Meteco para niños
En la Antigua Grecia, un meteco era simplemente un extranjero que vivía en una de las ciudades-estado griegas, como Atenas. La palabra no tenía un significado negativo en ese tiempo. Los metecos eran personas que vivían en estas ciudades (llamadas polis), pero no eran considerados ciudadanos. Esto era similar a la situación de las mujeres, los esclavos y los libertos (esclavos que habían sido liberados).
La palabra "meteco" viene del griego métoikos, que significa "aquel que ha cambiado de residencia". Se forma de "meta" (cambio) y "oíkos" (casa).
Los metecos debían pagar un impuesto especial llamado metoíkion. No podían ser dueños de propiedades como casas o terrenos, a menos que tuvieran un permiso especial llamado isotéleia, que les daba igualdad de impuestos. No tenían derechos políticos, lo que significa que no podían votar ni participar en el gobierno. Sin embargo, tenían las mismas responsabilidades que los ciudadanos si eran ricos. Generalmente, se dedicaban a trabajos que no eran de agricultura, como ser comerciantes o artesanos.
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¿Qué diferencias había entre los extranjeros?
Los griegos distinguían entre un meteco (un extranjero que vivía de forma permanente) y un extranjero que solo estaba de paso. El extranjero de paso no tenía ningún derecho. Si tenía algún problema, debía buscar ayuda de un próxeno, que era un ciudadano que protegía a los visitantes de otras ciudades. Por ejemplo, Cimón era el próxeno de Esparta en Atenas.
A veces, dos ciudades podían hacer un acuerdo de amistad llamado xenía. Un extranjero de paso podía convertirse en meteco después de vivir un mes en una ciudad. Mientras que los metecos atenienses podían quedarse en Atenas toda su vida, en otras ciudades no siempre era así. Las expulsiones de extranjeros eran comunes, y Esparta, por ejemplo, practicaba regularmente la xenelasia, que era la expulsión general de todos los extranjeros.
¿Qué responsabilidades tenían los metecos?
Dependiendo de la ciudad, los metecos podían ser obligados a participar en ciertas liturgias. Estas eran tareas públicas que los ciudadanos ricos debían financiar, como la coregía, que consistía en pagar y organizar un coro para una obra de teatro. A cambio, los metecos estaban exentos de la trierarquía, que era la responsabilidad de equipar y comandar un trirreme (un tipo de barco de guerra).
Los metecos que tenían suficiente dinero debían servir como hoplita (un tipo de soldado) en una guarnición (un lugar donde se alojan las tropas). Era muy raro que los metecos participaran en campañas militares fuera de la ciudad. Siempre estaban bajo cierto control, que variaba según si la ciudad era más abierta a los extranjeros o no, y según los acuerdos legales entre ciudades.
Era común encontrar a los metecos trabajando en el comercio o las finanzas. También formaban una parte importante de los empleados administrativos. Muchos metecos eran muy ricos, tanto que la imagen del meteco nuevo rico y arrogante se volvió un personaje típico en las comedias griegas.
Aunque los extranjeros libres y griegos estaban excluidos de la política, compartían la misma cultura que los ciudadanos: hablaban el mismo idioma y adoraban a los mismos dioses en los mismos santuarios.
Los metecos en Atenas
No se sabe exactamente cuándo se estableció el estatus especial de los metecos en Atenas. Es probable que haya sido durante las reformas de Clístenes, un importante líder ateniense.
Para poder vivir como meteco en Atenas, un extranjero necesitaba encontrar un protector, llamado prostates. La primera tarea del prostates era registrar a su protegido en un demo (una división territorial de Atenas).
Como los metecos no podían tener casas ni tierras en el Ática (la región de Atenas), el prostates a menudo era su arrendador (la persona que les alquilaba una vivienda). Si el meteco era un esclavo liberado, su antiguo dueño se convertía en su prostates.
A partir del siglo V a. C., los metecos debían pagar un impuesto especial, el metoíkion. Este impuesto era de 12 dracmas para un hombre y 6 dracmas para una viuda. Los antiguos esclavos también debían pagar un impuesto adicional llamado el trióbolo de los libertos. Además, todos los extranjeros, ya fueran metecos o de paso, debían pagar los xeniká para poder comerciar en el Ágora (la plaza principal del mercado).
¿Cómo era la justicia para los metecos?
En cuanto a la justicia, los metecos tenían algunas garantías, pero eran menores que las de los ciudadanos. Podían iniciar un juicio civil ante el polemarca (un magistrado) y un juicio penal ante el tribunal del Paladión. Sin embargo, no podían formar parte de un tribunal. Si eran acusados en un juicio civil, necesitaban que su prostates actuara como fiador (alguien que garantiza que cumplirán con lo que se decida). En un juicio criminal, eran encarcelados antes de que se diera el veredicto. Por ejemplo, el asesinato de un meteco o de un esclavo solo se castigaba con el exilio, mientras que el asesinato de un ciudadano llevaba a la pena de muerte.
Véase también
En inglés: Metic Facts for Kids