Monasterio cisterciense de la Inmaculada Concepción (Córdoba) para niños
Datos para niños Monasterio cisterciense de la Inmaculada Concepción |
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Localización | ||
País | ![]() |
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Comunidad | ![]() |
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Localidad | Córdoba | |
Coordenadas | 37°53′10″N 4°46′36″O / 37.88613208, -4.776636139 | |
Datos arquitectónicos | ||
Estilo | arquitectura barroca | |
El Monasterio Cisterciense de la Inmaculada Concepción, también conocido como el Monasterio del Císter, es un convento católico situado en la ciudad de Córdoba, España.
Contenido
Historia y Arquitectura del Monasterio
Este importante edificio se encuentra en la calle Carbonell y Morand de Córdoba. Fue fundado en el año 1725 y pertenece a la orden benedictina, estando dedicado a la Inmaculada Concepción.
¿Cómo es la Iglesia del Monasterio?
La iglesia del monasterio tiene un estilo barroco, lo que significa que está muy decorada con detalles elaborados. Su diseño interior es de una sola nave (un pasillo central) con un crucero (una parte que cruza la nave principal, formando una cruz).
La fachada, que es la parte delantera del edificio, está hecha de piedra y tiene dos niveles. El nivel superior termina en un frontón curvo y cuenta con un espacio especial (hornacina) donde se encuentra una imagen de la Inmaculada. Dentro de la iglesia, destaca un altar mayor de madera tallada y dorada, creado en el siglo XVIII. En la parte superior de este altar, hay una pintura de la Virgen de la Concepción.
Orígenes de la Comunidad Monástica
En el siglo XVII, muchas fundaciones de monasterios, especialmente para mujeres, tenían varios propósitos. Buscaban aumentar la devoción religiosa y asegurar un lugar estable para las mujeres de las familias.
La creación del Monasterio del Císter en Córdoba se debe a estas razones de la época y a la visión de su fundador, Don Luis Fernández de Córdoba. Él era hijo del señor de Guadalcázar y también sacerdote, al igual que sus hermanos Fadrique y Andrés.
El Papel de Don Luis Fernández de Córdoba
Don Luis Fernández de Córdoba se convirtió en deán (un cargo importante) de la catedral de Córdoba en febrero de 1583. Él ya tenía experiencia con movimientos de reforma religiosa. Junto a su hermano Fadrique, consiguió los permisos para fundar un convento en su pueblo, Guadalcázar.
Como deán, Don Luis recibió encargos importantes de la Santa Sede (la autoridad central de la Iglesia Católica). En 1597, le pidieron visitar varios monasterios cistercienses. Esta experiencia le dio la idea de fundar un monasterio de monjas cistercienses en su pueblo natal, Guadalcázar.
El 1 de diciembre de 1620, se solicitó oficialmente el permiso para fundar este convento en Guadalcázar. En 1621, Don Francisco de Córdoba, Duque de Cesa, pidió a Don Luis Fernández de Córdoba, que era Obispo de Málaga en ese momento, que enviara cinco monjas para iniciar un monasterio cisterciense en Guadalcázar.
Don Luis Fernández de Córdoba fue elegido Arzobispo de Sevilla, pero falleció antes de que la fundación se completara. Por ello, y por otras circunstancias, la apertura del monasterio se retrasó.
La Fundación y Traslado de las Monjas
La fundación finalmente se llevó a cabo bajo la supervisión del Obispo de Córdoba, Don Francisco de Alarcón. Contó con la ayuda de Fray Pedro de la Ascensión, un líder de otra orden religiosa.
Las monjas fundadoras fueron: Madre Sor María de la Santísima Trinidad (quien fue la abadesa), Josefa de San Ildefonso, Antonia de San Bernardo, Elvira de San José y Sor Agustina de San Buenaventura.
Salieron de Málaga el 17 de septiembre de 1650. Al llegar a Córdoba, se quedaron un mes en el convento de Santa Marta mientras terminaban las obras en Guadalcázar. Finalmente, se mudaron a Guadalcázar el 17 de octubre de 1650.
Sin embargo, por razones económicas y de salud, la comunidad de monjas cistercienses tuvo que trasladarse a la ciudad de Córdoba después de solo tres años en Guadalcázar. Desde entonces, el Monasterio Cisterciense de la Inmaculada Concepción en Córdoba, conocido como el Convento del Císter, ha tenido una larga y significativa historia espiritual.
La Hermandad de la Sangre y el Monasterio
A mediados de los años 70 del siglo XX, se fundó en el convento una hermandad religiosa llamada la "Hermandad Sacramental, Seráfica y Cisterciense de Capataces y Costaleros de la Santa Cruz y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Conversión, Nuestro Padre Jesús de la Sangre en el Desprecio del Pueblo, Nuestra Señora Reina de los Ángeles en sus Misterios Gozosos y Dolorosos y San Juan Evangelista". Por su relación con el monasterio, se la conoce como la "Hermandad del Císter" o "Hermandad de La Sangre".
A finales de los años 90, debido a cambios en las reglas de los monasterios, la hermandad tuvo que dejar su sede original en el convento. Se trasladaron a un convento cercano, el Convento del Santo Ángel de Padres Capuchinos. A pesar del cambio, la relación y colaboración con las Madres Cistercienses siempre se mantuvo.
Cambios Recientes en la Comunidad
A lo largo de casi cuatro siglos, muchas mujeres han vivido en este convento, buscando una vida dedicada a la fe. En los últimos años, la comunidad estaba formada por 12 monjas.
A mediados de 2017, debido a que muchas de las monjas cistercienses eran mayores, se decidió trasladar a las de más edad a un convento-residencia en Toledo, que estaba mejor adaptado para ellas. Las monjas más jóvenes fueron trasladadas a otro convento cisterciense en Córdoba, el Monasterio de la Encarnación, o a otros conventos.
La Orden del Císter buscó entonces otra orden religiosa que pudiera hacerse cargo del convento para que el edificio siguiera teniendo vida, culto y mantenimiento. Al principio, se consideró a la orden de "Hermanas de María Stella Matutina", pero las instalaciones no se ajustaban a sus necesidades.
Finalmente, a principios del verano de 2017, se anunció que la orden masculina de "Esclavos de la Eucaristía y Santa María Virgen" se trasladaría al histórico Convento del Císter. Ellos se encargarán de mantener la vida espiritual del lugar.
Además, la "Hermandad de La Sangre o El Císter" regresará a su sede original. Tendrán un espacio cedido para establecer su Casa de Hermandad, aunque su sede principal seguirá siendo el Convento Capuchino del Santo Ángel.
De esta manera, aunque la Orden del Císter ya no ocupe su convento histórico, el lugar seguirá activo. Se mantendrá tanto el edificio, que es importante por su historia y arte, como su propósito religioso, gracias a los hermanos Esclavos de la Eucaristía y al espíritu cisterciense que la Hermandad del Císter seguirá recordando.