Canto mozárabe para niños
El canto hispánico es un tipo de música muy antigua que se usaba en las ceremonias religiosas de la Iglesia en la península ibérica. También se le conoce como canto visigodo o canto mozárabe. Esta música nació en la época de los visigodos y, aunque ha cambiado un poco, todavía se usa hoy en día en algunas celebraciones.
Contenido
Historia del canto hispánico
La historia de esta música está muy ligada a cómo se desarrollaron las ceremonias religiosas a las que acompañaba.
¿Cómo surgió el canto hispánico?
No se sabe mucho sobre cómo empezó y se formó la música hispánica. Lo que sí sabemos es que su origen está relacionado con la llegada del cristianismo a la península ibérica hace muchos siglos. Las regiones de Hispania fueron de las primeras en volverse cristianas en la parte occidental del Imperio romano. Esto fue posible gracias a tres cosas importantes:
- Había mucha gente de origen romano.
- La evangelización (difusión del cristianismo) empezó muy pronto en Hispania.
- Existían comunidades judías antiguas y con mucha historia.
La influencia de la música judía
La forma en que se realizaban las ceremonias judías influyó mucho en las ceremonias cristianas y en su música. Esto se nota, sobre todo, en dos aspectos:
- La salmodia: que es la recitación de los salmos (cantos religiosos).
- La lectio: que es la lectura de la Biblia.
Conexión con otras músicas cristianas
Además de la música judía, otros elementos antiguos (prerromanos y romanos) también influyeron en la formación del canto hispánico. Las distintas músicas religiosas de la antigüedad tenían formas de recitar y organizar los sonidos. Era difícil distinguirlas, especialmente cuando cristianos de diferentes lugares del Imperio romano se encontraban.
Sin embargo, se puede ver que las músicas cristianas de Occidente tenían una base común. Esto se nota en el canto romano-gregoriano, el ambrosiano (de Milán) y el hispánico. Por ejemplo, los responsorios, que eran cantos de salmos de origen judío, se volvieron melodías muy adornadas en estas tres tradiciones. Otro ejemplo es el recitativo, una forma de cantar que en las tres músicas partía de una nota principal.
La consolidación del canto hispánico
Cuando el Reino visigodo de Toledo se estableció en gran parte de Hispania, la Iglesia hispana se hizo más fuerte y especial. Se mantuvo fiel a las tradiciones latinas y luchó contra el arrianismo (otra forma de cristianismo) de los visigodos. El clero católico hispano, que era de origen romano, ayudó a mantener las tradiciones culturales del Imperio.
España fue un lugar donde la cultura se desarrolló mucho en esos tiempos difíciles. Esto se consolidó en el III Concilio de Toledo, cuando el rey Recaredo y sus nobles visigodos se hicieron católicos.
La forma del canto hispánico quedó registrada en las leyes de los concilios y en los escritos religiosos. Se adoptó el sistema musical grecorromano gracias a las obras de pensadores como Boecio y Casiodoro, que se hicieron populares con las Etimologías de san Isidoro de Sevilla. La organización de los cantos se incluyó en los misales (libros de misa), códices litúrgicos y reglas de los monasterios.
En este tiempo, también llegaron influencias de otras músicas cristianas:
- De la música ambrosiana se tomaron los himnos, muchos compuestos por autores españoles.
- De la música romana se incorporaron tradiciones como la Schola (grupo de cantores).
- Las melodías adornadas de origen oriental se multiplicaron por la presencia bizantina en la costa este de la península.
El canto hispánico en la Edad Media
Después de la llegada de los musulmanes a la península ibérica en el año 711, la originalidad de la música hispánica se mantuvo, tanto en las zonas cristianas del norte como en las comunidades cristianas que vivían bajo el dominio musulmán.
Pronto, algunas zonas del norte, como las marcas pirenaicas, empezaron a usar el canto gregoriano en sus iglesias en el siglo IX. Pero en otras regiones cristianas, como Navarra y Asturias, se mantuvo la herencia visigoda como una señal de su identidad. No querían adoptar el rito romano, que estaba asociado al poder de los imperios carolingio y germano.
