Dedicatoria para niños
Una dedicatoria es una nota o mensaje corto que se pone al principio de un libro u otra obra. Con ella, el autor ofrece su trabajo a una persona, a varias, o a un grupo. A veces, las dedicatorias se escriben en prosa o a mano, y suelen expresar agradecimiento o ideas importantes del autor. Palabras como homenaje, ofrecimiento o agradecimiento son parecidas a dedicatoria.
En la poesía y en las cartas, la dedicatoria a veces se convierte en el título de la obra. En los libros impresos, se encuentra al principio, ya sea impresa o escrita a mano.
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¿Cómo surgieron las dedicatorias?
No se sabe quién hizo la primera dedicatoria, pero ya eran comunes en los libros de autores latinos antiguos. Por ejemplo, el filósofo Lucrecio dedicó su obra Sobre la naturaleza de las cosas a su amigo Memio. Horacio y Virgilio también dedicaron varios de sus trabajos a Mecenas, una persona importante que apoyaba a los artistas. Un ejemplo muy antiguo es un manuscrito romano del siglo IV, el cronógrafo del 354, que tiene una dedicatoria que dice:
Valentine lege feliciter, vivas, gaudeas, floreas in Deo. Furius Dionysius Filocalus titulavitValentino, lee con agrado. Que vivas, goces, florezcas en Dios. Furio Dionisio Filocalus ha titulado <esta obra>
La costumbre de dedicar una obra a alguien que ayudaba al autor siguió en los manuscritos de la Edad Media y el Renacimiento. Esta práctica creció mucho en los siglos de oro de la literatura europea. En el siglo XX, algunas personas que estudiaban literatura empezaron a considerar la dedicatoria como un tipo de texto literario menor.
¿Por qué los autores dedicaban sus obras?
Muchos autores usaron las dedicatorias para obtener algún tipo de beneficio, como apoyo o reconocimiento. Esto a veces causó que otros autores y grupos literarios no estuvieran de acuerdo.
Algunas dedicatorias buscaban ayudar a financiar la publicación de la obra. Esta forma de conseguir apoyo fue usada tanto por escritores menos conocidos como por grandes autores. Se dice que los primeros en usar las dedicatorias y los elogios fueron las personas que pedían ayuda.
Voltaire, un famoso escritor, comentó que a menudo las dedicatorias se hacían por interés y para halagar a personas importantes.
Anton Francesco Doni, por ejemplo, dedicó cada una de las cartas de sus libros La libraria del Doni fiorentino y La seconda libraria del Doni a personas diferentes. Además, dedicó toda la colección de cartas a otro benefactor. De esta manera, un libro de cuarenta y cinco páginas podía tener más de veinte dedicatorias distintas.
Alexander Politi, quien editó el “Martyrologium Romanum castigatum, ac commentariis illustrattim”, puso una dedicatoria de agradecimiento al inicio de la biografía de cada uno de los trescientos sesenta y cinco mártires y santos del libro. Antoine Galland, por su parte, hizo mil y una dedicatorias para su traducción de Las mil y una noches.
Madeleine de Scudéry contó sobre un tal Rangouse que, al tener una colección de cartas sin ordenar, las presentaba de forma diferente. Siempre ponía primero la carta cuya dedicatoria iba dirigida a la persona a quien le estaba mostrando su libro para pedirle apoyo.
En la Histoire de l’Église d’Angleterre de Thomas Fuller, hay doce títulos que fueron dedicados con algún interés.
Jacques Rochette de La Morlière fue muy atrevido al alabar las cualidades de Madame du Barry en la dedicatoria de su libro Le Royalisme.
