y causaron la muerte de personas. Los capitanes del tercio no hicieron nada para detener estas acciones, lo que fue un grave error.
El duque de Alba se preocupó mucho al ver el humo de las aldeas incendiadas. Envió a su barrachel, que era como el jefe de la policía militar del tercio, para que castigara a los soldados responsables de los incendios. Había tantos soldados implicados que, cuando el barrachel le informó, el duque de Alba tomó la difícil decisión de disolver el tercio.
Dos días después, el duque de Alba reunió a todo el ejército para presenciar la disolución del Tercio Viejo de Cerdeña. Fue un momento muy triste: los alféreces tuvieron que romper los mástiles de las banderas de sus compañías, los capitanes cortaron sus bandas de capitán y los sargentos sus armas. Se cuenta que los soldados lloraban de tristeza y vergüenza al ver cómo se desintegraba uno de los tercios que había participado en tantos combates.