Aunque la sociedad andalusí (musulmana) permitía a los cristianos participar en su cultura y aprender árabe, los cristianos mantuvieron el latín como su idioma y conservaron intacta su herencia religiosa y musical de la época visigoda. Por eso, la influencia de la música árabe y bereber fue mínima. Sin embargo, sí se puede notar que el canto hispánico influyó en la música de las sociedades andalusíes, especialmente en la época del califato.
La presión sobre los cristianos hizo que muchos se mudaran al norte. Este movimiento de población y la creación de nuevos asentamientos mozárabes (cristianos que venían de zonas musulmanas) en territorio cristiano crearon dos tradiciones musicales y religiosas que evolucionaron de forma diferente:
- La tradición toledana: más conservadora, en territorio musulmán.
- La tradición castellano-leonesa: con centros importantes en monasterios como Frómista, Silos y Sahagún, y en catedrales como León, Oviedo, Pamplona y Burgos.
El declive del canto hispánico
A mediados del siglo XI, el rito hispánico empezó a ser reemplazado por el rito romano. El rey Alfonso VI de Castilla convocó un concilio en Burgos en 1080 y declaró oficialmente que la música hispánica sería sustituida por la romana.
Sin embargo, cuando Toledo fue reconquistada en 1085, se hizo una excepción: seis parroquias de Toledo obtuvieron permiso para mantener la antigua música. A partir de entonces, el canto hispánico solo se mantuvo en las comunidades cristianas bajo dominio musulmán (los mozárabes), aunque fue decayendo poco a poco.
La reforma del Cardenal Cisneros
A finales del siglo XV, el Cardenal Cisneros, arzobispo de Toledo, con el apoyo de la reina Isabel la Católica, quiso recuperar y conservar el antiguo canto hispánico. En 1495, creó una capilla en la Catedral de Toledo, la del Corpus Christi, para que se siguiera usando esta música.
También hizo un gran trabajo de recopilación y organización. Como cada parroquia celebraba la misa de forma diferente y la tradición oral se estaba perdiendo, reunió muchos libros antiguos de todo el reino. Mandó reconstruir los textos y estudiar los recursos religiosos, lo que llevó a la impresión de un nuevo misal y un breviario. En estos libros, las melodías que aún se conservaban se escribieron con la notación cuadrada (un sistema musical). Los textos antiguos permitieron reconstruir la liturgia de la época visigoda, pero no se pudo hacer lo mismo con la música.
Se conservan manuscritos de los siglos IX al XI con casi todo el canto hispánico, pero están escritos con una notación (neumática) que no indica los intervalos de las notas, por lo que no se pueden leer. Solo 21 de los muchos cantos se pueden leer, porque fueron escritos con una notación diferente en un manuscrito del siglo XII. Por eso, las melodías restauradas por el Cardenal Cisneros no son del todo auténticas, excepto algunos recitativos que se conservaron de forma oral.
La reforma de González Martín
En 1992, se publicó el primer volumen del Misal Hispano-Mozárabe. Fue el resultado de un gran trabajo de investigación y restauración de los ritos antiguos. Este trabajo fue encargado por el cardenal de Toledo, Marcelo González Martín, y duró más de nueve años. La renovación musical fue muy amplia, y muchos textos que se habían olvidado o reducido en la reforma de Cisneros recuperaron su importancia.
Además, para que este rito no desapareciera, el papa Juan Pablo II permitió que la música hispánica se usara en todos los lugares de España que lo necesitaran. Así, se volvieron a abrir capillas mozárabes en la catedral de Córdoba, y se han celebrado misas con este antiguo rito en Madrid, Sevilla e incluso en Roma, en la Basílica de San Pedro.
¿Cómo es la música hispánica?
El canto hispánico es una música monódica, lo que significa que tiene una sola melodía. Es de tipo diatónico y tiene un ritmo libre.
