Apelar a las emociones para niños
En lógica, apelar a las emociones es una forma de intentar convencer a alguien usando sus sentimientos, en lugar de presentar razones o pruebas válidas. Es como si alguien intentara ganar una discusión haciendo que te sientas triste, enojado o feliz, en vez de mostrarte por qué su idea es la correcta. Esto ocurre cuando las emociones de una persona influyen demasiado en cómo piensa.
Esta forma de argumentar puede ser un truco para desviar la atención de los hechos. Incluye varios tipos de argumentos que buscan manipular los sentimientos:
- Apelar a las consecuencias: Se intenta que aceptes o rechaces una idea basándose en las consecuencias, buenas o malas, que podría tener, sin importar si la idea es lógica.
- Apelar al miedo: Se busca asustar a la persona para que acepte una idea.
- Apelar al halago: Se intenta convencer a alguien elogiándolo, para que se sienta bien y acepte la idea.
- Apelar a la compasión: Se busca generar lástima o pena para que se acepte una idea.
- Apelar al ridículo: Se intenta hacer que una idea parezca tonta o graciosa para que nadie la tome en serio.
- Apelar a hacerse la víctima: Se busca que la persona se sienta mal por quien habla, para que acepte su punto de vista. A veces, esto se mezcla con ataques personales.
- Apelar a la culpa: Se intenta hacer que alguien se sienta culpable para que acepte una idea.
- Pensamiento ilusorio: Se cree que algo es verdad solo porque se desea que sea verdad.
Contenido
Ejemplos de apelación a las emociones
¿Cómo se usa la apelación a las emociones?
Un ejemplo común es la frase "Piensa en los niños". Este argumento se ha usado mucho para convencer a la gente en diferentes situaciones. Consiste en pedir que se considere el futuro o el bienestar de los niños para apoyar una idea. También se usa la frase "es por los niños" con el mismo fin.
Véase también
- Argumento ad hominem
- Apelar al miedo
Galería de imágenes
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Argumentum ad passiones.png
Una imagen que representa la apelación a las emociones.