Mártires de Cajonos para niños
Los Mártires de Cajonos, Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles (nacidos alrededor de 1660 y fallecidos el 16 de septiembre de 1700), fueron dos personas de origen zapoteca que vivieron en la Sierra Norte de Oaxaca, en México. Eran católicos y son recordados por su fe.
Datos para niños Mártires de Cajonos |
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles | |
Nacimiento | c. 1660 San Francisco Cajonos, Oaxaca (México) |
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Fallecimiento | 16 de septiembre de 1700 San Francisco Cajonos |
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Causa de muerte | Traumatismo contuso | |
Sepultura | Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Oaxaca | |
Religión | Católica | |
Información profesional | ||
Conocido por | Morir protegiendo las prácticas morales en su ciudad y garantizando que la fe estuviera salvaguardada frente a las creencias y prácticas paganas y tribales. | |
Información religiosa | ||
Beatificación | 1 de agosto del 2002 | |
Festividad | 18 de septiembre | |
Venerado en | México | |
Contenido
¿Quiénes fueron Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles?
Juan Bautista nació alrededor del año 1660. Se casó con Josefa de la Cruz y tuvieron una hija llamada Rosa.
Jacinto de los Ángeles también nació cerca de 1660. Él estaba casado con Petrona y tuvieron dos hijos, Juan y Nicolasa. Jacinto venía de una familia importante de líderes de su comunidad.
Ambos, Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles, nacieron en San Francisco Cajonos, una localidad en Oaxaca. Pertenecían al pueblo zapoteca y trabajaban como catequistas, enseñando la fe católica.
Su misión era ayudar a mantener las buenas costumbres en su pueblo y proteger las creencias de su fe.
¿Qué les sucedió a Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles?
La noche del 14 de septiembre de 1700, Juan y Jacinto encontraron a un grupo de personas realizando una ceremonia cerca de su pueblo, San Francisco Cajonos, en Oaxaca. Ellos informaron a las autoridades sobre lo que vieron y se confiscaron algunos objetos usados en la ceremonia. Esto causó gran enojo entre la gente.
Al día siguiente, el pueblo se rebeló, pidiendo que les devolvieran los objetos y que les entregaran a Juan y Jacinto. Ellos se refugiaron en un convento de frailes dominicos. Durante la tarde, hubo muchas discusiones y negociaciones entre la gente, las autoridades y los frailes.
Finalmente, para evitar que la situación empeorara y que todos corrieran peligro, el capitán Pinelo decidió entregar a Juan y Jacinto, con la promesa de que no les harían daño. Los frailes del convento no estaban de acuerdo con esto.
Sin embargo, Juan y Jacinto decidieron entregarse, sabiendo que podían morir. Se prepararon espiritualmente. Juan Bautista dijo: «Vamos a morir por la ley de Dios; como yo tengo a su Divina Majestad, no temo nada ni he de necesitar armas». Cuando fueron entregados, Juan Bautista añadió: «Aquí estoy, si me han de matar mañana, mátenme ahora».
Fueron golpeados en la plaza pública. Desde la ventana del convento, los frailes los observaban. Juan y Jacinto les dijeron: «Padres, encomiéndenos a Dios». A pesar de las burlas, ellos se mantuvieron en silencio.
El 16 de septiembre, Juan y Jacinto fueron llevados al pueblo de San Pedro, donde los golpearon de nuevo y los encerraron. Les ofrecieron perdonarlos si renunciaban a su fe, pero ellos respondieron: «Una vez que hemos recibido el Bautismo, continuaremos siempre a seguir la verdadera religión».
Luego, los llevaron a un monte llamado Xagacía. Allí, los ataron, los empujaron por un barranco y los atacaron con machetes hasta que fallecieron. Sus cuerpos fueron enterrados en ese mismo monte, que desde entonces se conoce como "Monte Fiscales Santos".
¿Cómo fueron reconocidos Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles?
Los restos de Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles fueron encontrados y guardados en la iglesia de Villa Alta. En 1889, fueron llevados a la catedral de Oaxaca.
Mucho tiempo después de su fallecimiento, se inició un proceso para reconocerlos oficialmente por su fe. Este proceso estuvo detenido por un tiempo, pero se retomó a finales de los años 80 y principios de los 90.
El 25 de enero de 1991, la Congregación para las Causas de los Santos (un organismo de la Iglesia católica) declaró que no había objeciones para iniciar el proceso, y Juan y Jacinto fueron llamados Siervos de Dios. La investigación en la diócesis comenzó en febrero y terminó en diciembre de ese mismo año.
Después de varias etapas de estudio y aprobación por parte de historiadores y teólogos, se confirmó que los dos hombres habían fallecido "in odium fidei", que significa "por odio a la fe". El Papa Juan Pablo II aprobó su reconocimiento el 7 de julio de 2002.
Fueron oficialmente reconocidos por el Papa Juan Pablo II durante su visita a México, en la Basílica de Guadalupe, el 1 de agosto de 2002. Su día de celebración es el 18 de septiembre de cada año.
Véase también
En inglés: Martyrs of Cajonos Facts for Kids