Conducto de Havers para niños
El conducto de Havers, también conocido como conducto osteónico o canal de Havers, es un pequeño túnel que se encuentra dentro de nuestros huesos. Estos túneles son muy importantes porque por ellos viajan vasos sanguíneos y nervios. Gracias a ellos, el hueso recibe todo lo que necesita para estar sano y funcionar bien.
Contenido
¿Qué es un Conducto de Havers?
El conducto de Havers es una pequeña cavidad o canal que se forma en el interior de los huesos. Su nombre se debe a Clopton Havers, un médico que los describió por primera vez. Estos conductos son esenciales para la vida del hueso.
¿Dónde se encuentran estos conductos?
Los conductos de Havers no están solos. Son parte de unas estructuras más grandes llamadas osteonas (o Sistema de Havers). Imagina que un hueso es como un edificio con muchas columnas. Cada osteona sería como una de esas columnas. Dentro de cada columna, hay un conducto de Havers en el centro.
¿Cómo están formados?
Una osteona está hecha de varias capas de hueso, como si fueran los anillos de un árbol. Estas capas se llaman laminillas concéntricas y se organizan alrededor del conducto de Havers. Es como si el conducto fuera el centro de una diana, y las laminillas fueran los círculos que lo rodean.
¿Por qué son importantes los Conductos de Havers?
La función principal de estos conductos es llevar vida al hueso. Por dentro de ellos pasan:
- Vasos sanguíneos: Son como pequeñas tuberías que transportan sangre. La sangre lleva oxígeno y nutrientes a las células del hueso. También se lleva los desechos.
- Nervios: Son como cables que transmiten señales. Los nervios permiten que el hueso sienta cosas, como el dolor, y también controlan algunas de sus funciones.
Gracias a los conductos de Havers, el hueso puede crecer, repararse cuando se rompe y mantenerse fuerte y saludable.