Manuel de Acevedo y Zúñiga para niños
Manuel Alonso de Zúñiga Acevedo y Fonseca (Villalpando, 1586-Madrid, 12 de noviembre de 1653) fue una figura importante en la historia de España. También se le conoció como Manuel de Acevedo y Zúñiga, Manuel de Fonseca y Zúñiga, y Manuel de Zúñiga y Fonseca. Fue el VI conde de Monterrey y el II conde de Fuentes de Valdepero.
Además de sus títulos, Manuel de Zúñiga ocupó cargos muy importantes. Fue señor de Vilca, Medina, Ribera y Aranjo, y un Grande de España. También fue comendador de la Orden de Santiago y condestable de Castilla. Trabajó como presidente del Consejo de Italia y fue miembro del Consejo de Estado del rey Felipe IV. Presidió las Cortes de Aragón, fue embajador en la Santa Sede y virrey del reino de Nápoles. También sirvió como teniente general de los ejércitos durante la guerra con Portugal. Perteneció a la influyente Casa de Zúñiga.
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Orígenes familiares y matrimonio
Manuel fue el tercer hijo de Gaspar de Zúñiga y Acevedo, quien fue el V conde de Monterrey. Su padre también fue virrey de Nueva España (México) y del Perú. Su madre fue Inés de Velasco y Aragón.
Manuel se casó con su prima Leonor María de Guzmán y Pimentel. Ella era hermana de Gaspar de Guzmán y Pimentel, el III conde de Olivares, quien fue un consejero muy cercano al rey Felipe IV. La hermana de Manuel, Inés de Zúñiga y Velasco, se casó con el conde de Olivares. El padrino de la boda de Manuel fue su tío Baltasar de Zúñiga y Velasco, quien también fue un importante ministro del rey Felipe IV.
Manuel y Leonor no tuvieron hijos. Por eso, Manuel nombró como su heredera a Inés Francisca de Zúñiga, quien era hija de su sobrina Isabel de Zúñiga y Clärhout. Se menciona que Manuel tuvo una hija, quien fue priora en el Convento de las Agustinas Recoletas de Salamanca, un lugar que él mismo fundó en 1636.
Títulos y propiedades
En 1606, Manuel se convirtió en caballero de la Orden de Santiago. Heredó el título de II conde de Fuentes de Valdepero de su tía abuela Juana de Acevedo y Fonseca.
Su hermano mayor, Pedro, falleció en 1602. Su padre, Gaspar, murió en 1606 mientras era virrey del Perú. Manuel tuvo que resolver algunos problemas relacionados con la herencia y deudas de su padre. Gracias a la ayuda de su tío Baltasar y de su primo, el conde-duque de Olivares, pudo solucionar estas dificultades.
En 1608, los hijos del V conde de Monterrey recibieron una ayuda económica y tierras en el Perú. Manuel también tuvo un largo pleito legal (entre 1609 y 1628) con los condes de Lemos por propiedades familiares. En 1640, le dio la libertad a su esclavo Hametillo, quien era de Argel, para que pudiera regresar a su tierra.
El rey Felipe III le otorgó la Grandeza de España de segunda clase en 1621. Más tarde, el rey Felipe IV le concedió la Grandeza de España el 11 de julio de 1628. En 1648, su esposa Leonor reclamó el pago de su dote, según lo acordado por su padre.
Al servicio del rey Felipe IV

Después de la muerte de su tío Baltasar en 1622, el conde de Monterrey fue nombrado presidente del Consejo de Italia. En 1624, se convirtió en miembro del Consejo de Estado, cargo que mantuvo hasta su fallecimiento.
En 1626, acompañó al rey Felipe IV y a su hermano en un viaje a las Cortes de Aragón. Presidió las Cortes de Aragón en Valencia en marzo de 1626, en ausencia del rey. Su cuñado, el conde-duque de Olivares, lo nombró embajador extraordinario en la Santa Sede en 1628. Le prometió que después sería virrey de Nápoles. Este nombramiento sorprendió a la corte.
En 1631, el conde de Monterrey fue nombrado Virrey del Reino de Nápoles, cargo que ocupó desde mayo de 1631 hasta noviembre de 1636.
