Mangana para niños
Mangana es el nombre que se daba a un tipo de máquina de guerra usada en Europa durante la Edad Media. También se le conocía como mangonel. Era una especie de catapulta o arma de asedio que se usaba para lanzar objetos contra los muros de los castillos. Aunque no eran muy precisas, las manganas podían lanzar proyectiles hasta unos 400 metros de distancia. No tenían el mismo alcance ni la precisión de un trabuquete, que apareció más tarde. Las manganas lanzaban sus proyectiles con una trayectoria más baja que los trabuquetes.
Contenido
¿Cuál es el origen de la mangana?
La mangana se considera una versión medieval de una catapulta romana llamada onagro. Se le dio ese nombre porque la fuerza con la que lanzaba los proyectiles era parecida a la patada de una mula. Esta catapulta tenía un solo brazo que se tensaba con cuerdas retorcidas para lanzar el proyectil. Otro mecanismo similar, quizás más antiguo, era el "escorpión", llamado así por su parecido con la cola de este animal.
La fuerza del onagro venía de la tensión de sus cuerdas retorcidas, como la balista, pero el onagro solo tenía un brazo, mientras que la balista tenía dos. Los romanos mejoraron el onagro añadiéndole ruedas a su base. Esto lo hizo más ligero y fácil de mover.
La palabra "mangonel" viene de la palabra griega "magganon", que significa "ingenio de guerra". Se usó por primera vez en los asedios medievales. Todavía no se sabe con exactitud qué tipo de máquina se describía con el nombre de mangonel.
Luis Marini, en su libro Delle machine antiche (Roma, 1824), dice que la palabra "mangana" se usó mucho en la Edad Media. Es de origen griego y de ahí pasaron al Bajo Imperio nombres como "manga", "mangonalia" o "mangonello".
En tiempos del historiador ateniense Tucídides, la mangana era una máquina de tiro. En el ejército de Bizancio, era una máquina de guerra para lanzar piedras.
Según el experto Almirante, en tiempos de Constantino el Grande, "mangana" también era el nombre del lugar en Constantinopla donde se construían o reparaban las máquinas de guerra. En Francia, según Jean Froissart, la palabra "mangonneau" llegó a significar tanto la máquina como el proyectil que disparaba.
La mención más antigua de estas máquinas en manuscritos y crónicas de la Edad Media la hizo el monje Abbo en su poema De bello Parisiaco. Él las vio usar a los normandos en el sitio de París entre los años 885 y 886. Por esto, y porque los normandos no tuvieron contacto con los pueblos de la antigüedad clásica, Rudolf Schneider, en su libro Die Artillerie des Mittelalters (Berlín, 1910), cree que ellos inventaron este tipo de arma. Después, se extendió por toda Europa y se siguió usando incluso después de que apareciera la artillería.
¿Qué otros nombres recibía la mangana?
La palabra latina "manganum", con la que se le conoció al principio, se convirtió en "mangena" en la época de las Cruzadas. Luego cambió a "mangonium", "mangonalium", "mancola" y "manga". De ahí vienen el nombre francés "mangonneau", el italiano "mangano" y los españoles "mangana" y "magaña" o "almagaña".
A principios del siglo XIII, empezaron a usarse otros nombres como "blida", "biffa", "tripantum", "troia", "briccola" y "trabucium". Estos nombres servían para distinguir diferentes tipos dentro de la misma categoría. Por ejemplo, en el Chronicon Brixianum de Malvecio se dice: "erexerunt quoque petrarias, quas nos manganas aut trabucos dicimus" (levantaron también petrarias, a las que nosotros llamamos manganas o trabucos).
La mangana se usaba principalmente en los asedios a fortalezas. Se construían en el mismo lugar donde se iban a usar. A veces también se montaban en barcos de guerra, como se ve en un dibujo de un manuscrito de Paulo Santino Ducense.
Cuando se atacaban fortalezas, el objetivo de la mangana no era destruir los muros, porque no tenían suficiente potencia. Su propósito era golpear las partes altas de los muros, derribar las almenas y alejar a los defensores para preparar el asalto. También se usaban para causar daños dentro de la población. En la defensa, servían para detener el avance del atacante, destruir sus máquinas de asedio o incendiar sus campamentos.
Para los proyectiles, se preferían las piedras redondas y lisas de los ríos, porque eran más pesadas y sólidas.
¿Cómo funcionaba una mangana?
Al principio, las manganas consistían en una palanca larga con brazos de diferente tamaño. Esta palanca se apoyaba sobre dos postes verticales a una altura adecuada. El brazo más corto de la palanca se tiraba hacia abajo con un contrapeso fuerte. Así, podía girar libremente alrededor de su punto de apoyo hasta quedar en posición vertical. Mientras tanto, el extremo del brazo más largo describía un arco grande, arrastrando una honda cargada con una piedra grande. Cuando la piedra se soltaba, era lanzada hacia adelante. Cuanto mayor era la diferencia entre los dos brazos de la palanca, mayor era la velocidad de lanzamiento.
A veces, el giro de la palanca se aceleraba tirando de cuerdas atadas al brazo más corto. Otras veces, en lugar de una honda, llevaban una especie de cuchara para lanzar fuego. El contrapeso solía ser una caja llena de piedras, arena o plomo. También podían ser pesos grandes colocados alrededor del brazo de la palanca dentro de una bolsa de cuero sujeta con aros de hierro.
¿Cómo se usaban las manganas en combate?
Las manganas lanzaban proyectiles pesados desde una "cuchara" o desde una cuerda atada al final del brazo. La cuchara se usaba pocas veces porque se sabía que la cuerda era mucho más efectiva. En combate, las manganas lanzaban rocas, objetos en llamas (o recipientes con material inflamable que creaban una bola de fuego al impactar), o cualquier cosa que tuvieran a mano contra los atacantes o defensores.
Un tipo de proyectil inusual eran los cuerpos de animales o personas que ya no estaban vivos y que estaban en proceso de descomposición. Estos se usaban para asustar a los defensores, bajar su ánimo y, a menudo, para extender enfermedades en el castillo sitiado. Esta estrategia solía ser efectiva porque la falta de alimentos, la mala calidad de la comida, el espacio reducido donde vivían los defensores y la falta de higiene, junto con la presencia de animales pequeños que podían transmitir enfermedades, creaban las condiciones ideales para que las enfermedades se propagaran.
Además de usarse contra los castillos enemigos en los asedios, la mangana también se adaptó para proteger a las tropas en el campo de batalla. Esta estrategia fue ideada y usada por primera vez por Alejandro Magno.
A pesar de no ser muy precisas, la capacidad de la mangana para usarse de varias maneras y su facilidad para moverla hicieron que fuera la catapulta de asedio más popular durante la Edad Media.
Véase también
En inglés: Mangonel Facts for Kids