Ama de casa para niños
Los términos ama de casa o dueña de casa se refieren a la persona que se encarga principalmente de las tareas del hogar. Esto incluye cuidar a los hijos, limpiar la casa, preparar la comida, comprar lo necesario y organizar el dinero de la familia. También puede ser un amo de casa o dueño de casa si es un hombre quien realiza estas labores.
Este trabajo se hace sin recibir un salario fijo. En la mayoría de los casos, tradicionalmente, esta función la ha ocupado la mujer en las familias.
Cuando estas tareas las realiza una persona contratada y pagada, se le llama trabajador doméstico.
Contenido
El valor del trabajo en casa
Algunos expertos en economía señalan que el trabajo de las amas de casa es muy importante, pero a menudo no se cuenta en las estadísticas económicas de un país. Por ejemplo, no se incluye en el Producto Interno Bruto (PIB). Las personas que se dedican al hogar trabajan muchas horas a la semana sin recibir un sueldo por ello.
Roles en sociedades antiguas
Durante miles de años, los hombres solían ser los que conseguían el alimento o el dinero para la familia. Su trabajo era cazar, cultivar o ganar dinero. Las mujeres, por su parte, se encargaban de cuidar a los niños, cocinar, limpiar la casa y hacer o arreglar la ropa.
En sociedades de cazadores y recolectores
En grupos como los aborígenes australianos, los hombres cazaban animales para obtener carne. Las mujeres recolectaban otros alimentos, como granos, frutas y verduras. Una razón para esto es que es más fácil recoger frutas mientras se cuida a un bebé que cazar un animal. Incluso con viviendas sencillas, hombres y mujeres tenían tareas diferentes.
En sociedades rurales
En las zonas rurales, donde la agricultura es el trabajo principal, las mujeres también cuidaban los campos y los animales cerca de la casa. Además, ayudaban a los hombres con trabajos más pesados cuando se necesitaba hacer algo rápido, sobre todo en ciertas épocas del año.
Algunos ejemplos de trabajos que una ama de casa tradicional hacía en el campo son:
- Recoger fruta cuando estaba lista para vender.
- Plantar arroz.
- Cosechar y apilar granos.
- Cortar heno.
La importancia del tiempo con los hijos
El tiempo que los hijos pasan con sus madres es muy importante para su crecimiento. No se trata solo de estar juntos, sino de compartir momentos especiales con atención y cariño. Cuando las madres dedican tiempo a sus hijos, estos se sienten queridos y valorados, lo cual es clave para su autoestima.
Este tiempo ayuda a los hijos a confiar en sí mismos y en los demás. Al ver que sus madres están presentes y los escuchan, aprenden a expresar sus ideas y sentimientos. Esto es fundamental para tener buenas relaciones en el futuro.
Además, las actividades compartidas, como jugar o conversar, enseñan a los niños a comunicarse mejor y a resolver problemas. Aprenden a ser empáticos y a respetar a los demás. Las madres son un ejemplo, mostrando cómo tratar a las personas con amabilidad.
El tiempo de calidad también estimula la creatividad y la curiosidad. Al hacer manualidades o jugar al aire libre, las madres ayudan a sus hijos a usar su imaginación. Esto hace que aprender sea más divertido y les permite explorar nuevas ideas.
Finalmente, pasar tiempo juntos fortalece el lazo emocional entre madres e hijos. Esta conexión es vital para que los niños se sientan seguros y apoyados mientras crecen. Un buen lazo les da una base sólida para construir su personalidad y enfrentar el mundo con confianza.
¿Qué es el síndrome de agotamiento?
El síndrome de agotamiento, también conocido como "burnout", es un problema que puede afectar a las personas que se dedican al hogar. Aunque se suele pensar que solo ocurre en trabajos de oficina, las amas de casa también pueden sentir una gran carga emocional y física. El trabajo en casa puede ser muy cansado y, si no se cuida la salud mental, puede llevar a sentirse abrumado y sin energía.
Una de las razones del agotamiento en las amas de casa es la falta de reconocimiento. A menudo, su trabajo no se valora lo suficiente, lo que puede hacer que se sientan solas y sin ganas. Pasan horas cuidando la casa y la familia, pero pueden sentir que nadie aprecia su esfuerzo. Esto puede afectar su autoestima y su ánimo.
Además, las amas de casa suelen tener muchas responsabilidades. Desde cocinar y limpiar hasta ayudar con las tareas escolares y cuidar a los niños, la lista de cosas por hacer nunca termina. Esta gran cantidad de tareas puede causar estrés constante, lo que lleva al cansancio emocional. Si no hay tiempo para descansar o cuidarse, es fácil caer en un ciclo de fatiga y preocupación.
El agotamiento también puede afectar la salud física. Las personas que lo sufren pueden tener dolores de cabeza, problemas para dormir o problemas digestivos. La falta de energía puede hacer que descuiden su bienestar, lo que a su vez afecta su salud mental. Es importante que busquen formas de relajarse y cuidarse.
Es muy importante que las personas que se sienten así hablen de sus sentimientos y busquen apoyo. Compartir sus experiencias con amigos o familiares puede ayudarles a sentirse comprendidas. También pueden buscar actividades que les gusten o dedicar tiempo a sí mismas. Reconocer el agotamiento y tomar medidas para cuidarse es clave para mejorar su bienestar.