- Es canto porque es música principalmente vocal, es decir, se canta. Los instrumentos pueden acompañar, pero no tocan la melodía principal. Los instrumentos que se usaban se mencionan en el Salmo 150, como trompetas, salterios, cítaras, tambores, instrumentos de cuerda y órganos. También podemos ver cómo eran en las miniaturas de los libros antiguos y en las esculturas románicas.
- Es monódico porque se desarrolla en una sola línea de melodía. Aunque, como otros cantos religiosos, se puede interpretar con otras voces que cantan en paralelo a diferentes alturas.
- Es diatónico porque no usa cromatismos (notas que no pertenecen a la escala principal). Se construye con escalas formadas por tonos y semitonos, como las notas mi-fa y si-do'.
- Es de ritmo libre porque, a diferencia de la música moderna, no tiene un compás fijo ni una sucesión matemática de tiempos fuertes y débiles. En el canto hispánico, el ritmo se forma por un inicio (llamado arsis) seguido de un reposo final (llamado thesis). Esto significa que la duración de las notas puede variar, creando una sucesión de tiempos binarios y ternarios.
Además, como otros sistemas musicales diatónicos, tiene una estructura modal, que viene de la música griega y latina.
Tipos de cantos hispánicos
En las ceremonias religiosas, los tipos de cantos dependen del texto, la situación y el contenido de las palabras en los diferentes momentos de la Misa o del rezo.
Algunas de las formas musicales que se pueden encontrar son:
- Ad accedentes
- Ad pacem
- Ad Sanctus
- Agios
- Alleluia
- Alleluiaticum
- Apostolus
- Benedictiones
- Clamores
- Credo
- Doxología
- Evangelium
- Gloria in excelsis
- Graecum
- Himno
- Laudes
- Lectio
- Missa
- Oratio admonitionis
- Pater Noster
- Preces
- Prelegendum
- Psallendum
- Repletum o Refecti
- Responsorium
- Sacrificium
- Salmo
- Sancta Sanctis
- Sanctus
- Sono
- Threni
- Versus
En cuanto a su estructura musical, podemos distinguir cinco grupos principales, que son comunes a casi todas las tradiciones cristianas:
- La salmodia: cantos de salmos.
- Los himnos: poemas cantados.
- Las lectiones: lecturas cantadas.
- Los responsorios: cantos que responden a una lectura o salmo.
- Las Letanías.
- Los responsorios breves.
- Las antífonas: cantos cortos que se cantan antes y después de los salmos.
- Los Alleluias.
- Los cantos melismáticos o tropos: melodías muy adornadas, a menudo sobre partes fijas de la Misa (como el Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus, Agnus Dei).
¿Cómo se escribía esta música?
Cuando el uso de la música hispánica empezó a desaparecer en el siglo XI, las melodías se escribían con una notación llamada neumática. Esta notación visigótica estaba relacionada con la forma de escribir de la época en Hispania, la letra visigótica. No se benefició de los avances en la escritura musical que introdujo Guido D'Arezzo. Por eso, su lectura era principalmente para recordar la melodía, y hoy en día es muy difícil de interpretar.
Algunos libros antiguos combinan esta notación con la aquitana, lo que ayuda a entender algunas melodías. Sin embargo, la forma de escribir variaba mucho entre los copistas y las diferentes escuelas, lo que hace que sea casi imposible de descifrar.
Gracias a la reforma del Cardenal Cisneros, conocemos la mayoría de las melodías hispánicas, ya que fueron transcritas a la notación gregoriana en el siglo XV.
Fuentes de información
La música de la liturgia hispánica nos ha llegado a través de una importante colección de manuscritos. Todos ellos son posteriores a la llegada de los árabes, pero recogen una tradición oral que ya era antigua en los escritos de la época visigoda. Por ejemplo, la explicación que san Isidoro de Sevilla hace de la liturgia en su obra De ecclesiasticis officiis coincide con lo que aparece en estos manuscritos.
Estos manuscritos pertenecen a dos tradiciones diferentes, que se desarrollaron de forma distinta:
- Tradición A: se desarrolló en el norte de la península, también conocida como castellano-leonesa.
- Tradición B: se desarrolló en el sur de la península, también conocida como toledana o mozárabe, pero probablemente se originó en Sevilla. Después de que los mozárabes emigraran al norte, dio origen a la tradición riojana.
