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Cesaracosta para niños

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Cesaracosta o Saracosta es el nombre que tuvo la ciudad de Zaragoza durante la época visigoda. Este periodo comenzó cuando el rey Eurico conquistó la antigua ciudad romana de Caesaraugusta en el año 472.

Desde finales del siglo V hasta principios del siglo VIII, cuando llegaron los ejércitos islámicos, Zaragoza fue muy importante en el valle medio del río Ebro. Sus murallas se mantuvieron fuertes durante el siglo VI y resistieron los ataques de los francos. La ciudad siguió siendo un centro político y religioso muy destacado. En el siglo VII, Zaragoza vivió un momento de gran desarrollo cultural, junto con ciudades como Sevilla y Toledo. Esto fue gracias a importantes pensadores como los obispos Juan II, Braulio, Tajón y Valderedo, quienes trabajaron mucho en el monasterio de Santa Engracia, que tenía una biblioteca muy valiosa.

¿Cómo fue la llegada de los visigodos a Zaragoza?

Los primeros años y la defensa de la ciudad

Alrededor del año 409, varios pueblos como los suevos, alanos y vándalos llegaron a la Península Ibérica. A principios del siglo V, Zaragoza seguía siendo una ciudad romana. Gracias a sus grandes murallas, pudo defenderse de los ataques, protegida por soldados experimentados.

En el año 411, el emperador Flavio Honorio solo pudo mantener el control de la provincia Tarraconense, que incluía la zona de Zaragoza. El resto de Hispania quedó en manos de los pueblos germánicos. Entre los años 441 y 454, el valle del Ebro sufrió ataques de grupos llamados bagaudas. Zaragoza se salvó de nuevo gracias a sus murallas y a la ayuda del ejército visigodo, que en ese momento aún obedecía a Roma.

Las guarniciones visigodas (grupos de soldados) se establecieron en lugares importantes para la defensa. Aunque eran una minoría, se mezclaron con la población hispanorromana. Zaragoza fue uno de esos lugares, con una guarnición visigoda y unos 9000 habitantes hispanorromanos.

La conquista visigoda de Zaragoza

Finalmente, en el año 472, el ejército visigodo, dirigido por el conde Gauterico, tomó la ciudad en nombre del rey Eurico. Así, Zaragoza pasó a formar parte del reino visigodo de Tolosa (una ciudad en la actual Francia). Cuando el reino de Tolosa fue derrotado por los francos, el centro del poder visigodo se trasladó a Hispania en el año 494.

La ciudad de Zaragoza mantuvo muchas de sus costumbres romanas. En el año 504, todavía se celebraban juegos en el circo, lo que demuestra que las instituciones municipales romanas seguían funcionando. Sin embargo, el inicio del dominio visigodo también trajo algunas rebeliones de los hispanorromanos en la provincia, como las de Burdunelo (496) y Pedro (506), que probablemente afectaron a Zaragoza.

¿Qué pasó en Zaragoza durante el siglo VI?

Archivo:Cancel iglesia siglo VI villa Fortunatus
Cancel o pretil de iglesia del siglo VI encontrado en el yacimiento de la villa Fortunatus de Fraga (Huesca).

En el año 541, los ejércitos francos de Childeberto I y Clotario, después de expulsar a los visigodos de la Galia, se dirigieron al sur y sitiaron Zaragoza. El asedio duró dos meses, ya que no lograron tomarla por la fuerza y trataron de rendirla por hambre.

Una leyenda cuenta que los ciudadanos, para proteger la ciudad, paseaban por las murallas una túnica que se creía milagrosa, de San Vicente Mártir. Los francos, que ya se habían convertido al catolicismo, habrían aceptado levantar el asedio a cambio de una estola de San Vicente. Childeberto la llevó a París para guardarla en una iglesia especial, que con el tiempo se convertiría en la abadía de Saint-Germain-des-Prés. Las consecuencias del asedio para Zaragoza fueron la escasez de alimentos y enfermedades, que se extendieron por la ciudad debido, en parte, a la destrucción de los cultivos cercanos.

Hacia finales del siglo VI, el rey visigodo Leovigildo convenció a Vicente II (obispo de Zaragoza entre 572 y 586) para que cambiara su creencia religiosa. Esto causó un gran revuelo, que terminó con la conversión oficial de los visigodos al catolicismo en el concilio de Toledo del año 589.

¿Cómo fue el esplendor cultural de Zaragoza en el siglo VII?

En el siglo VII, la ciudad de Zaragoza tuvo un importante desarrollo cultural gracias a una serie de grandes obispos: Máximo, Juan II, Braulio, Tajón y Valderedo. Todos ellos estaban relacionados con el monasterio de Santa Engracia, que tenía una biblioteca muy importante. Así, Zaragoza se convirtió en uno de los centros culturales más destacados de Hispania, junto con la Sevilla de San Isidoro y la Toledo de San Eugenio.

Braulio de Zaragoza, obispo de la ciudad, también escribió el Liber Iudiciorum, un libro de leyes que eliminaba las diferencias legales entre hispanorromanos y visigodos. Esta ley fue aprobada por el rey Recesvinto. Además, Braulio animó a Isidoro de Sevilla a escribir sus Etymologiae, una obra muy importante que el obispo zaragozano dividió en capítulos.

La ciudad fue de nuevo protagonista en la lucha por el trono entre Suintila y Sisenando. Suintila se refugió en Zaragoza contra las tropas de Sisenando, que, ayudadas por un ejército de mercenarios francos, sitiaron la ciudad. No lograron tomarla por la fuerza, pero algunas deserciones y traiciones hicieron que Suintila se rindiera. Así, Sisenando se proclamó rey en Zaragoza en el año 631.

En el año 653, Zaragoza fue una de las ciudades del valle del Ebro atacadas por Froya, otro rebelde. La ciudad sufrió un duro asedio, como lo cuenta el obispo Samuel Tajón, pero la fortaleza de sus murallas le permitió resistir hasta la llegada de un ejército leal al rey Recesvinto.

¿Qué fueron los sínodos de Zaragoza?

Archivo:Zaragoza - Santa Engracia - Sarcófago Receptio Animae
Sarcófago paleocristiano Receptio Animae, del siglo IV. Se conserva en la Basílica de Santa Engracia de Zaragoza.

Un sínodo es una reunión de obispos para tratar asuntos importantes de la Iglesia. Hacia el año 380, tuvo lugar el primer sínodo de Zaragoza. En él, los obispos de la península y de Aquitania (una región de la actual Francia) aprobaron ocho reglas relacionadas con el priscilianismo, que era una creencia religiosa diferente a la oficial en ese momento.

Un segundo sínodo, en el año 592, resolvió problemas prácticos relacionados con la reciente conversión de los visigodos al catolicismo. El tercer sínodo, en el año 691, estableció cinco reglas de disciplina. Fue el único sínodo importante a nivel nacional que no se celebró en Toledo.

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