Grandes escritores también se vieron envueltos en estas prácticas con autores menos conocidos que buscaban fama o dinero a través de los elogios. Por ejemplo, Pierre Corneille, un famoso dramaturgo, a menudo escribía grandes alabanzas a las personas a quienes pedía apoyo. En algunos casos, exageraba mucho. Por ejemplo, en su dedicatoria de la obra Cinna (1643) a Monsieur de Montoron, lo comparó con el emperador César Augusto. Esto fue muy comentado y criticado. Se cree que esta dedicatoria tan elaborada le costó a Montoron cientos o miles de monedas de oro. El rey Luis XIII de Francia, sorprendido por la generosidad de Montoron, aceptó la dedicatoria de la obra "Polyeucte". Se pensó que el poeta ya estaría bien recompensado por el honor de que el rey aceptara su dedicatoria, sin necesidad de dinero.
¿Qué eran los "Panegíricos a la Montoron"?
El nombre de Montoron se hizo muy famoso en esa época por las dedicatorias. Tanto así que a las dedicatorias y otros textos de elogio se les empezó a llamar «Panegíricos de Montoron». Gabriel Guéret escribió: «Si usted ignora lo que significa "panegíricos a la Montoron", no tiene más que preguntárselo a Monsieur Corneille». Cuando Pierre Du Puget de Montoron, el famoso comerciante y benefactor de las artes, gastó toda su fortuna, la época de las dedicatorias llenas de elogios terminó, o al menos eso dijo Paul Scarron:
- Ce n’est que maroquin perdu
- Que les livres que l’on dédie
- Depuis que Montoron mendie ;
- Montoron dont le quart d’écu
- S’attrapait si bien à la glu
- De l’ode ou de la comédie.
Otro caso de exageración en las dedicatorias fue el de John Dryden, conocido por su forma poco sutil de halagar.
Las dedicatorias como forma de conseguir dinero
Antiguamente, la dedicatoria era una manera de conseguir dinero para pagar la publicación de un libro. Los autores usaban estrategias para esto, de forma similar a como hoy en día algunos autores piden a sus amigos que compren sus libros por adelantado. Esta práctica hizo que las dedicatorias tuvieran un precio. En Inglaterra, en el siglo XVII, este precio variaba entre veinte y cuarenta libras. En Francia, a menudo se ofrecía un puesto en una abadía como pago por los elogios. Así, el abad Claude Quillet fue recompensado con la abadía de Doudeauville por un poema en latín que dedicó al cardenal Jules Mazarin.
Un aspecto interesante en la historia de las dedicatorias es cómo cambiaban debido a ciertos eventos.
Por ejemplo, el doctor Edmund Castell imprimió una Biblia que dedicó a Oliver Cromwell, quien era republicano. Pero cuando la monarquía de la Casa de Stuart volvió al poder, solo unas pocas copias de esa Biblia dedicada estaban en circulación. Castell decidió cambiar algunas páginas que ya no eran convenientes por otras nuevas. Así, se encontraron en circulación tanto Biblias "republicanas" como "monárquicas".
Un libro dedicado al Cardenal Richelieu antes de su muerte, fue luego dedicado a Jesucristo. La obra Geographia de Claudio Ptolomeo, que Francesco Berlinghieri puso en verso, fue dedicada primero al duque Frédéric d’Urbin. Después de su muerte en 1482, se la dedicó al príncipe Cem Sultan. Si el protector de una obra caía en desgracia o moría mientras el libro se imprimía, a menudo se cambiaba la dedicatoria.
Dedicatorias curiosas y originales
Entre las dedicatorias más originales, está la de Antonio Pérez, quien dedicó un libro al Papa, al Colegio Cardenalicio, a Enrique IV de Francia, y finalmente a «todos». El libro Martyre de saint George de Cappadoce (1614) fue dedicado a «todos los individuos nobles, honorables, y dignos, de Gran Bretaña, que lleven el nombre de George». De forma inusual, Scarron dedicó un libro a «Dama Guillemette», que era la perra galga de su hermana. Un librero de Lyon, de apellido "De los Rios", dedicó su libro a su propio caballo. Y para terminar esta lista, Thomasius dedicó su obra Pensées indépendantes a «todos mis enemigos».
