Hainuwele para niños
Hainuwele, "The Coconut Girl", es una figura del folclore Wemale y Alune de la isla de Seram en las Islas Maluku, Indonesia. Su historia es un mito de origen.
El mito de Hainuwele fue registrado por el etnólogo alemán Adolf E. Jensen siguiendo la expedición 1937-8 del Instituto Frobenius a las Islas Maluku.
El estudio de este mito llevó a Jensen a la introducción del concepto de Deidad Dema en etnología.
Joseph Campbell narró por primera vez la leyenda Hainuwele a una audiencia de habla inglesa en su obra Las máscaras de Dios.
Mito
Mientras cazaba un día, un hombre llamado Ameta encontró un coco, algo nunca antes visto en Seram, que había sido atrapado en el colmillo de un jabalí. Ameta, que era parte de una de las nueve familias originales del pueblo West Ceram que había surgido de los plátanos, se llevó el coco a casa. Esa noche, una figura apareció en un sueño y le instruyó que plantara el coco. Ameta lo hizo, y en pocos días el coco se convirtió en un árbol alto y floreció. Ameta trepó al árbol para cortar las flores para recoger la savia, pero en el proceso se cortó el dedo y la sangre cayó sobre una flor. Nueve días después, Ameta encontró en el lugar de esta flor a una chica a la que llamó Hainuwele, que significa "rama de coco". La envolvió en un pareo y la trajo a casa. Ella creció hasta la madurez con una rapidez asombrosa. Hainuwele tenía un talento notable: excretaba objetos valiosos. Gracias a estos, Ameta se hizo muy rico.
Hainuwele asistió a un baile que iba a durar nueve noches en un lugar conocido como Tamene Siwa. En este baile, era tradicional que las niñas distribuyeran nueces de areca a los hombres. Hainuwele lo hizo, pero cuando los hombres le pidieron nueces de areca, ella les dio en su lugar las cosas valiosas que pudo excretar. Cada día les daba algo más grande y valioso: pendientes de oro, coral, platos de porcelana, cuchillos, cajas de cobre y gongs. Los hombres fueron felices al principio, pero gradualmente decidieron que lo que Hainuwele estaba haciendo era extraño y, impulsados por el miedo, le quitaron la vida.
Ameta, desaparecida Hainuwele, fue en busca de ella. A través de un oráculo descubrió lo que había sucedido. De los restos de Hainuwele brotaron nuevas plantas útiles, incluidos los tubérculos, dando origen a los principales alimentos que el pueblo de Indonesia ha disfrutado desde entonces.
Asimismo, Ameta trajo los restos de Hainuwele a la mulua Satene, la deidad gobernante sobre los humanos. Con ellos, ella le construyó una puerta en forma de espiral por la que todos los hombres debían pasar. Aquellos que pudieran cruzar la puerta seguirían siendo seres humanos, aunque en adelante mortales, dividiéndose en Patalima (Hombres de los cinco) y Patasiwa (Hombres de los nueve). Aquellos que no podían pasar a través del umbral se convirtieron en nuevos tipos de animales o fantasmas. La propia Satene dejó la Tierra y se convirtió en gobernante sobre el reino de los muertos.[Patasiwa es el grupo al que pertenecen tanto el pueblo Wemale como el Alune.
Véase también
En inglés: Hainuwele Facts for Kids