José Antonio Martínez de Aldunate para niños
José Antonio Martínez de Aldunate y Garcés de Marcilla (Santiago de Chile, 21 de diciembre de 1731 - Santiago, 8 de abril de 1811) fue un importante profesor chileno, rector de la Real Universidad de San Felipe (que fue una universidad muy importante en su tiempo), sacerdote católico y obispo electo de Santiago. También fue doctor en derecho y en temas religiosos.
Se le conoce principalmente por haber sido el primer vocal y vicepresidente de la Primera Junta Nacional de Gobierno de Chile. Durante su vida, fue muy apreciado por su amabilidad, su generosidad y sus ideas progresistas que buscaban mejorar la forma en que se gobernaba la colonia.
Datos para niños José Antonio Martínez de Aldunate |
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![]() Primer Vocal interino de la Junta Provisional Gubernativa del Reino de Chile |
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18 de septiembre de 1810-8 de abril de 1811 | ||
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![]() Obispo de Santiago de Chile Electo |
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1810-8 de abril de 1811 | ||
Predecesor | Francisco José Marán | |
Sucesor | José Santiago Rodríguez Zorrilla | |
Información personal | ||
Nombre | José Antonio Martínez de Aldunate | |
Nacimiento | 21 de diciembre de 1731![]() |
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Fallecimiento | 8 de abril de 1811![]() |
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Contenido
¿Quién fue José Antonio Martínez de Aldunate?
José Antonio Martínez de Aldunate nació en Santiago de Chile el 21 de diciembre de 1731. Pertenecía a una de las familias más destacadas del Reino de Chile. Desde joven, mostró un gran interés por la vida religiosa y el estudio de las ciencias.
Sus primeros años y estudios
Estudió latín, filosofía y teología en el colegio jesuita de San Francisco Javier. Este colegio cambió de nombre varias veces a lo largo de la historia, hasta convertirse en parte del Instituto Nacional. A los 25 años, ya era un reconocido experto en leyes y teología, y obtuvo su título de doctor en la Real Universidad de San Felipe.
Su carrera en la Iglesia
Desde que se graduó, Martínez de Aldunate ocupó muchos cargos importantes en la Iglesia. En 1755, un año antes de celebrar su primera misa, fue nombrado promotor fiscal eclesiástico. Luego, fue canónigo doctoral, asesor del obispo, y en dos ocasiones, gobernador del obispado cuando los obispos titulares estaban ausentes. También fue comisario general del santo oficio y ocupó otros cargos como canónigo tesorero, chantre, arcediano y, finalmente, deán en 1797.
Su trabajo como profesor y rector
En 1755, fue nombrado examinador de leyes religiosas en la Universidad de San Felipe. Al año siguiente, el gobernador del reino, Manuel de Amat y Junyent, lo nombró profesor. Ejerció esta cátedra durante doce años.
En 1764, a la edad de 33 años, fue nombrado rector de la universidad. Esto era algo inusual, ya que normalmente solo los profesores de mayor edad alcanzaban este puesto en Chile. Como rector, mejoró el sistema de estudios y promovió la construcción de nuevas instalaciones para la universidad. Por su buen trabajo, fue reelegido por el gobernador Antonio de Guill y Gonzaga.
Además de su trabajo como profesor y rector, también fue miembro del tribunal eclesiástico. Allí, era conocido por su habilidad para resolver problemas con amabilidad, buen humor y tolerancia.
La expulsión de los jesuitas
Cuando el rey Carlos III de España ordenó la expulsión de los jesuitas en 1767, Martínez de Aldunate fue nombrado parte de la "dirección de temporalidades de Indias". Esta dirección se encargaba de tomar y administrar los bienes de los jesuitas, y de solucionar el gran vacío que su partida dejaba en la sociedad. Los jesuitas eran muy importantes en ese tiempo, ya que ofrecían muchos servicios sociales, especialmente en educación y salud.
Sin embargo, a Martínez de Aldunate no le gustó esta tarea, porque él apoyaba a la Compañía de Jesús. Se dice que protegió a muchos jesuitas de la persecución, incluyendo a amigos, compañeros y estudiantes. Años más tarde, un jesuita llamado Manuel Lacunza, en agradecimiento por la ayuda de Martínez de Aldunate, logró que se consagrara el Sagrado Corazón de Jesús para todo el Reino de Chile.
Su nombramiento como obispo
Todos estos logros le dieron fama en España, pero también algunos opositores en Chile. Por eso, a los 73 años, fue nombrado obispo de Huamanga, en Perú. Aunque no estaba del todo contento con la decisión, ya que lo alejaba de su familia, decidió donar todos sus bienes a los pobres de Santiago.
Martínez de Aldunate se fue pensando que no volvería. Pero pocos años después, el obispo de Santiago, Francisco José Marán, falleció. Muchas personas, tanto de la sociedad como de la Iglesia, pidieron al rey de España que el doctor Martínez de Aldunate ocupara ese puesto. Las peticiones fueron tantas que la Junta Suprema Central, que gobernaba en ausencia del rey Fernando VII (debido a la ocupación de España por Napoleón), ordenó el regreso de Martínez de Aldunate a Santiago como obispo. Aunque fue elegido oficialmente, la confirmación final del Papa nunca llegó, ya que estas confirmaciones se detuvieron en todo el continente hasta 1832 por la situación política en América.
Su papel en la Primera Junta de Gobierno
Cuando Martínez de Aldunate regresó a Santiago a finales de 1810, la Primera Junta de Gobierno ya se había formado en Chile. Su llegada fue celebrada con gran entusiasmo, especialmente por aquellos que apoyaban las nuevas ideas, ya que se sabía que él estaba a favor de cierto nivel de autonomía. Su importancia para la sociedad de ese tiempo era tan grande que fue nombrado el primer vocal y vicepresidente de la Junta.
Sin embargo, Martínez de Aldunate no pudo ejercer estos cargos por mucho tiempo, ya que falleció pocos meses después, en abril de 1811.