El rol en las ciudades
En las ciudades, la mayoría de la gente vive en pueblos y grandes urbes. Desde hace mucho tiempo, en las sociedades urbanas, los hombres solían tener trabajos por los que ganaban dinero. Trabajaban en talleres, bancos, tiendas y otras empresas, así como en lugares públicos. Ser "ama de casa" se veía como el trabajo de una mujer.
Sin embargo, la realidad era a menudo diferente. Si una familia tenía un negocio, no solo el esposo, sino también la esposa trabajaba para ganar dinero en ese negocio. Esto ha ocurrido desde hace mucho tiempo.
En todas las sociedades, hay mujeres que no se casan. Ellas podían quedarse en casa y hacer las tareas domésticas para otros familiares, o podían trabajar fuera del hogar. En muchas sociedades urbanas, había pocos trabajos que las mujeres pudieran hacer. Hoy en día, todavía existen algunas ideas sobre qué trabajos deben hacer las mujeres.
La evolución del rol en la sociedad actual
En el siglo XIX, en los países con muchas fábricas, más y más mujeres empezaron a trabajar fuera de casa, haciendo trabajos que antes eran solo de hombres. En esa época, se crearon muchas fábricas grandes, primero en Inglaterra y luego en otros países de Europa y en Estados Unidos. Miles de mujeres jóvenes comenzaron a trabajar en estas fábricas.
Otras mujeres, como Florence Nightingale, decidieron ir en contra de lo que se esperaba de ellas y realizaron trabajos difíciles y pagados, incluso si eran ricas y no necesitaban el dinero. En la mayoría de las familias con esposo y esposa, la costumbre era que el esposo ganara dinero y la esposa fuera "ama de casa". Muchas mujeres se sentían muy orgullosas de ser buenas amas de casa y de cuidar bien su hogar y a sus hijos.
Impacto de las guerras mundiales
En el siglo XX, las dos guerras mundiales (la Primera Guerra Mundial, de 1914 a 1918, y la Segunda Guerra Mundial, de 1939 a 1945) fueron peleadas por hombres de muchos países. Mientras los hombres estaban en la guerra, sus esposas empezaron a trabajar para mantener los países funcionando. Las mujeres, que también eran amas de casa, trabajaban en fábricas, empresas y granjas.
Al terminar las guerras, muchos hombres habían fallecido o regresado con heridas. Algunos pudieron volver a sus trabajos anteriores, pero las guerras también les habían enseñado nuevas habilidades, lo que les ayudó a encontrar otros empleos. Como resultado, las mujeres continuaron haciendo muchos de los trabajos que habían empezado durante las guerras.
Cambios en el siglo XX y XXI
Para la década de 1960 en los países occidentales, era más común que una mujer trabajara y tuviera una "carrera" hasta que se casara. Después de casarse, se esperaba que dejara de trabajar y se dedicara a ser "ama de casa". Algunos trabajos, como la enseñanza, eran solo para mujeres solteras.
En la década de 1970, muchas mujeres occidentales pensaron que esto no era justo y que las mujeres deberían poder hacer cualquier trabajo que fueran capaces de realizar, sin importar si estaban casadas o no. En ese momento, las mujeres también estaban estudiando más. Gracias a su mejor educación, algunas mujeres podían ganar más dinero que sus esposos, lo que llevó a que, en algunos casos, el esposo se quedara en casa a cuidar a los hijos pequeños. Sin embargo, esto no era muy común.
A finales del siglo XX, se hizo más difícil para una familia vivir con un solo salario. Por eso, muchas mujeres tuvieron que volver a trabajar después de tener hijos, aunque a menudo seguían encargándose de las tareas del hogar. Cada vez es más común que tanto el esposo como la esposa trabajen por un salario y compartan las tareas de la casa y el cuidado de los niños.
En otras familias, todavía existe la idea tradicional de que el trabajo doméstico es solo de la mujer. Así, cuando la pareja llega a casa del trabajo, solo la mujer se encarga de las tareas del hogar, mientras el hombre descansa. En 2019, casi el 75% de las personas que se dedicaban al hogar eran mujeres y cerca del 25% eran hombres.
Según algunos datos de España de 1991, a lo largo del siglo XX, más del 80% de las mujeres eran consideradas amas de casa. Entre 1987 y 1991, este porcentaje bajó a casi el 70% porque más mujeres empezaron a trabajar fuera de casa.
Recientemente, en España, el Instituto Nacional de Estadística (INE) cambió la forma en que considera a las amas de casa en su Encuesta de Población Activa (EPA). Ahora las clasifica dentro de la "población económicamente inactiva", junto con otros grupos.
Esto es diferente de lo que estima María Ángeles Durán, una importante socióloga, quien calcula que el trabajo que realizan las amas de casa podría representar el 50% del Producto Interno Bruto (PIB) de un país.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Homemaker Facts for Kids
- Día Internacional del Trabajo Doméstico
- Familia
- Robot doméstico
- Tareaje doméstico
- Trabajador doméstico
- Trabajo productivo
- Trabajo reproductivo