Neurosecreción para niños
La neurosecreción es un proceso especial en el que algunas neuronas (células nerviosas) producen, guardan y liberan hormonas. Estas hormonas especiales, llamadas neurohormonas, son creadas por células nerviosas en el cerebro y luego viajan por la sangre a otras partes del cuerpo.
Funcionan de manera parecida a las hormonas que producen otras glándulas endocrinas (como la tiroides o el páncreas), ayudando a controlar muchas funciones del cuerpo. Las células neurosecretoras fabrican estas hormonas y las guardan en pequeñas "bolsitas" llamadas vesículas. Luego, las liberan desde las puntas de sus axones (las "ramas" largas de las neuronas) hacia el sistema circulatorio. A diferencia de las neuronas normales que liberan sus mensajes muy cerca de otras células, las neurohormonas viajan por la sangre para llegar a lugares más lejanos en el cuerpo.
Contenido
¿Cómo se descubrió la neurosecreción?
Los primeros pasos en la investigación
En 1928, un científico llamado Ernst Scharrer propuso una idea interesante. Él pensó que algunas neuronas en el cerebro de un tipo de pez (llamado Phoxinus laevis) actuaban de forma similar a las glándulas que producen hormonas. Esto fue un gran descubrimiento porque hasta entonces se pensaba que las neuronas solo transmitían señales eléctricas.
La conexión entre nervios y hormonas
A medida que los científicos aprendieron más sobre estas células neurosecretoras, la diferencia entre cómo se comunican los nervios y cómo se liberan las hormonas se hizo menos clara. Estas células especiales pueden conducir impulsos eléctricos como cualquier otra neurona, pero también producen neurohormonas que se liberan en la sangre. Así, combinan las características del sistema nervioso y del sistema endocrino, permitiendo que el cerebro influya en el cuerpo a través de mensajes químicos.
La neurosecreción en los insectos
Regulación de funciones vitales
En animales más sencillos, como los insectos, la neurosecreción es muy importante. Ayuda a controlar el corazón, el proceso de metamorfosis (el cambio de larva a adulto) y también influye directamente en el desarrollo de sus órganos reproductores. En animales más complejos, estas funciones suelen ser controladas por otras glándulas endocrinas.
Hormonas clave en el desarrollo de insectos
Las células neurosecretoras de los insectos tienen axones que llegan a unas estructuras llamadas cuerpos cardíacos y cuerpos allata. Allí, producen y liberan una hormona cerebral que se cree que viaja unida a una proteína grande. Aunque su función exacta aún se investiga, se encuentran muchas de estas células en la parte inferior del cordón nervioso de los insectos.
El papel de la hormona juvenil
Las células neurosecretoras, que se agrupan en el cerebro de los insectos, controlan la actividad de los cuerpos allata. Esto lo hacen produciendo una sustancia llamada hormona juvenil durante las etapas de larva o ninfa (los periodos entre las mudas de piel). La producción de esta hormona evita que el insecto se convierta en adulto antes de tiempo. Una vez que el insecto está listo para su etapa adulta, la producción de esta hormona se reactiva para permitir su maduración completa.
Véase también
En inglés: Neurosecretion Facts for Kids