Pedro Vélez de Guevara para niños
Pedro Vélez de Guevara (nacido en Toledo entre 1529 y 1530, fallecido en Sevilla en 1591) fue un pensador, experto en leyes y estudioso muy importante en la cultura de Sevilla durante la segunda mitad del siglo XVI. Aunque escribió la mayor parte de sus trabajos en latín y su labor se desarrolló a menudo sin mucha publicidad, su figura ha sido poco recordada.
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¿Quién fue Pedro Vélez de Guevara?
Pedro Vélez de Guevara nació en Toledo entre los años 1529 y 1530. Su padre, Hernando de Guevara, fue una persona influyente en el Consejo Real durante el reinado de Carlos V. Su tío, Antonio de Guevara, era un fraile franciscano muy conocido, obispo y predicador del emperador. Antonio de Guevara fue un escritor famoso en su época, autor de libros muy populares como Menosprecio de corte y alabanza de aldea.
Sus primeros años y estudios
Gracias a la influencia de su padre y su tío en la Corte, Pedro Vélez de Guevara fue nombrado Prior de las Ermitas del arzobispado de Sevilla en 1546. Este cargo lo unió a la ciudad de Sevilla por el resto de su vida. Al principio, estudió en la Universidad de Alcalá y luego se dedicó a estudiar Derecho en la Universidad de Salamanca.
En los años 1565 y 1566, trabajó como secretario en el Concilio Compostelano. Este concilio se celebró en Salamanca para aplicar las decisiones del Concilio de Trento al gobierno de la archidiócesis.
Su carrera en la Iglesia
En 1568, el arzobispo de Sevilla, Fernando de Valdés, quien era su protector, lo nombró provisor de la archidiócesis. Esto significaba que Vélez de Guevara lo sustituía cuando el arzobispo estaba ausente. Así, se convirtió en una de las personas más poderosas e influyentes de la Iglesia en Sevilla. En 1570, fortaleció su posición al obtener el cargo de canónigo doctoral, que mantuvo hasta su muerte.
Durante el tiempo en que Cristóbal de Rojas y Sandoval fue arzobispo (1572-1580), hubo tensiones entre el arzobispo y el Cabildo (el grupo de canónigos). Estas tensiones surgieron por la aplicación de las normas del Concilio de Trento, que eliminaban muchos privilegios de los canónigos. Vélez de Guevara actuó como mediador en estos conflictos, a veces apoyando a los canónigos.
Aspiraciones y desafíos
Pedro Vélez de Guevara, al venir de una familia importante, tener una excelente educación y buenas relaciones, tenía un futuro prometedor más allá de Sevilla. Sin embargo, algunas de sus aspiraciones no se cumplieron. No consiguió un puesto en la Corte alrededor de 1577, a pesar del apoyo de su amigo Benito Arias Montano. Tampoco logró ser obispo de Mondoñedo en 1581, ni el cargo de "maestro de su Alteza".
La razón de esto fue el origen de su familia materna, que era de conversos (personas que se habían convertido al cristianismo). Cada vez que su nombre se consideraba para un ascenso, se recordaba este detalle. El propio arzobispo de Sevilla, Rodrigo de Castro, informó de esto a la Corte en 1582.
Su vida personal y legado
Pedro Vélez de Guevara tuvo un hijo, a quien reconoció y educó con mucho cuidado. Falleció el 17 de enero de 1591. Su tumba, que estaba en la Capilla de la Antigua de la Catedral de Sevilla, ya no existe. Sin embargo, la inscripción de su tumba se conservó porque fue copiada por otra persona. Se cree que el autor de esta inscripción fue su gran amigo Francisco Pacheco, quien describió a Vélez de Guevara como una persona culta, piadosa, amable, alegre y con buen humor.
El único poema de Vélez de Guevara que se conserva se llama "Saturnales". Es una carta en verso dirigida al poeta Fernando de Herrera, donde le da consejos para vivir bien. El poema combina dos ideas: una es disfrutar de los placeres de la vida y evitar lo que nos aleja de ellos; la otra es mantener la mente tranquila y protegida de emociones fuertes como el miedo o la esperanza.
Sus amistades importantes
Pedro Vélez de Guevara tuvo una gran red de amigos, que se pueden clasificar en varios grupos. En Sevilla, sus amigos incluían al experto en la Biblia Benito Arias Montano, quien le dedicó un poema. También estaba el canónigo Luciano de Negrón, con quien colaboró en el gobierno de la archidiócesis. Otro amigo fue Francisco Pacheco, quien le dedicó dos de sus sermones. Y el poeta Fernando de Herrera, a quien le escribió el poema "Saturnales".
Otras amistades se remontan a su época en Salamanca, como el experto en la Biblia Juan del Caño. También se esforzó por mantener la amistad con varios religiosos que llegaron a ser importantes líderes de la Iglesia, como Juan de Ribera y Bernardo de Rojas Sandoval.
Otro grupo de amigos eran importantes estudiosos que vivían en Roma, como Pedro Chacón y Gonzalo Ponce de León. La importancia de Vélez de Guevara para la cultura de Sevilla radica en su capacidad para conectar a los pensadores de esta ciudad con los de otros lugares como Salamanca o Roma. Toda esta información se encuentra en su colección de cartas, llamada Epistolario.
Sus obras escritas
Pedro Vélez de Guevara escribió varias obras, la mayoría en latín, que muestran su conocimiento en filosofía, derecho y literatura.
- Selectae sententiae (Sentencias selectas; ¿Salamanca?, 1557). Escrita en latín, es un comentario sobre seis ideas de la filosofía estoica, adaptándolas a un contexto cristiano.
- Ad legem primam Digestorum libri VI. Eiusdem Ad titulum de officio praesidis commentarii. De diffinitione doli mali, liber singularis (Salamanca, 1569). También en latín, es una publicación de tres tratados sobre leyes.
- Marci Tullii Ciceronis, ‘Topica’, Petri Velleii Gueuarae notis explicata (Los tópicos de Marco Tulio Cicerón explicados con las anotaciones de Pedro Vélez de Guevara; Sevilla, 1573). Es un comentario en latín sobre una obra de Cicerón, pensado para estudiantes, que trata sobre los argumentos en los discursos legales.
- Coena Romana. Es una versión en español de un libro de su amigo Pedro Chacón sobre la comida en la antigua Roma. Aunque el título es en latín, está escrito en español y se conserva una copia manuscrita.
- Saturnales. Como se mencionó antes, es un poema de ochenta versos dirigido a Fernando de Herrera, con consejos para vivir felizmente. Se conservan dos copias manuscritas de este poema.
- Epistolario. Es una colección de cincuenta y ocho cartas (cincuenta escritas por Vélez y el resto dirigidas a él), todas en latín, escritas entre 1566 y 1590. Hay cartas oficiales (a papas e instituciones de la Iglesia) y privadas. Estas cartas son muy valiosas porque muestran las diferentes facetas de un pensador de su época: cómo buscaba apoyo de personas poderosas, su esfuerzo por destacar en el mundo de las letras, su vida diaria en el círculo de pensadores de Sevilla y cómo protegía a estudiantes prometedores, dándoles consejos importantes.
También se sabe de dos obras que se han perdido:
- Buena Monja, sobre la instrucción o la institución de la virgen consagrada a Dios. Se menciona que fue publicada en Sevilla en 1587.
- Una traducción al español de un tratado sobre el buen gobierno. De esta obra solo se conserva el permiso para su publicación, fechado en 1590.