Golfo Tartéssico para niños
El golfo Tartésico era una gran bahía o ensenada de mar que existió hace mucho tiempo en el lugar donde el río Guadalquivir desembocaba en el océano. En la época del Bronce Final, a este río se le conocía como río Tartessos. Más tarde, los griegos lo llamaron Baetis, un nombre que también usaron los romanos. Para los visigodos, este río fue conocido como Betis.
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¿Qué fue el Golfo Tartésico?
El Golfo Tartésico era una gran entrada de mar que se encontraba en lo que hoy conocemos como las Marismas del Guadalquivir. Al norte, esta bahía se conectaba con un lago llamado Ligur o Ligustinus.
¿Cómo sabemos sobre el Golfo Tartésico?
La información sobre el Lago Ligustino y el Golfo Tartésico nos llegó gracias a un poema llamado Ora Maritima. Este poema fue escrito por R. F. Avieno en el siglo IV d. C. (siglo IV después de Cristo), pero se basó en documentos mucho más antiguos, del siglo VI a. C. (siglo VI antes de Cristo). Avieno también visitó la provincia romana de la Bética, que estaba en el sur de la península ibérica.
¿Por qué era importante para Tartessos?
La cultura de Tartessos se desarrolló principalmente en la zona baja del río Guadalquivir. Por eso, entender cómo cambió esta zona a lo largo del tiempo es muy importante para conocer mejor a Tartessos. El paisaje del estuario del río Betis-Tarteso cambió mucho desde el siglo V a.C. hasta el siglo IV d.C. Por ejemplo, la desembocadura del Guadalquivir no estaba en Sanlúcar de Barrameda como ahora, sino más arriba, cerca de Coria del Río.
¿Cómo cambió el paisaje del Golfo Tartésico?
El paisaje de esta zona ha cambiado mucho a lo largo de miles de años.
La Edad del Cobre y el Bronce Final
Al principio de la Edad del Cobre, la zona era principalmente marina. Con el tiempo, se convirtió en una zona de marismas, que son terrenos bajos y pantanosos que se inundan con la marea. A esta zona se la conoció como Lacus Ligustinus.
Durante el Bronce Final (la época de Tartessos), estas zonas inundables formaban pequeñas islas. Un delta (una zona de tierra que se forma en la desembocadura de un río) comenzó a crecer cerca de Coria del Río y se extendía hacia el sur, donde estaba el Sinus Tartessii (otra parte del golfo). Al mismo tiempo, una "flecha litoral" (una franja de arena que avanza desde la costa) fue cerrando poco a poco la entrada del Golfo Tartésico al océano, que se llamaba Atlanticus Sinus (el Golfo de Cádiz).
La época romana
En el Periodo Turdetano-Romano, la llanura de Sevilla se hizo más sólida. El río Betis (Guadalquivir) tenía muchos brazos y las marismas se extendieron. El delta del río siguió creciendo sobre lo que antes era la ensenada marina. Al final de esta ensenada, todavía quedaba un lago marino cerca de Lebrija, que Pomponio Mela llamó Lacus Beticus.
Además, un sistema de dunas (montañas de arena) avanzó hacia el interior del antiguo Golfo Tartésico, en lo que hoy es el parque de Doñana. También, la flecha litoral siguió creciendo desde el oeste (Punta de Malandar) y una "contraflecha" desde el este (el tómbolo de la Algaida), ayudando a cerrar aún más la antigua bahía.