Contestador automático para niños

Un contestador automático es un aparato que responde llamadas telefónicas por sí mismo. Su función principal es grabar los mensajes que dejan las personas que llaman a un número, cuando la persona a la que llaman no puede contestar el teléfono. A diferencia del correo de voz, que es un servicio que funciona desde la central telefónica, un contestador automático se instala en la casa o negocio del usuario, junto a su teléfono o dentro de él. Los primeros contestadores usaban cinta magnética para grabar, pero los más modernos usan memorias digitales.
Hoy en día, también existen los contestadores automáticos que funcionan "en red". Esto significa que el sistema para guardar los mensajes de voz no necesita un aparato físico en casa del cliente. En cambio, está integrado en la red del proveedor de telefonía, y se puede manejar directamente desde el teléfono.
Contenido
¿Cómo funciona un contestador automático?
La mayoría de los contestadores modernos tienen un sistema para dar un saludo. El dueño del contestador puede grabar su propio mensaje para que lo escuchen quienes llamen. También puede usar un mensaje que ya viene grabado de fábrica, que suele estar en varios idiomas.
Los contestadores se pueden programar para que respondan una llamada después de un número específico de timbres. Esto es útil si la persona está esperando una llamada importante y no quiere que el contestador responda a todas las llamadas.
La historia de los contestadores automáticos
La idea de grabar mensajes de voz para el teléfono es bastante antigua.
Los primeros inventos
La historia del contestador automático comenzó a finales del siglo XIX. En 1898, Valdemar Poulsen inventó el primer equipo de grabación de sonido, al que llamó Telegraphone. Este aparato grababa el sonido usando campos magnéticos en un alambre.
En 1935, un inventor alemán llamado Willy Müller patentó un grabador de conversaciones telefónicas. Este se considera el primer paso hacia los contestadores automáticos. El aparato fue útil para personas que, por diversas razones, no podían atender el teléfono en ciertos momentos.
Debido a la Segunda Guerra Mundial, Müller se mudó de Alemania a Suiza. Allí, desarrolló un sistema de contestador mejorado llamado Ipsophon. El Ipsophon fue el primer contestador automático que tuvo éxito en el mercado, vendiendo unas 700 unidades.
Más tarde, a mediados de los años 1950, Müller creó el Alibifón VA 58, el primer contestador automático comercial. Este aparato solo podía dar un mensaje de respuesta, pero se le podía conectar una grabadora externa para guardar los mensajes entrantes.
Willy Müller siguió mejorando los contestadores. Su siguiente invento fue el Alibicord. Este podía enviar mensajes de respuesta y grabar hasta 22 mensajes de 30 segundos cada uno. Usaba cilindros con una capa de plástico magnético para grabar. La empresa Alois Zettler GmbH produjo este invento a principios de los años 1960. En 1963, la misma empresa desarrolló el Albiphonomat, una grabadora de cinta que grababa los mensajes entrantes sin límite de duración.
Avances y la era digital
En 1958, el Dr. Kazuo Hashimoto, un inventor japonés, desarrolló su primer modelo de contestador automático, el Ansa Fone. Sus inventos, patentados en Estados Unidos, son la base de los aparatos que se usan hoy en día.
En la década de 1970, apareció el Alibinota, que reemplazó al Alibiphonomat. Este nuevo modelo tenía funciones adicionales, como permitir escuchar los mensajes entrantes a distancia desde cualquier teléfono o borrarlos.
En 1975, llegaron al mercado los primeros modelos comerciales importados de Estados Unidos, los PhoneMate 4000. Eran aparatos grandes y pesados, que grababan hasta 20 mensajes usando dos cintas K7.
En 1979, Gordon Matthews desarrolló un sistema muy parecido a los contestadores actuales. Luego, en 1983, Hashimoto creó el primer contestador automático digital. Esto hizo que fueran mucho más económicos y populares, vendiéndose un millón de unidades al año en Estados Unidos.
Desde entonces, muchas empresas lanzaron sus propios modelos de contestadores automáticos. Sin embargo, con la llegada de las nuevas tecnologías y los teléfonos inteligentes, los contestadores físicos se volvieron menos comunes. El buzón de voz de los teléfonos móviles, que es un servicio digital, ha tomado su lugar.
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Véase también
En inglés: Answering machine Facts for Kids