Gestión en Nápoles
Durante su tiempo como virrey en Nápoles, Manuel de Zúñiga fue un administrador muy eficiente. Se aseguró de que hubiera suficientes alimentos, luchó contra los bandidos y mejoró la flota, el ejército y la artillería. Esto lo hizo pensando en los conflictos que se esperaban en Europa.
Su gobierno estuvo marcado por los enfrentamientos de la Guerra de los Treinta Años. Envió tropas y dinero para apoyar al ejército imperial en la batalla de Nördlingen. También ayudó a Milán, que estaba amenazada por las tropas francesas. Además, apoyó a Álvaro de Bazán en su ataque contra la costa de Provenza durante la guerra franco-española. El conde de Monterrey preparó el reino de Nápoles para una posible invasión francesa.
En 1636, Ramiro Núñez de Guzmán, II marqués del Toral, fue nombrado sucesor del conde de Monterrey como virrey de Nápoles. Esta decisión causó una enemistad entre el conde de Monterrey y el conde-duque de Olivares, que duró hasta la muerte de este último. Al regresar a España en 1638, Manuel de Zúñiga volvió a formar parte del Consejo de Estado.
Participación en la Guerra de Restauración portuguesa
En septiembre de 1640, Monterrey fue nombrado Teniente General de los ejércitos durante la revuelta de Portugal, conocida como la Guerra de Restauración portuguesa.
Este nombramiento no fue bien recibido por algunos nobles importantes. Varios duques se negaron a servir bajo su mando. A pesar de la oposición, el conde de Monterrey mantuvo su puesto. Sus tropas, en su mayoría reclutas sin experiencia, se reunieron en Badajoz. El primer enfrentamiento en la frontera ocurrió en abril de 1641. Sin embargo, el ejército bajo su mando no tuvo éxito en Elvas, lo que demostró su falta de habilidad en el campo de batalla. Por ello, fue reemplazado en noviembre de 1641.
En diciembre de 1642, el rey Felipe IV reorganizó el gobierno. Creó tres nuevas Salas. La primera era la Sala de Gobierno, dirigida por el rey. La segunda, la Sala para reclutar soldados, fue presidida por el conde de Monterrey. La tercera, la Sala para abastecer a los ejércitos, fue presidida por Sancho de Monroy.
Apoyo a las artes y colecciones
El VI conde de Monterrey fue un gran protector de los artistas de su tiempo. Al igual que su cuñado, el conde-duque de Olivares, tenía una importante colección de pinturas en su palacio de Madrid. Entre ellas, se mencionan dibujos de Miguel Ángel.
Durante su estancia en Italia, apoyó a varios artistas, como Diego de Velázquez, José de Ribera y Giovanni Lanfranco. Reunió una de las colecciones de arte más importantes de su época.
Cuando regresó a España en 1638, contrató al arquitecto Juan Gómez de Mora. Le encargó la reconstrucción de su casa y jardín en el Prado de San Jerónimo, cerca del palacio del Buen Retiro. También mandó construir una galería con tres salas para exhibir sus cuadros y esculturas. La mayoría de estas obras las había adquirido en Italia y eran de grandes maestros de su tiempo. El jardín tenía un estilo renacentista italiano, con esculturas, fuentes y una gruta. En 1744, la Real Congregación de San Fermín de los Navarros compró la propiedad. Años más tarde, se construyó el templo de San Fermín en la galería. Las obras de arte de la colección del conde de Monterrey se encuentran hoy dispersas en diferentes lugares.
Don Manuel era de baja estatura, pero se dice que era muy ambicioso. Falleció en su casa de Madrid en 1653. Fue enterrado en el panteón de los condes de Monterrey, en el Convento de las Madres Agustinas Recoletas de Salamanca. En su monumento funerario se puede ver una escultura suya, hecha por Giuliano Finelli en 1630.
Predecesor: Gaspar de Zúñiga y Acevedo |
Conde de Monterrey 1606-1653 |
Sucesor: Inés Francisca de Zúñiga |
Predecesor: Juana de Acevedo y Fonseca |
Conde de Fuentes de Valdepero 1619-1653 |
Sucesor: Inés Francisca de Zúñiga |
Predecesor: Fernando Afán de Ribera y Enríquez |
Virrey de Nápoles 1631-1636 |
Sucesor: Ramiro Núñez de Guzmán |
Véase también
En inglés: Manuel de Acevedo y Zúñiga Facts for Kids