Pereza para niños
La pereza es cuando una persona no tiene ganas de hacer las cosas que debería, como trabajar, estudiar o cumplir con sus responsabilidades. Es como cuando sabes que tienes que hacer algo, pero prefieres no hacerlo o dejarlo para después. A veces, la pereza se parece a la procrastinación (dejar las cosas para más tarde) o a la apatía (falta de interés o emoción).
En algunas creencias, como el cristianismo, la pereza se considera una de las faltas principales o "pecados capitales". Sin embargo, es un concepto que puede ser difícil de entender, ya que se refiere a diferentes ideas, incluyendo estados de ánimo, formas de pensar o incluso condiciones físicas.
¿Por qué sentimos pereza?
La pereza es algo muy común que nos puede afectar a todos. A menudo, hacemos planes con mucho entusiasmo, como empezar a hacer ejercicio o estudiar más, pero cuando llega el momento, la pereza nos gana y no los cumplimos.
Antiguamente, las personas vivían el día a día. Si tenían hambre, cazaban; si tenían sed, bebían. No planeaban tanto para el futuro, sino que actuaban según sus necesidades del momento. Un psicólogo llamado Kalman Glantz sugiere que la pereza empezó a ser posible cuando los seres humanos comenzaron a planear para el futuro. Esto significa que, al pensar en lo que haremos mañana o la próxima semana, a veces nos da pereza empezar hoy.
Hoy en día, en muchos lugares, conseguir comida o beneficios es mucho más fácil y rápido. Esto nos da más tiempo libre, lo que a veces puede llevar a la pereza.
La pereza está muy relacionada con la procrastinación. Es cuando elegimos hacer tareas menos importantes porque nos dan una satisfacción inmediata, en lugar de las que son más difíciles o aburridas. El filósofo J. J. Rousseau dijo: "Después de la de conservarse, la primera y más poderosa pasión del hombre es la de no hacer nada." Esto nos hace pensar que la pereza es más un asunto de nuestra mente que de nuestro cuerpo.
Nuestro sistema nervioso es muy bueno para ayudarnos a movernos gastando la menor cantidad de energía posible. Así que la pereza puede tener causas tanto psicológicas como biológicas.
A veces, algunas condiciones de salud, como el autismo, pueden confundirse con pereza. Esto ocurre porque las personas con estas condiciones pueden tener dificultades para organizar y empezar tareas, lo que se conoce como problemas con la función ejecutiva.
La pereza en el cristianismo
En el Catecismo de la Iglesia Católica, la pereza es considerada una de las faltas principales. Se describe como una "tristeza del alma" que aleja a las personas de sus deberes espirituales o religiosos. Esto incluye la práctica de virtudes, el cumplimiento de mandamientos y las actividades de oración. Sentir desinterés o disgusto por estas cosas se considera una falta.
Se dice que la pereza es una falta grave si una persona, a propósito y con total conciencia, se siente triste o desganada por las cosas que debe hacer, como perdonar a alguien o evitar ciertos placeres.
En el año 1589, un obispo alemán llamado Peter Binsfeld relacionó la pereza con un demonio llamado Belfegor.
Para combatir la pereza, el cristianismo propone la virtud de la diligencia. La diligencia es una de las siete virtudes que se mencionan en el Catecismo de la Iglesia Católica. Es una guía para que los creyentes sepan cómo enfrentar la tentación de la pereza, ya que la diligencia es lo opuesto a ella y ayuda a cumplir con las responsabilidades.
Galería de imágenes
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La Pereza en Mesa de los pecados capitales, por El Bosco. Muestra a un hombre perezoso durmiendo mientras una figura de la Fe lo invita a rezar.
Ver también
- Diligencia
- Procrastinación
- Ergía