Retiro Obrero para niños
El Retiro Obrero fue un sistema muy importante que se creó en España en el año 1919. Fue el primer seguro social público que ayudaba a las personas mayores cuando dejaban de trabajar, asegurando que tuvieran un apoyo económico en su vejez.
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¿Qué fue el Retiro Obrero y cómo se creó?
El Retiro Obrero se estableció con una ley muy importante el 11 de marzo de 1919. Esta ley fue aprobada cuando el conde de Romanones era el presidente del gobierno. Más tarde, el 21 de enero de 1921, se aprobó un reglamento que explicaba cómo funcionaría este sistema.
Este sistema permitía que los trabajadores se jubilaran a los 65 años. Incluía a todos los trabajadores que ganaban menos de 4.000 pesetas al año. La peseta era la moneda de España en ese tiempo. Las empresas tenían que pagar una parte de este seguro, y el Estado (el gobierno) ponía otra parte para ayudar a los trabajadores.
¿Quiénes podían recibir una pensión?
Para recibir el dinero de la pensión, los trabajadores se dividían en dos grupos:
- El primer grupo eran los obreros que tenían entre 16 y 45 años cuando la ley empezó. Para ellos, se fijó una pensión inicial de 365 pesetas al año. Esto significaba una peseta al día. Para recibir esta cantidad, debían seguir trabajando. Si dejaban de trabajar, recibían la suma de lo que se había aportado.
- Para los trabajadores mayores de 45 años, el sistema era diferente. No se les garantizaba una pensión fija. En su lugar, tenían unas libretas donde se anotaban las aportaciones que se hacían. Ellos mismos podían añadir más dinero a estas libretas. Cuando se jubilaban, cobraban lo que se había acumulado.
Las pensiones del Retiro Obrero eran un apoyo básico para evitar la pobreza. No buscaban que los trabajadores mantuvieran el mismo nivel de vida que tenían antes de jubilarse. La pensión de 365 pesetas al año representaba entre el 10% y el 20% del salario promedio de un obrero.
¿Cómo se financiaba este seguro?
El dinero para el Retiro Obrero venía de dos partes:
- El Estado (el gobierno) aportaba 12 pesetas por persona al año.
- Los empleadores (las empresas) aportaban 36 pesetas al año por cada trabajador. Esta cantidad era la misma para todos, sin importar la edad o el salario del trabajador.
Así, cada trabajador tenía una aportación total de 48 pesetas al año, siempre que siguiera trabajando. Lo interesante es que los trabajadores no tenían que pagar nada de su propio bolsillo para esta pensión.
El reglamento de 1921 explicaba por qué los trabajadores no aportaban dinero al principio:
La experiencia aconsejó que se trazase un primer período durante el cual pudieran obreros y patronos adquirir los nuevos hábitos que esta reforma social demanda. Si bruscamente se impusieran al obrero la obligación de contribuir a la formación de las pensiones, una gran masa de trabajadores procuraría eludirla, y acaso lo lograra fácilmente; y aun consentiría también que, en algunos casos, los patronos eludieran la contribución respectiva, con lo cual el precepto del Estado hubiera perdido toda eficacia.Atendiendo a estas razones, se decidió que durante ese período inicial las imposiciones fueran sólo obligatorias para el patrono y para el Estado. De esta manera, los obreros, por sí o por medio de sus organizaciones, defenderán su derecho, siendo vigilantes celosos e insustituibles del cumplimiento del régimen; y el ejercicio de ese mismo derecho los preparará para que acepten mañana de buen grado una obligación cuyas provechosas consecuencias habrán podido estimar. Por otra parte, en este Reglamento se estimula a los trabajadores para que voluntariamente contribuyan a mejorar sus pensiones, presentándoseles, si lo hacen, con una nueva bonificación, privándoseles, en caso Contrario, del derecho a una pensión de invalidez, si el azar los incapacitase para el trabajo.Real Decreto de 21 de enero de 1921 por el que se aprueba el reglamento general para la aplicación del Real decreto de 11 de Marzo de 1919 sobre intensificación del régimen de retiros obreros.
El sistema del Retiro Obrero nunca llegó a funcionar completamente como se había planeado. En 1939, justo cuando los trabajadores que tenían 45 años en 1919 (cuando se creó la ley) iban a empezar a jubilarse, el sistema cambió.
¿Qué pasó antes del Retiro Obrero?
Antes de que el Estado interviniera, algunas instituciones privadas intentaron crear sistemas de ayuda para la vejez. Por ejemplo, la Caja de Ahorros de Guipúzcoa creó una sección de retiro en 1900. También existió la Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona. Sin embargo, estas iniciativas privadas no lograron conseguir suficiente dinero de los trabajadores para sus jubilaciones.
El paso más importante antes del Retiro Obrero fue la creación del Instituto Nacional de Previsión en 1908. Esta institución demostró el compromiso del gobierno con la protección de las personas mayores. Ofrecía diferentes tipos de pensiones que eran voluntarias y financiadas en parte por el Estado.
El Instituto Nacional de Previsión gestionaba este seguro voluntario. Se dieron cuenta de que invertir en la previsión social ahorraba dinero al Estado. Esto se debía a que los recursos públicos destinados a los seguros compensaban los gastos que se hacían en los "presupuestos de la imprevisión", que eran los gastos de los centros de ayuda a personas sin recursos. A pesar de esto, el seguro voluntario tuvo un éxito moderado, con solo 78.166 personas afiliadas en 1918.
¿Cómo cambió el Retiro Obrero con el tiempo?
En 1939, una nueva ley, la Ley de 1 de septiembre, creó el Subsidio de Vejez. Este subsidio reemplazó al Retiro Obrero. El nuevo sistema eliminó la forma de acumular dinero y estableció un sistema de pago de pensiones fijas. Más tarde, en 1947, este subsidio se unió al Seguro de Vejez e Invalidez, conocido como el SOVI.
Véase también
- Trienio Bolchevique
- Clases Pasivas
- Josep Maluquer i Salvador