Las características de la escritura y la procedencia de los manuscritos permiten saber a qué tradición pertenece cada documento. Sin embargo, su fecha exacta es difícil de determinar, ya que la cronología que aparece en ellos no siempre coincide con otros indicios.
La forma más sencilla de clasificar los manuscritos es por su contenido religioso. Aunque muchos son muy variados y no siempre siguen una estructura básica, es el sistema más usado. Según Ismael Fernández de la Cuesta, los manuscritos con notación musical que se conservan son los siguientes:
Libros de la Biblia
Contienen textos de la Biblia y se usaban para las lecturas de las ceremonias. Los pasajes que más a menudo tenían música eran las Lamentaciones de Jeremías.
- Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Ms. 31, siglos IX-X.
- Burgos, Archivo Capitular, Expusición-vitrina 3, siglo X. Del monasterio de Cardeña. Con notación visigótica.
- Silos, Archivo del Monasterio, s/n. Fragmentos de la Biblia del monasterio de Oña.
Liber commicus
Es el libro de las lecturas para las ceremonias religiosas y la Misa. Era el libro del lector.
- Autun, Biblioteca Municipal, 27 (s. 29), siglo VII.
- París, Biblioteca Nacional, Lat. 2269, siglos VIII-IX.
- Toledo, Biblioteca Capitular, ms. 35.8, siglo IX u XI.
- París, Biblioteca Nacional, Nouv. Acq. Lat. 2171, terminado en 1067. Del monasterio de Silos.
- León, Archivo Capitular, 2, siglo IX.
- Madrid, Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Aemil. 22, año 1073. Del monasterio de San Millán de la Cogolla.
Liber psalmarius et canticorum
Es una colección del libro de los Salmos, a la que se añaden otros cánticos del Antiguo Testamento. Suelen incluir las antífonas que se cantan antes de los salmos y cánticos.
- San Lorenzo de El Escorial, Biblioteca del Monasterio, a III 5, siglo X.
- Madrid, Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Aemil. 64 bis y 64 ter, siglo X. Del monasterio de San Millán de la Cogolla.
- Hacinas, Archivo Municipal, s/n, siglo IX. Del monasterio de Silos.
Liber hymnorum
Contienen poemas no bíblicos que se usaban en las ceremonias. Según san Isidoro, fueron introducidos por san Hilario de Poitiers y popularizados por san Ambrosio de Milán. De la música ambrosiana pasaron a la hispánica.
- Madrid, Biblioteca Nacional, ms. 10.001, siglo XI. De Toledo y con notación visigótica.
- Londres, British Library, ms. add. 30.851, siglo XI. Del monasterio de Silos y con notación visigótica.
Liber psalmographus
Contenía oraciones relacionadas con los salmos y sus antífonas. No se conserva ningún ejemplar.
Manuale
Es el libro del sacerdote que celebraba la misa. Contenía las partes fijas de la Misa, que en el rito hispánico eran muy variadas. Solo queda un ejemplar.
- Toledo, Biblioteca Capitular, 35.3, siglo XI o XIII.
Antiphonarium
Es el libro del cantor y contiene, además de las antífonas, todas las piezas cantadas en la liturgia.
- León, Archivo Catedralicio, n.º 8, siglo X. Tradición B, es el único que se conserva completo. Contiene todos los cantos de la Misa y de las ceremonias diarias, el calendario religioso y todas sus fiestas. Es el libro musical más importante de la liturgia hispánica y se conoce como Antifonario de León.
- Zaragoza, Facultad de Derecho, conocido como Libro de San Voto, siglo X. Del monasterio de San Juan de la Peña.
- París, Biblioteca Nacional, Nouv. Acq. Lat. 2199, siglo X. Del monasterio de Silos, tradición A y con notación visigótica.
- Madrid, Biblioteca Nacional, ms. 11.556, siglo XI. Del monasterio de San Zoilo de Carrión, tradición B y con notación visigótica.
Liber orationum
Incluía las oraciones de las ceremonias importantes de la catedral.
