Pensamiento divergente para niños
El pensamiento divergente es una forma de pensar que nos ayuda a generar muchas ideas diferentes y creativas para resolver un problema. Imagina que tienes un desafío y, en lugar de buscar una única respuesta correcta, exploras un montón de posibilidades. Así funciona el pensamiento divergente: de forma espontánea y fluida, permitiendo que surjan muchas ideas en poco tiempo y que se conecten de maneras inesperadas en nuestra mente.
Este tipo de pensamiento es diferente al pensamiento lógico, que busca una sola solución correcta basándose en lo que ya sabemos y en un orden específico. Después de usar el pensamiento divergente para generar muchas ideas, podemos usar el pensamiento convergente para organizar y elegir las mejores.
Los expertos han descubierto que tener un coeficiente intelectual alto no siempre significa que una persona sea muy creativa. En cambio, ciertas características de la personalidad son más importantes para el pensamiento divergente. Estas incluyen ser original, tener mucha curiosidad, ser persistente y atreverse a probar cosas nuevas.
Contenido
La Alegría y el Pensamiento Creativo
Se ha notado una conexión entre la alegría de los niños pequeños y el pensamiento divergente. Un estudio realizado por Lieberman en 1965 investigó esta relación. Se observó cómo los niños jugaban y se notaron diferencias en su espontaneidad, alegría y sentido del humor. Esto sugirió que estas cualidades están relacionadas con la creatividad que se ve en adolescentes y adultos.
Este estudio mostró que la alegría durante la niñez puede estar ligada al pensamiento divergente y a la creatividad. Investigaciones futuras podrían seguir a estos niños a medida que crecen para ver cómo se desarrollan sus habilidades de pensamiento divergente. Entender esta conexión podría ayudar a padres y maestros a fomentar estas habilidades en los niños desde pequeños.
Cómo el Ánimo Afecta Nuestras Ideas
Un estudio de la Universidad de Bergen en Noruega exploró cómo el estado de ánimo, ya sea positivo o negativo, influye en el pensamiento divergente. Casi doscientos estudiantes participaron, primero indicando cómo se sentían y luego realizando tareas.
Los resultados mostraron que las personas con un estado de ánimo positivo natural tuvieron un mejor desempeño. Aquellos con un estado de ánimo negativo, en cambio, tuvieron más dificultades. Esto sugiere que cuando estamos contentos, tendemos a buscar más soluciones y a ser más flexibles con nuestras ideas. Por el contrario, si estamos de mal humor, podríamos preocuparnos demasiado por la calidad de cada idea, lo que limita la cantidad de soluciones que generamos.
Otros estudios también han relacionado el buen humor con una mayor flexibilidad cognitiva. Esto significa que cuando estamos de buen ánimo, nos resulta más fácil ver las conexiones entre diferentes conceptos y distinguir sus diferencias. Esto nos da una ventaja al realizar tareas que requieren pensamiento divergente.
El Sueño y la Capacidad de Crear Ideas
Aunque no hay muchas investigaciones sobre cómo la falta de sueño afecta el pensamiento divergente, un estudio de J.A. Horne en 1988 encontró algo interesante. Incluso si tenemos muchas ganas de hacer bien las cosas, el sueño puede influir directamente en nuestra capacidad de pensar de forma divergente.
En este estudio, un grupo de personas no durmió durante treinta y dos horas, mientras que otro grupo mantuvo su rutina de sueño normal. El grupo que no durmió tuvo un rendimiento mucho peor en tareas que requerían fluidez de palabras y planificación. Esto demostró que incluso una sola noche sin dormir puede afectar el pensamiento divergente. Sin embargo, las tareas de pensamiento convergente (que buscan una única solución) son más resistentes a la falta de sueño a corto plazo.
Investigaciones futuras podrían explorar por qué la falta de sueño afecta el pensamiento divergente. También podrían investigar si hay diferencias en el impacto cuando se carece de sueño REM o sueño no REM.
Véase también
En inglés: Divergent thinking Facts for Kids