Muchos libros se han dedicado a Cristo, a la Virgen María y a todos los santos. Anton Bruckner dedicó su Novena Sinfonía a «Dios bien amado» («Dem lieben Gott»). La dedicatoria de la Vie de saint François Borgia, de Cienfuegos, dirigida al almirante de Castilla (Madrid, 1702), era más larga que la propia obra.
Algunos escritores, para no llamar la atención, dedicaron sus obras a sus propios trabajos. Carlos Coloma dedicó así su traducción al español de las obras de Tácito (Douai, 1629). El marqués de Claude-François de Lezay-Marnésia dedicó su Discours sur l’éducation des femmes, premiado en 1778 por la Académie de Besançon. Jean Le Royer de Prade dedicó su tragedia Arsace (1666) a sus propias obras.
Muchos escritores de la época no estaban de acuerdo con estas prácticas. La dedicatoria de Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy de Laurence Sterne dice «Epístola a la venta», lo que era una crítica a las dedicatorias de moda. Las Mémoires de Fédor Rostoptchine, «escritas en diez minutos», estaban dedicadas a «ese perro público».
Para evitar situaciones incómodas, algunos escritores dedicaron sus obras a ideas o grupos abstractos. Por ejemplo, Pierre de Ronsard dedicó su obra Amours a «Las Musas». Joseph Lequinio dedicó su Voyage dans le Jura al «Trueno (Tonnèrre)» en cuatro páginas.
Por razones que podemos imaginar, Luis XV de Francia rechazó la dedicatoria de la Henriade que le ofreció Voltaire. Con mejor ánimo, el Papa Benedicto XIV aceptó la dedicatoria que el mismo escritor le hizo en El Fanatismo o Mahoma.
Cervantes y Borges: Maestros de la dedicatoria
Miguel de Cervantes dedicó el primer tomo del Quijote al duque de Béjar, usando la forma tradicional de elogio. Pero en el segundo tomo, dedicado al conde de Lemos, Cervantes inventó una correspondencia imaginaria con el emperador de China. En esta historia, el emperador quería fundar una escuela española en su país, con Cervantes como director, donde los chinos aprenderían español leyendo el Quijote. Finalmente, Cervantes dice que la propuesta del "Emperador Celeste" quedó en segundo plano por el generoso apoyo económico que esperaba del conde de Lemos.
Por su parte, Jorge Luis Borges escribió en la primera página de La cifra en 1981: "Como todos los actos del universo, la dedicatoria de un libro es un acto mágico... También cabría definirla como el modo más grato y más sensible de pronunciar un nombre." Este gran escritor argentino, que sentía una especial admiración por este tipo de texto, concluyó en su último libro Los conjurados que la dedicatoria es un "misterio y una entrega de símbolos".
Las dedicatorias en la cultura popular
Como símbolo de agradecimiento y recuerdo, la dedicatoria aparece en muchas formas culturales y en diferentes formatos:
- Entre 1940 y 1970, en la época dorada de la radio, eran muy populares los programas de discos dedicados. Todavía hoy en Uruguay, Radio Monte Carlo tiene un programa diario de este tipo llamado "Aquí está su disco".
- En la música, la dedicatoria a veces está en el título: desde Para Elisa de Beethoven hasta Dedicated to the One I Love, una canción famosa de 1967 del grupo The Mamas & the Papas. También está Dedication, un álbum de Thin Lizzy de 1991, y las muchas canciones que se titulan Canción para....
- En el cine, podemos mencionar: Dedicatoria, un drama español de 1980 dirigido por Jaime Chávarri. Y en Estados Unidos, la película Dedicatoria de 2007, protagonizada por Billy Crudup y Mandy Moore, que fue el debut como director del actor Justin Theroux.
La dedicatoria en la promoción de libros
Cuando se lanza una nueva edición de un libro, a veces se organiza un evento con el autor. Al final de este evento, las personas pueden hacer preguntas, hablar con el autor y comprar copias del libro. Es común que el autor escriba una dedicatoria personalizada o simplemente firme los libros que se venden allí.
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Véase también
En inglés: Dedication (publishing) Facts for Kids