- Verona, Biblioteca Capitular, ms. 89, año 731. De Tarragona.
- Londres, British Library, ms. add. 30.852, siglo XI. Del monasterio de Silos, tradición A y con notación visigótica.
Liber sermorum
Contienen sermones de los antiguos líderes religiosos visigodos, para leer como homilías después de la lectura del Evangelio. No tienen música.
- Londres, British Library, ms. add. 30.853, siglo XI. Del monasterio de Silos, tradición A.
Liber ordinum
Incluía las oraciones completas de las ceremonias religiosas y de los ritos sacramentales. Hay dos tipos: episcopalis o maior (para obispos) y sacerdotalis o minor (para sacerdotes).
- Silos, Archivo del Monasterio, ms. 4, año 1052. Tradición A, notación visigótica y aquitana (folio 144). Es un Liber ordinum maior.
- Silos, Archivo del Monasterio, ms. 3, año 1039. Tradición A, notación visigótica. Es un Liber ordinum minor.
- Madrid, Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Aemil. 56, siglo X. Del monasterio de San Millán de la Cogolla, tradición A y notación visigótica y aquitana. Es un Liber ordinum minor.
Liber horarum
Contenía las ceremonias completas de la vida monástica.
- Silos, Archivo del Monasterio, ms. 7, siglo XI. Tradición A, notación visigótica. Es el único que se conserva completo.
- Santiago de Compostela, Biblioteca Universitaria, res. 5, año 1058. Conocido como Libro de las Horas de Fernando I, tradición B y notación visigótica.
- Salamanca, Biblioteca Universitaria, ms. 2668, año 1059. De León, tradición B y notación visigótica.
- Londres, British Library, ms. add. 30.851, siglo XI. Del monasterio de Silos, tradición A y con notación visigótica.
- Toledo, Biblioteca Capitular, ms. 33.3, siglo XII o XIII. Tradición B y notación visigótica.
Liber precum
Incluye las oraciones de la Misa, oraciones en forma de letanía y de arrepentimiento. No se conserva ninguno independiente, sino incluidos en otros manuscritos.
- Londres, British Library, ms. add. 30.845, siglo XI. Forma parte de un Liber misticus.
- Toledo, Biblioteca Capitular, ms. 35.5. Forma parte de un Liber misticus.
Liber mixtus o misticus
Recopilan en un solo libro formularios de los libros ya mencionados, y están encuadernados en tomos.
- Londres, British Library, ms. add. 30.844, siglo X. Del monasterio de Silos, tradición A y con notación visigótica.
- Londres, British Library, ms. add. 30.845, siglo X. Del monasterio de Silos, tradición A y con notación visigótica.
- Londres, British Library, ms. add. 30.846, siglo XI. Del monasterio de Silos, tradición A y con notación visigótica.
- Silos, Archivo del Monasterio, ms. 6, siglo XI. Tradición A y, al final, B, notación visigótica. Es conocido como el Breviarium Gothicum.
- Toledo, Biblioteca Capitular, ms. 35.5, siglo XIII, tradición A y con notación visigótica. En este manuscrito se basó la reforma de Cisneros.
- Toledo, Biblioteca Capitular, ms. 35.6, siglos X-XI, tradición B y con notación visigótica.
- Toledo, Biblioteca Capitular, ms. 35.7, siglos XI-XII, tradición A y con notación visigótica.
- Madrid, Biblioteca Nacional, ms. 10.110, siglo XI o XII-XIII. De la catedral de Toledo, tradición B y notación visigótica.
- Madrid, Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Aemil. 30, siglo X. Del monasterio de San Millán de la Cogolla, tradición A y notación visigótica.
Además de estos libros, existen muchos fragmentos dispersos en catedrales y monasterios de España, y en bibliotecas de Madrid, París, Londres, Roma y Washington.
Véase también
En inglés: Mozarabic chant Facts for Kids
- Liturgia hispánica
- Hispania visigoda
- Mozárabe
- Canto ambrosiano
- Canto beneventano
- Canto galicano
- Canto romano antiguo
- Canto gregoriano